viernes, 26 de septiembre de 2008

Fracaso económico anticipado




El proyecto de finanzas públicas del gobierno para 2009 no se podrá cumplir. Según Carstens se espera un incremento del Producto Interno Bruto de 3 por ciento, una inflación de 3.8 y un déficit de la cuenta corriente de 1.1 por ciento del PIB. Pero no.

Muchos analistas consideran que la economía no podrá crecer el próximo año en más de dos por ciento mientras que la inflación será de al menos cinco puntos. En cuanto al déficit de la cuenta corriente, será imposible que sea igual a uno por ciento del producto. La situación podría agravarse si el precio promedio del crudo fuera menor de 80 dólares por barril, lo cual no es descartable.

El gobierno estima la inversión extranjera directa en 22 mil millones. La misma cifra es el pronóstico de las remesas de dólares. Estas metas sólo podrían conseguirse con una devaluación controlada pero efectiva del peso frente al dólar, lo cual puede no ocurrir bajo las altas tasas reales de interés en el mercado financiero mexicano, a menos que el peso se derrumbe y entonces las cosas estarán peor.

Todas las cifras anteriores son importantes debido a que con ellas se elabora el proyecto de finanzas públicas. Si las cantidades son incorrectas, todo el proyecto se vendrá abajo. En realidad, el gobierno debería cambiar su iniciativa de ingresos y egresos para ajustar sus cálculos a la nueva situación económica que se espera para 2009 en Estados Unidos y en México. Pero tal parece que dominan la necedad y el miedo al qué dirán, en lugar de una actitud realista y responsable.

En cuanto al déficit del gobierno, estimado en 266.3 miles de millones de pesos, que requiere una deuda neta interna de 295 mil millones, éste podría ser mayor debido a una menor recaudación y a un más alto costo nominal de la deuda interna, lo que llevaría a ajustes inesperados del gasto en el curso del año ya que Pemex no podría dar el soporte suficiente.

Parece que el gobierno de Calderón cree que la crisis de Estados Unidos es algo pasajero y que el plan de Bush va a funcionar de maravilla, pero esto no es nada seguro. El colapso financiero estadunidense no se debe a los créditos hipotecarios excesivos y mal otorgados sino que éstos se debieron a una sobre liquidez incontrolada que, a su vez, ha sido producto de un agotamiento del esquema dominante de acumulación de capital en el mundo. Mientras no se alcance un cambio suficiente en dicho esquema, los problemas financieros y de la producción van a seguir y esto podría tomar unos cinco años. Así que México tendría que asumir sus propias decisiones para defender su economía a partir de promover el mercado interno y la inversión pública.

Pero –siempre el pero— el gobierno no quiere analizar las cosas con apertura mental, sino que va a seguir bajo los efectos de los dogmas neoliberales que nos han azotado durante más de 20 años. Mas aquí seguimos.
pgomez@milenio.com

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