miércoles, 11 de febrero de 2009

Historias del desempleo: El truene del "Detroit" mexicano


ARTURO RODRíGUEZ GARCíA

 Con los centenares de despidos consumados en las “Tres Grandes de Detroit” asentadas en Coahuila, se están perdiendo miles de puestos de trabajo en las empresas asociadas a la industria automotriz. Ante ello, el gobernador Humberto Moreira dio la voz de alarma y pidió apoyo al presidente Calderón. Especialistas consultados por Proceso afirman que los planes presidenciales anticrisis son una burla. Por ejemplo, con los paros técnicos las armadoras de autos están violando todo tipo de derechos laborales. Al final, esos paros se convierten en despidos... RAMOS ARIZPE, COAH.- Los despidos masivos de personal en los 17 estados del país donde existen fábricas de automóviles y autopartes, como está ocurriendo en la conubarción Saltillo-Ramos Arizpe, motivaron que el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, anunciara el jueves 5 que su gobierno aportará un millón y medio de dólares a la empresa General Motors, y que reclamará al jefe del Ejecutivo federal un apoyo semejante para las tres plantas instaladas en la zona. Luego de que el 12 de septiembre del año pasado Chrysler despidió a 300 trabajadores, el 19 de diciembre las armadoras de General Motors (GM) y la propia Chrysler iniciaron aquí prolongados paros técnicos que, al afectar a las empresas proveedoras, enviaron a su casa durante varias semanas, con 50% del salario, a 41 mil trabajadores de la región. De acuerdo con el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Metalmecánica, Automotriz y de Proveedores de Autopartes (SNTIM), Tereso Medina Ramírez, las empresas están al límite y en algunos casos ya no pueden mantener ni siquiera la reducción de los salarios, por lo que han tenido que iniciar recortes de personal. El caso de GM causó alarma la primera semana de febrero en el sureste de Coahuila, donde 80% de la industria se dedica a la producción de artículos para el sector automotriz. El 3 de febrero, luego de seis semanas de paro técnico, 300 trabajadores regresaron sólo a firmar sus finiquitos, mientras el vocero de GM México, Mauricio Kuri, confirmó que en seguida se producirán despidos escalonados de 600 trabajadores más. Medina Ramírez calcula que por cada asalariado que despidan GM y Chrysler se perderán cinco empleos más en la cadena productiva de la zona. Entre las dos empresas, hasta diciembre pasado, sumaban 8 mil 600 trabajadores, pero con los paros técnicos de diciembre tuvieron que irse temporalmente casi 33 mil trabajadores de la cadena productiva que abastece al sector. Entrevistado por teléfono mientras negociaba el contrato colectivo en Silao, Guanajuato, donde GM despidió a 600 trabajadores en agosto, Medina Ramírez resume las negociaciones actuales del gremio: “No estamos negociando mejoras salariales; estamos negociando la crisis. Estamos negociando que no se vayan las fuentes de empleo, que no cierren las empresas, aunque para eso debamos aceptar medidas impopulares como los paros técnicos y los despidos parciales.” Medina Ramírez, quien también es líder de la CTM en Coahuila, asegura que una situación semejante se presenta en Chrysler, donde en los últimos tres años ha habido paros técnicos y despidos de personal. El desplome en la demanda internacional de automóviles durante enero y los comodities para 2009 hicieron insuficiente, al menos para mantener los empleos de las plantas en México, el salvamento que Estados Unidos había autorizado en diciembre. Según los reportes financieros de las llamadas “Tres Grandes de Detroit”, el comportamiento del mercado en enero de 2009, comparado con el mismo mes de 2008, tuvo un severo desplome de las ventas en Estados Unidos: en Chrysler, de 55%; en GM, de 49%, y en Ford, de 38.9%. En diciembre, el Congreso estadunidense aprobó apoyos para el sector automotriz por 17 mil 400 millones de dólares, en tanto que Canadá, que tiene en Ontario un amplio asiento productivo de las mismas empresas, anunció un paquete financiero de 3 mil 300 millones de dólares. Acciones semejantes se han emprendido en otras regiones del planeta. Por ejemplo, Alemania anunció un rescate por 67 mil millones de dólares entre inversiones, alivios fiscales y apoyos especiales para el sector automotriz, aunque el desplome de las ventas sigue ocasionado despidos masivos de personal. Por lo que respecta a México, Medina Ramírez advierte: “Ese rescate financiero funciona en el nivel macro, pero no servirá si no se acompaña de medidas nacionales. Hasta ahora, el presidente Felipe Calderón; el secretario de Economía, Gerardo Ruiz, y el del Trabajo, Javier Lozano, han mostrado tener buenas intenciones, pero ahí quedan, porque no se han concretado acciones que faciliten anclar a las empresas en México, evitar que cierren”. El SNTIM agrupa sindicatos en Coahuila, Chihuahua, Sonora, Baja California, Puebla, Estado de México, Aguascalientes, San Luis Potosí, Jalisco y Guanajuato, donde existen armadoras de diversas compañías, mientras que la industria de autopartes y metalmecánica, que provee al cluster automotriz, tiene presencia en otras siete entidades, entre las que destacan Tamaulipas, Nuevo León, Querétaro y Morelos. Un plan que “da risa” A mediados de noviembre, en Stabilus, una empresa de Ramos Arizpe dedicada a la fabricación de pistones neumáticos a base de nitrógeno, los directivos convocaron a una junta de personal para anticiparles la posibilidad de recortes. “Nosotros no queremos correr a nadie, pero si alguien se quiere ir podemos liquidarlo en buenos términos”, les dijo un alto ejecutivo. Aunque algunos empleados aceptaron el finiquito, la mayoría prefirió esperar y conservar su puesto de trabajo. Ya en diciembre, las vacaciones, el paro técnico y los despidos comenzaron. Enfrascado ahora en labores domésticas y en el envío de decenas de solicitudes de empleo a diferentes empresas, Gilberto Rivera, un inspector de calidad, refiere que fue despedido al regresar de sus vacaciones decembrinas en Stabilus. “Ahora debo ayudarle a mi esposa porque ella sí tiene trabajo… Se invirtieron los papeles, y hoy tengo otra entrevista de trabajo. Espero que todo salga bien”, comenta a este reportero. Tras los primeros ceses que ejecutó General Motors en la región, la cortadora de piel para asientos Garden State informó que haría un reajuste de personal que afectaría a cerca de 200 trabajadores. Por eso a los más de mil puestos de trabajo perdidos en la primera semana de febrero se suman los 10 mil despidos que, según el periódico Zócalo de Saltillo, se produjeron durante 2008 en 18 empresas –incluidas GM y Chrysler– relacionadas con la industria automotriz, metalmecánica y de electrodomésticos que cerraron definitivamente sus operaciones el año pasado. Ante los despidos de febrero, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, urgió al presidente Felipe Calderón a impulsar un plan de apoyo al sector automotriz, como lo había propuesto desde diciembre. Se trata de eliminar el Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ISAN), con el fin de incentivar el mercado nacional, con lo que sólo se estaría adelantando una medida prevista por el TLC para finales de 2010. En entrevista con Proceso, Moreira aseguró que los recursos que se dejen de captar por concepto del ISAN son recuperables mediante el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR). Además, propuso bajar 20% el precio de la gasolina y el diesel, y establecer barreras arancelarias a la importación de automóviles cuyas marcas no se producen en México. Moreira reiteró que su gobierno aportará 1 millón y medio de dólares a GM para evitar más despidos y exigió a Felipe Calderón hacer lo mismo. “En Ontario, Canadá, donde existe un desarrollo automotriz, el gobierno federal y el local anunciaron planes de rescate y apoyos o estímulos a las armadoras. Vemos que en todas partes los gobiernos están tomando medidas para evitar la pérdida de empleos, y aquí, nada”, reclamó. El pasado 19 de enero, Felipe Calderón llamó a las empresas a que recurran a “paros técnicos” con el fin de reducir sus operaciones sin despidos; anunció que el gobierno federal destinará 2 mil millones de pesos para apoyar a esas compañías y, “más que ello, a los empleados, pues aportará una cantidad para cada uno de ellos, la empresa otra, y quizá la persona en lugar de verse despedida sólo vea reducido su ingreso temporalmente”. El objetivo, enfatizó, es “proteger la industria nacional y el empleo”. Al respecto, el diputado federal Yericó Abramo Masso, quien presentará una iniciativa a finales de febrero para afrontar la crisis en el sector automotriz, expresó: “Ya nos dimos cuenta de que el plan anticrisis de Felipe Calderón sólo da risa. No contempla nada para la industria automotriz, con presencia en más de la mitad de los estados de la República, y lo que sí contempla no sólo es insuficiente, sino que también tiene requisitos que no se pueden cubrir”. Si una empresa paga 5 millones de pesos de nómina mensual, el apoyo del gobierno federal será de 200 mil pesos, dijo Tereso Medina, pero para obtener ese beneficio la empresa tendría que acreditar una productividad de 40%, con el problema de que algunas compañías están en paro técnico. La cascarita En la colonia Fidel Velázquez, en Ramos Arizpe, las calles se empiezan a convertir, a media tarde, en canchas de futbol y tochito, pues la cascarita entre niños ahora es practicada sobre todo por adultos. Al declinar el sol, la esquina se vuelve centro de reunión y de convivencia donde los asistentes, atentos a la irrupción de la redada antialcohólica, se pasan la caguama de mano en mano. “Así están desde diciembre. Lo bueno es que no se quedaron sin chamba. Pero yo lo que les digo es que ahorren, porque les están pagando la mitad”, comenta Virgina Cerda, madre de un obrero de GM residente de ese barrio que ignora que, al reanudar las actividades en el corredor industrial, su hijo tendrá –si no es despedido– un día de descuento por semana. Algunos incluso se sienten consolados con el paro técnico, como Juan Elías Tovar, asalariado de GM, quien dice: “Yo, como trabajador, para mí, lo bueno es que no perdí el empleo. Por lo pronto tengo trabajo y, pues, bueno, a descansar un rato”, agrega con amplia sonrisa. El abogado integrante del Equipo Nacional de Pastoral Laboral, Manuel Fuentes Muñiz, expuso el 30 de enero, en un artículo para la agencia Apro, que “los paros técnicos se han convertido en el instrumento cada vez más socorrido de los empresarios para reducir, suspender o congelar incrementos salariales por tiempo indefinido. “En la mayor parte del país se están suscribiendo convenios, la mayoría sin conocimiento de los trabajadores, por medio de sindicatos patronales en los que se justifican la paralización de labores y las afectaciones salariales. “Hay paros técnicos que ni siquiera son formalizados ante ninguna autoridad laboral. Simplemente se avisa a los trabajadores que ya no hay producción y se les pide regresar tres o cuatro semanas más tarde, pero sin pago de salario. “Tampoco se les entrega constancia y, cuando regresan, se les avisa que están despedidos por ausencia o, en algunos casos, se llevan la sorpresa de que su fuente de trabajo ha desaparecido”, escribió. Sobre el programa de paros técnicos de Calderón, señaló que “la pretendida aportación gubernamental es una verdadera burla, ya que representaría 4 mil pesos por trabajador afectado, cantidad que además tendría que ser compartida con los empresarios en paro”. A su vez, el jesuita Carlos Rodríguez Rivera, integrante del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), externó la sospecha de que las empresas toman de pretexto la crisis para hacer ahorros, pese a que las utilidades generadas durante tres décadas de operaciones en México han sido mayores que las pérdidas, por lo que, subrayó, “de ahí deberían de servirse”. La cuestión para Rodríguez Rivera es que hay mucho de dónde echar mano antes de parar la producción, reducir salarios o perder cláusulas o plazas. No son aceptables, manifestó, el tipo de opciones que presentan las empresas, como las ofrecidas por Chrysler de México al despedir en septiembre a 300 trabajadores de su planta de esta ciudad, cuando el vocero de la firma, Manuel Duarte, explicó a los reporteros que lo cuestionaban por el impacto de los despidos: “(Los desempleados) podrán ocuparse en la fábrica de Freigthliner que se inaugurará el próximo año (en febrero de 2009) o acercarse al Instituto Estatal del Empleo. Por un lado cerramos… por otro abrimos.” Rodríguez Rivera dice que “el gobierno federal debe cambiar de modelo. Lo que vemos es el fracaso del modelo que sólo exporta, que depende del capital extranjero, que idolatra la inversión foránea”, y remató: “Los sindicatos, en general, no se prepararon para la flexibilización de las relaciones laborales; se prepararon para acatarla, pero no para disputarla. Los sindicatos deberían disputar las acciones a concertar y no sólo acatar como quien se resigna a pensar que no hay de otra.”

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