AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS
DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
A LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN
¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!
Las acciones de descontento y
manifestación popular que privan en el país no son actos de vandalismo ni actos
delincuenciales, son expresión de la voluntad popular en respuesta legítima a
las medidas antipopulares emanadas de las reformas burguesas de carácter
neoliberal.
El descontento, la protesta y
manifestación popular que hoy las masas trabajadoras diseminan en su legítimo
derecho por lo largo y ancho del país contra las medidas antipopulares del
régimen, son consecuencia inevitable de la política económica aplicada de
manera solicita y servil por el Estado mexicano en función de los intereses
imperialistas por más de 34 años.
Sumergido el país en una profunda
recesión económica, y a consecuencia de ello una miseria creciente en las
condiciones materiales de existencia del pueblo, la presente junta
administrativa impone más medidas antipopulares que se materializan en mayor
pauperización para las masas trabajadoras y en mayores beneficios para los
oligarcas.
Es el caso de la liberación del
precio de los combustibles, medida antipopular que ha impuesto la junta
administrativa a exigencia del capital monopolista y en beneplácito de sus amos
imperialistas.
Medida pro oligarca auspiciada
por la junta administrativa para generar prácticas monopolistas basadas en la
escases artificial y la especulación para así justificar las medidas de la
reforma energética, el entreguismo y garantizar altas tazas de ganancia a los
oligarcas que se han apropiado de dicha rama de la producción con el despojo
legalizado y potentados por el estado de derecho oligárquico.
Además, tiene como propósito
inmediato recaudar más ingresos para el estado burgués mexicano, quien busca
con ésta y otras medidas antipopulares costear el déficit financiero del gasto
público y en particular el sostén de los cuerpos policíaco-militares para que
sigan perpetrando el terrorismo de Estado contra el pueblo en todo el país.
El actual incremento abrupto y
creciente del precio de las mercancías muy por encima de su valor, es producto
de las prácticas monopolistas auspiciadas por el gobierno antipopular, universo
de mercancías que en relación con el precio del salario ha provocado un proceso
inflacionario creciente. Esto ha traído como consecuencia inmediata mayor precarización
en las condiciones de vida del campesino pobre, el proletariado, sectores
populares y los pequeños propietarios.
Estas son las causas inmediatas
del descontento, manifestación y protesta popular ante las cuales cacaraquean
iracundos los señores reaccionarios, criaturas que personifican al capital, la
servidumbre de la burguesía como lo son los politicastros, voces y plumas
mercenarias de los monopolios de la comunicación quienes destacan por ser
apologistas del terrorismo de Estado y la represión, no contentos, exigen
medidas autoritarias con rasgos fascistas contra el pueblo movilizado.
Ni actos vandálicos, tampoco
enojo y rabia, mucho menos actos de ciudadanos estúpidos como lo difunden los
epígonos del régimen y los monopolios de la comunicación. Contrario a ello, es
de retrogradas y reaccionarios no asumir que lo que se vive en el país es
reflejo del repudio popular al régimen neoliberal, es el pueblo manifestando su
legítima voluntad contra sus verdugos.
Solo quien es enemigo del pueblo,
niega que el actual repudio popular al régimen crece en relación a la magnitud
de las medidas antipopulares y los efectos nefastos contra el pueblo de las
reformas burguesas de carácter neoliberal impuestas como ley a punta de
violencia y demagogia institucional.
Ahí donde los enemigos del pueblo
ven actos de vandalismo, saqueos, actos anárquicos, entre otros epítetos que
criminalizan a la voluntad popular, en realidad lo que sucede es la crítica
política de las masas al régimen expresada en formas de lucha y protesta justas
que en legitimidad se apropian el producto de su trabajo concentrado en su
forma de mercancía en los almacenes y expendios monopolistas.
Ungidos con la impunidad que les
otorga la institucionalidad burguesa y el odio de clase hacia el pueblo como
ideario político, los personeros del Estado mexicano responden a la voluntad
popular con mayor represión y medidas policíaco-militares con rasgos fascistas
como política de gobierno.
La junta administrativa lejos de
solucionar las demandas populares aplica medidas represivas e impone estados de
sitio y toques de queda comandados por los militares en coordinación con el
mando único, amenaza impedir con la violencia institucional toda manifestación
popular, condición que hoy se expresa en más de mil quinientos detenidos en
todo el país, trabajadores transportistas violentados con medidas represivas
político-administrativas y masas populares reprimidas por los cuerpos
policíaco-militares, actos que a todas luces constituyen una injusticia
política y engrosan las cifras de víctimas del terror del régimen contra el
pueblo.
Si se trata de encontrar
responsables, no es necesario hacer supuestas investigaciones de inteligencia,
ni alharacas esquizoides, los únicos responsables son los politicastros quienes
firmaron el Pacto por México, aprobaron solícitamente las reformas burguesas de
carácter neoliberal y alimentan las mentiras económicas de la junta administrativa,
todo en beneplácito de la política transexenal del régimen.
Los señores ungidos en la junta
administrativa y aquellos amantes de la violencia institucional amparados en el
poder de los monopolios en sus sobresaltos hipócritas, omiten perversamente que
la magnitud de la ilegitimidad popular del régimen es reflejo de la magnitud de
la crisis política que vive y que en respuesta a dicha circunstancia
sociopolítica la junta administrativa robustece el Estado policíaco-militar, al
estado de derecho oligárquico y en contubernio con los monopolios de la
comunicación allana el camino para imponer una dictadura militar como máxima
expresión de ambos rasgos del Estado burgués mexicano; omiten que el régimen es
quien causa la violencia y ellos como personificación del mismo son quien la
perpetran y alimentan con sus medidas antipopulares.
El pueblo subsumido en una
miseria creciente producto de la explotación y opresión capitalista, las masas
trabajadores condenadas a la inmunda condición del pauperismo producto de las
medidas antipopulares del régimen, tienen el inalienable derecho a la protesta
y a luchar por una forma de vida que no sea deshumanizante. Oponerse a esta
razón histórica constituye una franca contrariedad a los intereses populares y
atenta contra el género humano, eso, sólo lo hace un gobierno antipopular de un
régimen totalitario.
Nuevamente las circunstancias
sociopolíticas y económicas confirman la necesidad política-organizativa del
pueblo, es necesario construir y organizarse en organismos de combate popular
para resistir y hacer frente a las medidas antipopulares del régimen.
Ahí donde existe voluntad popular
de combatir, donde emergen acciones legítimas de descontento y protesta popular
es necesario despojarse de la tendencia a huir cuando llegan los cuerpos
policíaco-militares y enfrentarlos con la autodefensa popular.
Sí el poder burgués endurece su
aparato opresor y lo enfila en franca represión contra las masas populares
movilizadas y en protesta contra el régimen, es deber de todo aquel que se
digne ser pueblo retomar las formas de lucha combativa que han dado frutos a lo
largo de la historia, desarrollarlas y enriquecerlas con la creatividad para
hacer frente a la política represiva del régimen, y, hacer de la lucha popular
combativa herramienta para transformar las relaciones de producción burguesa y
un instrumento dirigido contra los símbolos corpóreos de la dictadura del
capital.
Son tiempos donde la solidaridad
entre hermanos de clase debe aflorar en torno al interés común, es necesario
sacar de las prisiones del régimen a los hermanos explotados y oprimidos que
han sido víctimas de represión ejercida por el gobierno antipopular contra las
masas inconformes, son tiempos de construir la unidad popular entorno a la
transformación radical del país por métodos revolucionarios.
¡JUICIO Y CASTIGO A LOS CRIMINALES DE ESTADO!
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS Y DE CONCIENCIA!
¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!
COMITÉ DE PRENSA Y PROPAGANDA DEL PARTIDO DEMOCRÁTICO
POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
Año 52.
República mexicana, a 8 de enero de 2017