jueves, 5 de noviembre de 2009

¿Y los otros?





Rosario Ibarra
¿Y los otros?
05 de noviembre de 2009
2009-11-05

La preocupación y el temor crecen como mala hierba en toda la superficie de esta empobrecida y desconsolada tierra. Los secuestros llenan de terror miles de hogares en los que los padres temen por la suerte de sus hijos y éstos hasta por las vidas de sus padres.
Los secuestros, esa cruel y despiadada forma de “ganarse la vida” de algunos mexicanos, preocupa, lastima y hace sentir pavor inmenso a quienes tienen la suerte de vivir con holgura, de ser una tentación para esa terrible malignidad que significa un secuestro, y los reclamos han llegado a muy diversos lugares y niveles. Entre ellos, en el Senado de la República, un conocido integrante de la bancada del PRI, el señor senador Manlio Fabio Beltrones, dio a conocer a los medios de comunicación que su partido planteará una “comisión federal antisecuestro”, así como una ley de “enfoque múltiple”, según una nota de EL UNIVERSAL, publicada en la página 9, el pasado día 3.

No sólo este periódico se interesó en las declaraciones antes mencionadas; en otro de los diarios, en letras que destacan la importancia del tema, se publicó: “La proliferación de esta infame conducta [el secuestro], en sus diversas modalidades, requiere de autoridades y leyes especializadas que conduzcan a su erradicación, a partir de un enfoque múltiple y sustentado en experiencias internacionales exitosas”.

Sobra decir que muchísimos mexicanos se mostraron esperanzados y no pocos manifestaron que harán llegar al mencionado senador Beltrones su beneplácito por sus proposiciones, y que apoyarán la formación de la citada “comisión federal” para el combate a los secuestros.

Algunos, que como muchos de nosotros leyeron el libro Secuestrados de don Julio Scherer García, que a través de los relatos magistralmente escritos por el afamado periodista (pertinaz en sus indagaciones) sintieron que sus anhelos de salvación de los designios perversos que pudieran tener quienes se han dedicado a esa forma de actuar se materializarían, vieron (dijeron) “algo como un verde horizonte en lontananza”.

Pero... siempre hay un pero —suele decirse— y aquí, en medio del dolor de muchas familias, entre las que se encuentra el de la mía, escribo también el reclamo tenaz que durante más de 30 años hemos hecho a los distintos gobiernos... ¿y los otros?...

Sí, los otros secuestrados, los que fueron víctimas de los “secuestros oficiales”? Los que encerraban los soldados en “el túnel del radio” del Campo Militar Número Uno, en la Base Naval de Icacos en Acapulco, en el Campo Militar “La Joya” en las inmediaciones de Torreón; los que fueron torturados en la Dirección Federal de Seguridad (Cerrada de Morelia número 8, colonia Roma) y en muchos otros lugares clandestinos igualmente ilegales... ¿Y esos otros?

Esos otros son 557 personas, de 24 estados y del Distrito Federal. En el Senado hay representantes de todas las entidades federativas, algunos de ellos fueron gobernadores en el tiempo en que la megalomanía y la ilegalidad echeverrista se prodigaban por todo el territorio nacional, y se antojaba difícil para los gobernadores contravenir las órdenes obtusas del ensoberbecido titular del Poder Ejecutivo federal.

Recuerdo haber visto en alguna de las 39 ocasiones en las que me acerqué a él con el reclamo de justicia para mi hijo a algún general temblar como hoja tierna de alamillo al estentóreo llamado de “¡General!” hecho por “el señor”, que así llamaban todos al entonces presidente, al que nadie osaba contradecir, ni siquiera con el mandato constitucional en las manos... ¡Pobre México!

Desde este espacio hago un llamado a todos los senadores y a las senadoras de la República no sólo como representantes de sus estados, sino como madres (que algunas lo son) para que, junto a nosotras, hagan el reclamo de justicia para nuestros hijos. Fueron secuestrados en un periodo comprendido entre 1969 y 2002. Nos faltan nueve en Baja California; 11 en Chiapas; 10 en Chihuahua; cuatro en Coahuila; dos en Colima; uno en Durango; 317 en Guerrero; siete en Hidalgo; 22 en Jalisco; 11 en el estado de México; nueve en Michoacán; siete en Morelos; uno en Nayarit; siete en Nuevo León; siete en Oaxaca; siete en Puebla; uno en Querétaro; uno en San Luis Potosí; 42 en Sinaloa; uno en Tabasco; tres en Tamaulipas; tres en Veracruz; y 63 en el Distrito Federal.

No es justo y no se lo deseamos a nadie, pero sí reclamamos y preguntamos con énfasis: ¿y los otros?

Dirigente del comité ¡Eureka!

Fuente: El Universal
Difusión AMLOTV

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