Alcanza recién aval en Uruguay y Nueva Zelanda. Francia lo aprobará el próximo martes, mismo día en que Colombia iniciará su discusión.
Itsel Olivares
Publicado: 20/04/2013 12:40
México, DF. El matrimonio entre personas del mismo sexo se abre paso en diferentes puntos del mundo. Nueva Zelanda se convirtió esta semana en el país número 13 en legalizarlo, después de que Uruguay hiciera lo propio la semana pasada. Se espera que Francia lo apruebe el próximo martes, mismo día en que el Senado colombiano iniciará su discusión.
Al acercarse la fecha para el voto solemne en Francia del matrimonio homosexual, la tensión ha escalado. El miércoles se registraron enfrentamientos entre partidarios y opositores al proyecto muy cerca de la Asamblea Nacional y una agresión a un bar gay.
Dos diputados socialistas denunciaron haber recibido amenazas de muerte y de secuestro. El presidente François Hollande pidió que las "manifestaciones se desarrollen pacíficamente" y que "no se impida a los parlamentarios hacer su trabajo".
Pese a la fuerte oposición, la aprobación definitiva de la ley por la Asamblea Nacional (Cámara baja) es segura. No obstante, los opositores disponen todavía de una arma: un recurso ante el Consejo Constitucional. Varios diputados ya se preparan para interponer uno.
El matrimonio igualitario enfrenta en Colombia un ambiente político y social aún más desfavorable que en Francia con la oposición de la Iglesia católica, de gran influencia en el país.
La iniciativa fue aprobada en diciembre pasado por 10 votos contra cinco en la comisión primera del Senado. Fue el primero de cuatro debates que debe sortear en el Congreso. Su próximo paso en el pleno senatorial está lejos de ser tan promisorio.
"Para que pase el proyecto se necesita 51 votos por el sí, pero creo que habrá ausentismo" para eludir el debate, considera el promotor de la iniciativa, el senador oficialista Armando Benedetti.
Varios senadores han expresado públicamente su rechazo y al presidente de la Cámara alta, Roy Barreras, se le acusa de poner obstáculos en los debates por sus vínculos con la Iglesia.
"Estoy analizando con mis asesores si vale la pena seguir discutiendo el proyecto de ley del matrimonio para parejas del mismo sexo o si es mejor retirarlo. Es que es claro que, con Roy Barreras a la cabeza del Congreso, ni el proyecto ni yo tenemos garantías para que se discuta", dice Benedetti.
No obstante, el proyecto que legaliza el matrimonio homosexual responde a una sentencia de la Corte Constitucional, que en 2011 dio plazo al Congreso hasta junio de 2013 para reglamentar ese tipo de uniones.
El entonces presidente de la Corte Constitucional, Juan Carlos Henao, dijo que si el Congreso no legisla en la materia, "las parejas homosexuales pueden ir ante un notario y con la misma solemnidad del matrimonio heterosexual establecer un vínculo, con consecuencias similares al de una pareja heterosexual".
Uruguay y Nueva Zelanda dicen "sí" a las bodas gay
El matrimonio homosexual corrió mejor suerte en Nueva Zelanda con una votación esta semana en el Parlamento de 77-44. Se espera que la ley entre en vigor en cuatro meses.
Nueva Zelanda autorizaba ya las uniones civiles desde 2005. La nueva ley fue aprobada un poco más de un cuarto de siglo después de la despenalización de la homosexualidad en 1986.
"La ley (anterior) consideraba a los neozelandeses homosexuales como seres inferiores a los demás ciudadanos. Este texto permite asegurarse de que el Estado no discrimine a ninguna categoría de la población", dijo Louisa Wall, diputada homosexual del Partido Laborista, promotora de la iniciativa.
Una semana antes, la Cámara de Diputados de Uruguay aprobó el matrimonio igualitario con el apoyo de todos los partidos políticos, con lo que se convirtió en el segundo país de América Latina, después de Argentina (2010), en tener una ley de estas características.
Muchos homosexuales creen que solamente han conquistado el marco jurídico. "Hay que trabajar ahora por la inclusión y la aceptación social", asevera Rubén López, un profesional de 55 años que vive en la ciudad de Mercedes con su pareja Mario Bonilla, de 51 años.
Ambos tienen un hijo adoptivo de 16 años y fueron parte de las numerosas personas que aportaron sus testimonios de vida a los senadores y diputados uruguayos para que se convencieran de la necesidad de aprobar la ley de matrimonio igualitario.
Una vez aprobadas las bodas gay en Uruguay, el debate se extendió a su vecino Paraguay, que celebrará elecciones presidenciales este domingo. Los dos candidatos con más posibilidades se manifestaron en contra de las mismas.
El rechazo de Horacio Cartes, del conservador Partido Colorado, provocó el repudio de organizaciones de gays. Cartes manifestó en una entrevista de radio que se pegaría "un tiro en las bolas" si su hijo decidiera casarse con otro hombre.
Efraín Alegre, del Partido Liberal, fue ambiguo. Considera "absolutamente claro" que el matrimonio es entre hombre y mujer, pero asevera que "finalmente es la sociedad la que debe resolver".
El caso México
La debate también se abrió en los estados de Coahuila y Guanajuato. En éste último, cientos de personas se manifestaron el jueves frente al Congreso local en contra de una iniciativa de ley de sociedades de convivencia.
La propuesta surgió del grupo parlamentario del PRI, pero es rechazada por el PRD, cuya coordinadora de bancada, Georgina Miranda, considera que el matrimonio entre personas del mismo sexo “no es una cosa normal”.
La ciudad de México fue la primera en Latinoamérica en permitir los matrimonios gay. En el primer año de la entrada en vigor de las reformas al Código Civil, celebró 700 bodas. Después Quintana Roo registró el matrimonio de dos parejas por no haber impedimento legal en los Códigos Civil y Penal.
Oaxaca hizo lo propio en marzo, luego que la Suprema Corte de Justicia concediera amparos a tres parejas del mismo sexo. Un mes antes, un municipio de Colima, Cuauhtémoc, autorizó un matrimonio entre dos hombres bajo el principio constitucional de “no discriminación”.
Coahuila podría convertirse en el tercer estado en darles luz verde. El Congreso local aprobó en 2007 un Pacto Civil de Solidaridad que otorga reconocimiento del Estado a las parejas del mismo sexo, pero que a decir del legislador Samuel Acevedo –promotor de la iniciativa–, no protege del todo a la pareja.
Más al norte, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos decidirá a más tardar en junio dos casos relacionados con el reconocimiento de los derechos de los homosexuales.
El primero sobre la legalidad de la Proposición 8 de California, que prohíbe casarse a las personas del mismo sexo, mientras otros nueve estados sí lo permiten. El fallo tendrá efecto en el resto del país.
El segundo involucra una ley federal que impide al gobierno reconocer las uniones entre personas del mismo sexo.
Persisten prejuicios
Aún existen muchos prejuicios y condenas sobre la homosexualidad en regiones como América Latina, pese a la aprobación de nuevas leyes. La semana pasada, un sacerdote de la provincia argentina de Córdoba que había apoyado la ley de matrimonio gay aprobada en 2010, fue expulsado de la Iglesia católica.
La ley de matrimonio gay argentina, la primera en América Latina, fue tenazmente rechazada por la Iglesia católica, mayoritaria en el país, en una ofensiva que lideró el ahora papa Francisco, entonces arzobispo de Buenos Aires.
En México, otro país de América Latina con prejuicios profundos hacia la homosexualidad, los ministros de la Suprema Corte de Justicia resolvieron el mes pasado que las palabras como puñal o maricón, una forma denigrante de definir a un homosexual, son discriminatorias.
Si bien determinadas expresiones pueden considerarse como parte del lenguaje habitual de una sociedad, ello no significa que las mismas puedan ser protegidas constitucionalmente, refiere la sentencia.
Mientras muchos países en el mundo discuten formas de avanzar en los derechos de los homosexuales, otros como Rusia retroceden.
En enero, el parlamento ruso aprobó inicialmente un controvertido proyecto de ley para prohibir la promoción de lo que llama "propaganda homosexual". Es decir, quedan prohibidos los eventos que promueven los derechos de los homosexuales y sus organizadores son acreedores a multas.
La ley podría ser interpretada de forma muy amplia y podría usarse para restringir las actividades de quienes defienden los derechos de los homosexuales, advierten defensores de derechos humanos.