Enrique Dussel*
La extraña formulación de
materialismo mesiánico es de Walter Benjamin, miembro cercano de la Escuela de
Frankfurt, incomprendido por M. Horkheimer y Adorno. Su posición teórica
avanzaba en demasía hacia las posiciones todavía eurocéntricas y secularizanates
del marxismo occidental de la época. Cuadran exactamente para entender de
manera profunda el significado abismal de la praxis ejemplar de la comandanta
Nestora Salgado, de la raza de las heroínas o héroes como Bartolomé de las
Casas, Clavijero, Hidalgo, Morelos, Zapata o los comandantes zapatistas (entre
los cuales debe incluirse muy especialmente al sub), entre tantos otros. Al
decir heroína quiero referirme al tipo humano por excelencia, a aquellos seres
que representan los ejemplos más insignes de lo que es la humanidad en cuanto
tal.
La humanidad, desde el origen del
homo sapiens, fue organizando, como mediación para el crecimiento de la vida
humana, sistemas culturales, económicos, políticos cada vez más complejos, en
especial desde el neolítico o la revolución urbana comenzada hace unos 7 mil
años, hasta ahora ubicada en la Mesopotamia antigua. Esos sistemas tienden a
cerrarse sobre sí de modo autorreferente y por un proceso entrópico pierden
creatividad (carecen de capacidad creciente auto-poiética, diría N. Luhmann),
comienzan su decadencia, situación que se protege aumentando la represión de
las víctimas y pasando a un autoritarismo retrógrado. ¿Cómo superar ese momento
de totalización totalitaria del sistema que llevaría a la muerte a todos sus miembros?
Surgen entonces en el seno de los oprimidos y excluidos seres humanos con una
subjetividad ética incorruptible que irrumpen con valentía ante el sistema para
negar esa opresión repetitiva y entrópica, creando positivamente instituciones
de un nuevo sistema que se torna creador de un movimiento de crecimiento
renovado de la vida de la comunidad. Esos seres que en el seno de la comunidad,
del pueblo (que A. Gramsci llamaba intelectuales orgánicos y J.P. Sartre los
militantes), juegan su vida por la vida de los demás, son las heroínas o héroes
de la historia de los pueblos.
Walter Benjamin, el nombrado
filósofo, a partir de un horizonte categorial semita, renueva el concepto de
mesianismo. El meshíakh (palabra semita que viene de aceite: meshakh) es el
consagrado (ya que se le imponía en la cabeza una unción de aceite que significaba
la exclusión de esa persona de las funciones cotidianas para consagrarse al
servicio del pueblo). Mesías es entonces el ser humano que ejerce un liderazgo
comunitario por medio de una acción peligrosa en nombre del pueblo oprimido
(explotados como la viuda, el huérfano, el pobre, el extranjero del Código de
Hammurabi, hace 3 mil 700 años). Es posible que el mesías sea el primero en ser
perseguido y eliminado por el sistema opresor, ya que en su valentía
incorruptible enfrenta a la dominación con la debilidad instrumental (porque
inicia el proceso), pero con la fuerza ética de su convicción investida por la
solidaridad de la comunidad.
Su misión, como enseña en el
capítulo 125 el Libro de los muertos, de Egipto (hace 5 mil años), es dar de
comer al hambriento, de beber al sediento, de vestir al desnudo y cumplir con
otras necesidades humanas fundamentales, relacionadas con la vida, y por ello
dicha vida es el contenido de su mandato (contenido como materia de su praxis:
materialismo entonces en tanto vitalismo, como había sostenido K. Marx)1.
Espero que ahora se entienda la expresión un tanto hermética o misteriosa de W.
Benjamin: materialismo mesiánico. Es decir, se trata de la actitud creadora
como anticipación y compromiso del innovador político, desde una decisión
peligrosa (en el tiempo del kairós, del riesgo hasta la muerte) del mesías. El
fundador (como lo llamaba M. Horkheimer) del cristianismo2 terminó por ser
llevado al cadalso de los que se rebelaban contra el imperio romano (la silla
eléctrica del tiempo era la crucifixión, como fueron ultimados, entre muchos
otros, Espartaco y más de 3 mil esclavos que se rebelaron contra la opresión
del imperio y de la ley romana). El mesías es ilegal de la ley injusta. El
mesías tiene miedo de recibir el encargo, pero más miedo tiene de traicionar el
mandato que los oprimidos le encomiendan en la confianza de que no los
abandonará. Estoy seguro de que Nestora Salgado temblaba de miedo al ser
nombrada comandanta, y más cuando fue privada de su libertad y encarcelada
junto a verdaderas corruptas y políticas que merecían esa pena, pero seguro que
la alentó el recuerdo de los rostros del dolor de su comunidad. La soledad, la
oscuridad de la celda debió estar iluminada por la alegría del rostro de niños,
mujeres y hombres que agradecían a la comandanta su valentía. Había dejado el
“paraíso americano” (así considerado para muchos) para volver al infierno
mexicano de sus pueblos (en manos de bandidos, mafiosos, policías municipales,
estatales, federales, Ejército y Marina), pero comprometida para transformarlo
en un paraíso mexicano futuro… si hubiera muchas comandantas Nestora Salgado.
Su libertad, contra la voluntad
del sistema, por un juez justo (pocos entre tantos otros bien pintados en La
dictadura perfecta), es una gran noticia. Debemos celebrarlo.
Pero lo más impactante y ejemplar
es que saliendo de la prisión no pida permiso para un merecido descanso. ¡No!
De inmediato, en uniforme de servidora de las autodefensas, expresión de la
sagrada soberanía del pueblo mismo ante la cual el poder delegado y obediencial
del Estado, desde el Presidente, secretarios de Estado, senadores, diputados,
gobernadores… hasta el último policía, deberían inclinarse en signo de respeto
ante la indicada soberanía del pueblo (ya que son servidores públicos de la tal
soberanía y no sede fetichista de ella).
Espero entonces, comandanta, que
haga entender al Estado que para pacificar a México y terminar con la
corrupción y las negociaciones con el narcotráfico (practicado por las instituciones
públicas) es necesario generalizar la autodefensa del pueblo mismo apoyado (y
no eliminado) honestamente por las fuerzas públicas para mancomunadamente
extirpar, junto al pueblo y no contra el pueblo, la corrupción que sin dicha
participación popular irá irremediablemente en aumento.
¡Celebramos su heroica libertad
mesiánica, comandanta Nestora Salgado!
* Ex rector interino de la UACM.
Filósofo, emérito de la UAM y el SNI.
1 ¿Cuántos príncipes de la
Iglesia, como llamó a muchos obispos mexicano el papa Francisco, siguen el
ejemplo del fundador? De seguir el ejemplo de nuestros obispos, el tal Jeshúa
de Nazareth hubiera muerto de viejo en una buena cama en el templo de
Jerusalén, en excelentes relaciones con el templo, con Herodes y Pilatos –el mariner
de la época–. Pero algunos de los obispos se excusan diciendo que ¡Francisco no
conoce nuestra situación (sic)! Pregúntenle a la comandanta cuál es nuestra
situación y a cuántos obispos ha visto bendecir a los miembros de las
autodefensas.
2 Recuérdese que cristiano viene del griego kristianós, es
decir, mesiánico.