Jueves, 20 de Enero de 2011 00:00
Escrito por Jaime Luis Brito
El gobierno federal continúa con su espectáculo de “guerra” contra la delincuencia. Mientras el presidente se entretiene en el twitter y se enmienda la plana a sí mismo, sus “muchachos” han optado por dar show televisivo como una forma de demostrar que “trabajan” por nosotros y “evitan que la droga llegue a nuestros hijos”.
¿Qué sentido tiene, si no el del espectáculo, que locutores de noticias de Televisa y Tv Azteca entrevisten-interroguen a “uno de los más buscados”? ¿Es legal que sea entrevistado unos minutos después de detenido a José Jorge Balderas Garza, alias Jotajota, presunto responsable del atentado contra el ex jugador de futbol del América, Salvador Cabañas? ¿Qué se intenta demostrar? ¿Quién ordenó esa entrevista, quién la autorizó, bajo qué argumento?
Y no es la primera vez. Hace unas semanas, cuando el ejército capturó en el aeropuerto Mariano Matamoros, a Edgar N, alias Ponchis, lo primero que ocurrió fue que las autoridades citaron a corresponsales y fotógrafos de medios que se editan en la ciudad de México para exhibir sin tapujos al niño. De hecho, antes incluso que el agente del Ministerio Público federal, fueron los reporteros los que interrogaron al Ponchis.
El ejército, a través del general secretario, ha pedido en los últimos cuatro años que se modifique la ley para darle cobijo a las acciones de lucha contra el narcotráfico que garanticen que no serán juzgados en el próximo gobierno. Sabedores de que la “directiva” de combate a la delincuencia organizada no es suficiente. Han reclamado que el Estado tome cartas en el asunto.
Sin embargo, Calderón Hinojosa o las dos Legislaturas (la anterior y ésta), han hecho oídos sordos. Mientras tanto, las voces de reclamo contra las fuerzas armadas se multiplican. Y el Presidente y sus “muchachos” continúan violando la ley, ahora ya no sólo en ese nivel, si no en uno más burdo. Aquél que se relaciona con la vida en la pantalla televisiva, sin que les importe el atropello a la ley, a la vida privada, al sano proceso legal… Sin importarles nada. Verdaderamente, Calderón debe confiar mucho en su buena estrella, porque el siguiente gobierno federal podría recluirlo en la cárcel el 2 de diciembre de 2012, a menos claro, que las complicidades extiendan su tradicional red sobre el nuevo gobierno.
Y yo también digo ¡Basta de Sangre!
Fuente: La Jornada de Morelos
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