Han pasado ya las fiestas de fin
de año y el espíritu navideño que a muchos y muchas embriagó de sentimientos
positivos, buenos deseos y hasta de algunas sustancias y bebidas
“espirituosas”, han terminado. Han quedado atrás los sueños y fantasías que por
algunos días maquillaron nuestra realidad y empieza la famosa y dolorosa cuesta
de enero y el año nuevo 2016.
Se ha ido el año 2015, uno de los
más nefastos para el pueblo mexicano, pero el 2016 no augura mejores saldos.
Seguirán incontenibles la carestía, el deterioro del nivel de vida, el despojo
de tierras, recursos y territorios a los pueblos, el desprecio a los
movimientos que luchan por demandas económicas, sociales, por verdad y
justicia, la imposición de las criminales reformas estructurales, los
asesinatos extrajudiciales, la desaparición forzada de personas, la represión a
los movimientos populares y la intención de someter y destruir a movimientos
estratégicos para la lucha popular como el magisterio democrático, al
movimiento indígena independiente y al zapatismo, en fin, el recuento de a
ofensiva del Estado capitalista incluidas las empresas del narco, es brutal.
No es necesario ser adivino ni
analista político de paga para vislumbrar un nuevo año de incertidumbre,
dificultades y penurias para quienes sostenemos el mundo capitalista desde
abajo. Poco o nada bueno se avista en el horizonte de arriba, solo guerra,
violencia, desolación, pobreza, despojo, explotación, represión y desprecio
para los que hacen andar al país y no tienen más riqueza que sus manos.
Ante el embate de la hidra
capitalista y la tormenta que ya comenzó, el movimiento popular necesita
asentarse fuertemente abajo y a la izquierda, aplicar creativamente los
principios del mandar obedeciendo, sacudirse el vanguardismo y la ambición del
poder que confrontan al pueblo con el mismo pueblo, que engañan a la gente, que
prometen cambiar todo pero piensan y actuan igual que los mandones
capitalistas.
Es falso que sólo haya dos
caminos para cambiar el sistema: o la lucha electoral o la lucha armada y
también es falso que haya mesías, líderes o vanguardias iluminadas que por la
vía electoral, puedan conducir al pueblo a su paraíso. La construcción de una
nueva sociedad y una vida digna ni pasa por las urnas ni por el asalto al
poder, se construye desde ahora con organización y luchando por cambiar el
sistema con resistencias al capitalismo y con autonomías.
Urge dejar de seguir aplicando
esquemas de lucha anquilosados, desarrollar el pensamiento crítico, combatir el
pensamiento binario del bien y el mal, del mundo en blanco y negro y
creativamente construir lo nuevo. Es hora de la resistencia, de revisar las
tácticas y las estrategias, de voltear la mirada, de tocar piso, de dejar de
estrellarnos como kamikaces contra el muro del capitalismo, de concentrar todas
las fuerzas en la organización desde abajo y a la izquierda, de luchar por la
vida, de dejar de ambicionar y pelear por un poder que no es el nuestro, de
reconstruir la organización comunitaria, la articulación de todos los sectores
sin vanguardismos ni mesías, de hacerle fisuras al sistema para destruirlo y
abandonar la ilusión de que podemos conquistarlo, maquillarlo, humanizarlo. Es
hora de mirar el horizonte y avanzar con los principios firmes del mandar
obedeciendo y cambiar el terreno de la lucha popular, porque el presente es de
lucha y el futuro es nuestro.
Nosotros vemos que en el momento
actual el principal cambio necesario se debe dar en quienes luchamos por un
mundo nuevo, desmilitarizar nuestras conciencias, desembarazarnos de la
ambición de figurar, de acumular poder, del arribismo oportunista, de la
sobervia, de quitarnos nuestra mentalidad de jueces y verdugos de todo y de
todos, de reeducarnos en la modestia, la humildad, el servir al pueblo, en la
tolerancia, en la resistencia constructora de organización y fuerza social para
agrietar y derruir el muro del Estado capitalista. Nunca podremos ni cambiar al
mundo ni lograr una vida digna, pensando y actuando igual que nuestros
enemigos. Y para ello el pensamiento crítico debe ser el medio que nos conduzca
a no perder de vista el horizonte luminoso de un nuevo mundo donde quepan
muchos mundos, con pan, trabajo, justicia, democracia y libertad.
Persistamos en las acciones de
construcción de organización autogestiva y de redes de producción, abasto,
comercialización, prestación de servicios, seguridad pública, desarrollemos
proyectos alternativos de salud, educación, vivienda, cultura, información.
Hagamos reuniones de pensamiento crítico, de análisis, de teoría, de cómo vemos
el mundo, la lucha, la historia y lo que viene para nosotros y para los que
vienen atrás.
Asumamos modestamente y con un
fuerte espíritu de servicio, el trabajo de base, el caminar consultando, el
interés colectivo por encima del interés personal, fomentemos el diálogo, la
participación activa, el consenso, la tolerancia, la solidaridad, la denuncia y
el compromiso social en todos nuestros espacios, con la claridad de que el
cambio vendrá de ahí, desde abajo, de nosotros mismos y no de los decretos de
dirigencias iluminadas, aunque sean bien intencionadas.
Recuperemos con modestia el
principio de "ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo" y
renunciemos a beneficios particulares o de grupo que impliquen utilizar al
movimiento. Lo anterior solo puede llevarse a cabo de manera independiente del
Estado, la burguesía, sus partidos y su clase política, incluso los grupos del
narco, dejando atrás las alianzas vergonzantes, el colaboracionismo y la
subordinación, el luchar para empoderar a otros.
Para nosotros no se trata de
crear “tribus”, sino de potenciar el movimiento popular hacia la construcción
del Programa de Lucha del Pueblo, el Nuevo Constituyente y la Nueva
Constitución, teniendo claro que en ese camino el pueblo irá forjando el poder popular
y sus herramientas históricas para lograrlo.
Por eso reiteramos el llamado a
la rebeldía, a la resistencia organizada, a analizar críticamente y en
colectivo la realidad y construir nuevos caminos para avanzar desde abajo y a
la izquierda hacia el cambio verdadero, donde el pueblo mande y el gobierno
obedezca, dondelo que desaparezca sea el capitalismo y no las personas.
Refrendamos nuestra modesta
solidaridad con los padres y madres de los estudiantes de Ayotzinapa que
reclaman verdad y justicia y nuestro compromiso por verdad y justicia para los
desaparecidos y asesinados.
No nos cansaremos de gritar que
queremos de regreso a los 43 normalitas y a los mas de 600 desaparecidos en el
estado entre ellos a nuestro compañero Jorge Gabriel Cerón Silva, también
queremos justicia y castigo a los asesinos y actores materiales e intelectuales
de estos crímenes de lesa humanidad que tanto lastiman y dañan a nuestro
pueblo.
Refrendamos nuestra solidaridad
con el magisterio democrático en su lucha contra la reforma educativa, contra
la evaluación punitiva y en defensa de su organización y conquistas laborales.
Exigimos castigo a los
responsables de los asesinatos y represión en Ostula, libertad a los presos
políticos y alto al hostigamiento y represión a las comunidades zapatistas.
Perseveraremos en hacer que se
cumplan las recomendaciones de la Codehum y la CNDH de restituirnos y respetar
nuestros derechos en la Plaza Cívica de Chilpancingo, continuaremos nuestra
lucha hasta que se les dé cumplimiento de manera cabal y se nos haga justicia y
se restituya nuestro Módulo de Información, Cultura y Denuncia.
Reactivaremos nuestra demanda de
garantías para ejercer nuestros derechos y desarrollar nuestro trabajo en los
Módulos de Desarrollo Comunitario que por ahora tenemos en receso por las
amenazas y represión de las autoridades y sus socios de las empresas del narco.
Con todo en contra, seguiremos
trabajando con nuestros compañeros, colaboradores, amigos y aliados en la
construcción de autonomías desde la resistencia y la rebeldía, toreando a la
represión y confrontando nuestras ideas con nuestros detractores, con una nueva
forma de hacer política, desde abajo y a la izquierda y creando los gérmenes de
gobiernos que manden obedeciendo, porque construir una Patria Nueva es posible,
necesario y es tarea de hoy, de todos los días.