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miércoles, 19 de noviembre de 2008

Nueva” Generación de Políticos




Por Eduardo Ibarra Aguirre

No resistió ni 24 horas la tesis de la nueva generación de políticos que emblematiza Juan Camilo Mouriño Terrazo , de acuerdo con el abogado y economista que una semana después de la muerte del entrañable amigo aún confunde al gobierno con el Club de Tobi , al Estado con lo que sus sentimientos íntimos le dictan y su religión con la que deben profesar todos los mexicanos.

Mas a la hora de tomar decisiones se impuso el pragmatismo político a los sentimientos e intimidades que dicta el alma de las afligidos gobernantes y la dirigencia del Partido Acción Nacional que no tuvieron recato para exhibirse como viudas desconsoladas por la pérdida del hombre que a los 37 años de edad pretenden convertirlo en icono, tras ocupar una diputación local en Campeche; una diputación federal; la presidencia de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, con el Grupo Parlamentario blanquiazul conducido por Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa ; la candidatura derrotada a alcalde de la capital campechana; la asesoría al secretario de Energía; la Subsecretaría de Electricidad; la coordinación general de la precampaña, la campaña y el equipo de transición presidenciales; la jefatura de la Oficina de la Presidencia y la titularidad de la Secretaría de Gobernación.

Tras la meteórica carrera, protegido y arropado con especial cuidado desde hace ocho años por Calderón Hinojosa, el ahora arquitecto del aún cuestionadísimo triunfo electoral del 2 de julio de 2006, fue sustituido por un destacado representante de la decena de familias que administran al PAN y típico abogado que pone al servicio de los dueños de México la sapiencia como penalista y las relaciones políticas.

Fernando Francisco Gómez Mont Urueta llegó al Palacio de Covián con una agenda saturada por la seguridad y la justicia que seguramente será la constante como secretario de Gobernación, en un país dominado por la inseguridad y el narcotráfico, subestimado por el gobierno federal, reconoce con singular cinismo Eduardo Medina-Mora Icaza .

En tanto que como abogado penalista defendió a integrantes de la plutocracia acusados, nada más, de defraudar al fisco, de usar la política para enriquecerse, de desviar recursos de Petróleos Mexicanos para la campaña de Francisco Labastida Ochoa --¡presidente de la Comisión de Energía del Senado¡-- y de aprovechar el poder público para enriquecerse.

Con un “De aquí, y ahora, y hacia delante”, pretende el abogado establecer una muralla con su pasado profesional como defensor de Raúl Salinas de Gortari y Carlos Cabal Peniche , entre otras finísimas personas.

De abogado defensor de prohombres de la delincuencia de cuello blanco, la que desde el gobierno y el empresariado corroe las entrañas de México y proyectan su depredador ejemplo, se percibe cuesta arriba que Gómez Mont sea capaz de remontar sus orígenes de litigante de los hombres del poder fáctico e institucional, en su nueva condición de titular de la Segob.

El destacado penalista está, además, vinculado estrechamente a Diego Fernández de Cevallos , símbolo del tráfico de influencias y del ejercicio político y legislativo a espaldas de la sociedad y de su mismo partido, ejercicio en el que también destacó Mouriño Terrazo y la nueva generación de políticos que representa como ninguno por decisión presidencial.

En algo tiene razón el secretario de Gobernación: No podrá ocupar el espacio de su antecesor porque “ése es de él y sólo de él”. No se presta, pues, al rito de la viudez y del Club de Tobi . Y para empezar es saludable en un país urgido de que el gobierno abandone las conductas facciosas y asuma actitudes republicanas.

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