domingo, 18 de noviembre de 2018

SOBRE EL NOVENO ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL COMANDANTE INSURGENTE RAMIRO DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO INSURGENTE: TADECO


Hoy se cumplen nueve años del asesinato del Comandante Insurgente Ramiro del ERPI, perpetrado por paramilitares financiados por el cacique Rogaciano Alba Álvarez y dirigidos por Cayetano Alvarado Palacios, alias “El Cuche Blanco”, en una cobarde emboscada con rifle en ráfaga.

Nosotros, el TADECO, en nuestra calidad de adherentes a La Sexta Declaración de la Selva Lacandona, desde nuestra modesta trinchera de lucha civil y pacífica, desde abajo y a la izquierda y con toda nuestra digna rabia, reafirmamos que los asesinos de Ramiro son los grupos de poder económico y político que desde el Estado, los partidos políticos y los cárteles del narco, mantienen a nuestro pueblo sometido, atemorizado y sumido en la pobreza a través de los grupos policiacos, militares y paramilitares, que persiguen, desaparecen, asesinan y agravian a la gente del pueblo en las ciudades, pueblos y comunidades.

Ahora, al paso de nueve años y con todo en contra, seguimos recordando su memoria en esta tumba que se ha construido con el esfuerzo de muchos compañeros, rindiendo un sencillo homenaje a este joven revolucionario que con el corazón en la mano y lleno de sus mejores ideales en la conciencia, fue capaz de ofrendar su vida por nuestro pueblo, por darle una vida digna y por construir un mundo mejor. Como lo hemos dicho El Comandante Ramiro, con escasos estudios académicos, legó a nuestro pueblo, mejores y mayores enseñanzas que los políticos inflados por voluminosos y espurios currículums diseñados para escalar los corruptos escaños del poder político, tan alejados de la realidad popular.

Como en años anteriores estuvimos el día de hoy 4 de noviembre, de manera humilde y sencilla en su tumba, reivindicándolo no porque pretendamos hacer una exaltación de la lucha armada, nosotros luchamos por la vida y no por la muerte, luchamos por una vida digna y por los derechos humanos como herramientas para el cambio social y la construcción de una nueva sociedad; estamos aquí porque tenemos el corazón bien puesto: abajo y a la izquierda y desde ahí nos identificamos con las causas que motivaron la lucha del Comandante Ramiro.

El Comandante Ramiro, con sus defectos y sus virtudes, con sus aciertos y sus desaciertos, como humano que fue pues, representa el ideal de la lucha de miles de guerrerenses y millones de mexicanos por construir la organización del pueblo desde abajo y a la izquierda, por destruir el Estado capitalista y neoliberal, por construir una nueva sociedad con gobiernos que manden obedeciendo al pueblo.

El Comandante Ramiro luchaba contra el despojo, la explotación, la represión y el desprecio que son el signo de la política antipopular del Estado Neoliberal; no quería cambiar de gobierno, quería cambiar el sistema. El Comandante Ramiro es y debe ser un modelo a seguir para la juventud mexicana, un ejemplo del Hombre Nuevo que lucha por sus ideales. El Comandante Ramiro es la imagen del auténtico luchador social que incomoda a los poderes fácticos y formales porque enarbola antes que cualquier otra, un arma poderosa: la verdad

La lucha del Comandante Ramiro, dio esperanza, perspectiva de futuro e iluminó la oscuridad de pobreza, marginación y exclusión en que viven miles de guerrerenses en La Sierra, La Montaña y los barrios pobres de las zonas urbanas de la entidad. Orientó la autodefensa y la lucha autogestiva de muchos pueblos por darse seguridad, defender sus recursos naturales y abrir oportunidades de trabajo, salud, educación y cultura, por defenderse del sistema pues, de su Estado, de sus fuerzas represivas, de sus caciques y paramilitares.

A nuestra forma y modo seguimos y seguiremos luchando por liberar al Comandante Ramiro del olvido y por aliviar su ausencia para convertirla en ánimos de lucha. En éste sentido, desde hace 9 años nos comprometimos a reivindicar al Comandante Ramiro, a darle una tumba digna y a enaltecer su imagen, como uno de los mejores hijos del pueblo que es y será eternamente.

Rememorando hoy al Comandante Ramiro, lo nombramos con toda nuestra digna rabia y al hacerlo, al decir su nombre, no dejaremos que muera por el olvido, lo traemos de nuevo, armamos el rompecabezas de su vida de lucha y reafirmamos que, acá abajo, una muerte es sobre todo una vida.

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