viernes, 9 de abril de 2010

¿Por qué debemos construir el poder social, mientras tomamos el poder político?



Escrito por Víctor M. Toledo

Un principio derivado de las nuevas corrientes de pensamiento afirma que no es suficiente tomar el poder político; también es necesario construir el poder social. Por lo común, los partidos políticos se concentran en ganar elecciones, hacer campañas, elegir candidatos y muy rara vez hacen algo, en los tiempos no electorales, por llevar a cabo acciones que incrementen el poder de los ciudadanos, la fuerza de la gente común y corriente. Los partidos políticos se mueven sobre la base de que "primero hay que ganar las elecciones" para después comenzar a realizar desde el gobierno propuestas, acciones y proyectos para la ciudadanía. Nadie sin embargo logra explicar porqué lo anterior es necesario, obligatorio o correcto. ¿Porqué abstenerse de organizar, realizar, reforzar o inducir proyectos que hagan más fuertes o menos vulnerables a los ciudadanos? ¿Porqué reducir toda la actividad política a solamente las elecciones? El movimiento ciudadano, ha comenzado ya a construir el poder social a través de las Casas del Movimiento (más de 80 en el país) y otras muchas iniciativas, sin perder de vista el 2012.
Todo lo anterior indica que el movimiento ciudadano debe jugar, al mismo tiempo, en dos escenarios. Y este "juego de dos pistas" que se complementan eleva la potencia política en varios órdenes, y hace de los tiempos no electorales "tiempos vivos", llenos de creación, organización, trabajo y solidaridad, realizados por ciudadanos empoderados.
Los tres poderes de la sociedad
El mundo se entiende mejor cuando lo vemos como una batalla permanente entre tres poderes: el político (partidos y estados), el económico (empresas, corporaciones y mercados) y el social (comunidades, cooperativas, sindicatos, barrios, gremios). Hasta ahora, las corrientes más convencionales o atrasadas del pensamiento, han ignorado u olvidado la tercera fuente de poder (perteneciente a lo civil o ciudadano). Ya desde hace más de cuatro décadas la crítica se orientó a develar el carácter perverso tanto del "comunismo" (la predominancia absoluta o total del poder político) como del "capitalismo" (la predominancia absoluta o total del poder económico, es decir del mercado) en detrimento del poder civil o ciudadano, y a mostrarlos como dos variantes de un mismo modelo: el de la civilización industrial.
¿Podemos imaginar un mundo donde la fuerza de la sociedad civil, de la gente organizada, es decir de las comunidades, sindicatos, cooperativas, barrios y gremios logra mantener bajo control a los políticos y a las empresas y corporaciones? Esto es lo que se llama el control social de la política y de la economía. Dar lugar a una sociedad más justa y democrática (cualquiera que sea el nombre cómo se le califique) es entonces construir el poder social, ese que ha sido devastado tanto por el poder económico como

Fuente: Periódico Regeneración
Difusión: AMLOTV

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