AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE DERECHOS
HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
A TODAS LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO DE ESTADO
¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!
Al igual que el panismo, el PRI
prometió que este sexenio a México le iría bien, sin embargo, la misma realidad
ha desnudado el carácter antipopular del gobierno priista, quedando las
promesas de campaña en puro acto de demagogia electoral. Lejos de crear fuentes
de trabajo se condena a cientos de miles de trabajadores a la desocupación, en
México el desempleo es generalizado y profundizado como efecto de las reformas
burguesas de carácter neoliberal impuestas por la actual junta administrativa.
Mismas políticas que han
aumentado sin parangón la pobreza y la miseria como reflejo de la pauperización
de la sociedad, en la clase obrera como en la campesina la precariedad de la
vida material e intelectual es una de las características de esta pauperización
producto del grado de explotación a la que se somete a las masas trabajadoras
en donde la junta administrativa genera esas condiciones de explotación y
opresión, al mismo tiempo que protege con el Estado de derecho oligárquico los
intereses del capital monopolista transnacional y sus personeros locales, es
decir, la oligarquía mexicana.
El desarrollo que ha adquirido el
capitalismo y las formas de explotación en este siglo comprueban una vez más
que el proletariado es una de las clases fundamentales del capitalismo
independientemente de que la explotación asalariada se transfigure en una o mil
formas, la relación entre el capital y el trabajo es la misma, cambia la forma
de explotar pero no la esencia, en consecuencia el proletariado como clase
sigue siendo el sujeto histórico.
El proletariado como clase tiene
frente a el no sólo la dominación y opresión directa del Estado burgués, además
está sobre él la ideología y pensamiento reaccionario que se presenta con
ropaje revolucionario, pero en los hechos intenta alejarlo de su tarea
histórica, pretendiendo sujetar su acción a teorías “novedosas” que lo
desmovilizan, le quitan el filo revolucionario de su acción, impide que
adquiera la conciencia de sí y para sí y ahogan su acción en las formas
burguesas de hacer política para condenarlo a que siga siendo dócil esclavo del
capital.
Las actuales condiciones de la
lucha de clases en el país demanda que su organización y lucha estén fuera de
los marcos de la corporativización del capital y del Estado, del reformismo y
el oportunismo que lo ahogan en las grietas del enemigo. La organización
independiente es el punto de partida para desplegar su acción política
transformadora sobre el régimen y el capital. La lucha de la clase obrera debe
ir de la mano con las luchas campesinas y de los diferentes sectores populares,
todas acrisoladas en una sola contra el gobierno antipopular.
Son muchos los vientos que soplan
de inconformidad contra el régimen y el gobierno antipopular, uno de ellos se
expresa en el los diferentes llamados contra el actual proceso electoral,
poniendo en el centro de la discusión el ¿votar o no votar?
Ante el actual régimen y la
situación concreta que vivimos los mexicanos es necesario reflexionar sobre la
esencia del votar o no votar en el marco de una democracia burguesa, que no es
otra cosa que la dictadura de la burguesía.
La experiencia histórica nos
enseña que votar legitima al régimen actual, el cual es responsable de las condiciones
materiales de existencia de miseria y pobreza en las que vive el pueblo; votar
en actuales condiciones es legitimar que exista más desempleo y aceptar que
existan salarios precarios.
El pueblo explotado cada seis
años comprueba que votar legitima y respalda la anulación de derechos
constitucionales y humanos inalienables como el derecho al trabajo, a la
educación y a la vida. Sabe que votar es legitimar el terrorismo de Estado
contra el pueblo, aceptar y aplaudir los asesinatos, la desaparición forzada,
las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, la represión, el hostigamiento y
el hambre sobre el pueblo como política terrorista.
Hay quienes estigmatizan y
descalifican a quienes promueven tanto la anulación del voto como el
abstencionismo político, los satanizan y enjuician por promover esas formas de
condena popular al régimen oprobioso, sin embargo, no se comprende que no votar
es defender y hacer valer la voluntad popular, porque una parte del pueblo ha
decidido condenar al régimen por medio de esta forma de lucha, sobre todo a
través del abstencionismo político consciente.
Impulsar el abstencionismo
político consciente es la tarea política que sobre pase la actual coyuntura
electoral y forjar una conciencia política revolucionaria, ¿por qué? Porque
votar en las actuales condiciones es fortalecer y legitimar a la democracia
burguesa y condenar al pueblo a mayores condiciones de pobreza y miseria.
Cada día que pasa sin recibir
justicia las víctimas de los múltiples crímenes de Estado cometidos en 26-27 de
septiembre del 2014 en Iguala, Gro., se comprueba que estos crímenes de lesa
humanidad son el reflejo crudo de lo que es el Estado policiaco militar y el
terrorismo de Estado.
Desde el gobierno represivo y
antipopular se sigue con la criminalización del descontento popular y la
solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa, es la prueba que el Estado no
tiene voluntad ni disposición por presentar a los detenidos-desaparecidos,
porque él es el responsable, es una prueba de su participación en los crímenes
de lesa humanidad, que hoy desde las instituciones gubernamentales se pretende
negar su condición de crimen de Estado.
El Estado quiere diluir su
responsabilidad en las detenciones desapariciones impulsando una ley donde se
castigue a individuos, pero desligados del Estado. Se exime al verdadero
responsable y se ejerce como un instrumento más para descargar la
responsabilidad en figuras míticas y magnificadas como la delincuencia
organizada, más que un instrumento de justicia constituye una medida más de
contrainsurgencia, porque ahora dicen que las desapariciones las cometen
particulares.
A nuestros compañeros Gabriel
Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya los detuvo-desapreció el aparato
represivo del Estado mexicano, fueron torturados y siguen en condición de
desaparición forzada durante estos ocho años. Su detención desaparición
forzada, así como la de cientos de miles más que existen en el país demuestra
fehacientemente que la detención-desaparición forzada por motivos políticos y
sociales es política del Estado mexicano.
¡Hermanos, hermanas, camaradas!
Nuestro partido lleva 51 años de lucha armada revolucionaria en México, prueba
indiscutible de la necesidad de la revolución y de la vía fundamental de ella.
Son más de 50 años de experiencia en la lucha por la emancipación total de
nuestro pueblo, éste sabe los frutos concretos que ha proporcionado la lucha
armada revolucionaria.
Las tareas son muchas y tal vez
los años que tendrán que pasar para ver liberado a nuestro pueblo de la
explotación y opresión sean también muchos, por consecuencia, muchas son las
batallas que habrán de librarse. Un saludo revolucionario a todos los que
militan, combaten y colaboran en nuestras filas; un reconocimiento al militante
que desarrolla su acción constructora en las masas, en las trincheras de
nuestro ejército y las estructuras del PDPR. La consigna es ¡A SEGUIR
DESARROLLANDO LAS TAREAS ESTRATÉGICAS Y TÁCTICAS DE LA PRESENTE ETAPA!
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡A SEGUIR EXIGIENDO LA PRESENTACIÓN CON VIDA DE TODOS LOS
DETENIDOS-DESAPARECIDOS DE AYER Y HOY!
¡A ORGANIZAR LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO!
¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!
COMITÉ CENTRAL
DEL
PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA GENERAL
DEL
EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR
Año 51.
República mexicana, a 5 de mayo de 2015.