jueves, 11 de septiembre de 2008

LA VERDADERA UTILIDAD DE LAS MARCHAS

Viernes Contemporáneo.

Por: Armando Ortiz

"La verdadera utilidad de las marchas"

No es haciendo marchas como se va a combatir la delincuencia. Las marchas ya no conmueven a nadie, y sólo sirven para que las televisoras puedan lucrar con el dolor ajeno y sin pudor alguno entrevisten a los familiares de secuestrados y asesinados, que de manera sincera acudieron a la marcha Iluminemos México, con la esperanza de que su presencia, junto con la de los demás, despierte el interés de las autoridades y logren por fin hacer algo. La marcha del pasado 30 de agosto es semejante a la que se llevó a cabo en el año de 2004 y de esa fecha para entonces las cosas han empeorado.

La marcha del 30 de agosto tampoco tendrá resultados positivos, y no son ganas de fregar, de ir contra la corriente, pero una marcha con la bendición del gobierno, el patrocinio de las televisoras y la dirección de la Derecha (por más que digan que no), no puede ser auténtica. Calderón, principal responsable de la ineficacia del gobierno para combatir la delincuencia, señaló que él también se sumaba a la marcha. “Fíjate que suave”, diría Manolín. ¡Qué insensato! La marcha se supone es para exigirle a él que se ponga las pilas y el señor decide sumarse para exigir que acabe la violencia, como si la suma invocatoria de los hombres pudiera conseguirlo. Mejor que cada quien rece en su casa.

La marcha convocó a las familias “bien”, a los que ya están gastando en seguros antisecuestros, a los que ya no les está funcionando el chofer y el guarura, a los que lograron hacer, a base de esfuerzos, una pequeña fortuna y ahora se las quieren arrebatar a punta de miedo. También asistieron familias pobres, los menos, sobre todo los que se dejan llevar por la propaganda barata de Televisa.

Esos que el sábado acudieron al Zócalo de la ciudad de México a exigir a los gobiernos seguridad, son los mismos que en su momento celebraron la llegada de Calderón en el 2006, son los que se regocijaban con los spots que decían que Andrés Manuel era un peligro para México, son los que votaron por el Pan, creyendo que con eso tenían resguardada su fortuna. Inútiles serán sus gritos, sus llantos, sus marchas, si no entienden que el poder de convocatoria que tienen no debe ser utilizado para que otros se paren el cuello y se reúnan con Calderón para mirarle el rostro hinchado por la caída que sufrió (dice Julio Hernández López; “por causa de una cascarita de Bacardí”) Ahí estuvieron, junto con su gabinete disfuncional, nada más para escuchar de viva voz que hará esto y aquello y lo otro.

Los que acudieron a la marcha se sienten satisfechos y creen que su presencia el sábado 30 de agosto ha sido su mejor esfuerzo. No necesitan hacer más. De ahí en adelante dejarán, como lo hicieron los del 2004, que el gobierno haga su trabajo, pero no lo hará.

Si existe congruencia lo mejor será que esa gente que ya demostró su poder de convocatoria, se sume a aquellos que están exigiendo la revocación del poder presidencial. No para derrocar a Calderón por capricho, sino para decirle que la sociedad es la que tiene el poder y que no permitirá que un gobierno que tolera la inseguridad y la impunidad siga ejerciendo dirigiendo al país. La primera señal de que el gobierno es el ejemplo de impunidad la puso Calderón al día siguiente de la marcha. Juan Camilo Mouriño, quien es acusado de utilizar su posición encumbrada para obtener contratos de PEMEX para su familia, fue el encargado de entregar el 2º Informe de gobierno en el Congreso.

Esa fue la verdadera respuesta a los gritos de “ya basta” que el sábado expresaron los que iluminaron México por unas horas. La respuesta a la marcha también la dieron los delincuentes, cuando de manera coordinada colocaron mantas en lugares estratégicos en varios estados del país, señalando a su parecer, quiénes son los verdaderos responsables de la inseguridad. Una respuesta más estuvo en la utilidad que le dan los secuestradores a las marchas. Perdidos entre la multitud acudieron a recoger el monto solicitado por la liberación de un secuestrado y la marcha sirvió sólo para borrar sus huellas.

Sí, las marchas sólo sirven para borrar las huellas de los verdaderos responsables.

(Fuente: Newsver)


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