PATRICIA DáVILA Y RODRIGO VERA
Más dudas que certezas arrojan las investigaciones, las declaraciones -incluidas las que de manera precipitada realizó el embajador de Estados Unidos en México- y las contradicciones de las autoridades que, como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, han insistido desde el principio: el desplome del Learjet en el que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, el exsubprocurador José Luis Santiago Vasconcelos y siete personas más se debió a un "accidente". Declaraciones de diversos personajes, entre ellos Germán Martínez, presidente del PAN, fortalecen las sospechas de que la mano del narco pudo haberse hallado detrás del percance aéreo: "Por tu memoria Juan Camilo, por tu memoria de audacia y de alegría, no vamos a permitir que el narcotráfico y la droga lleguen a nuestros niños..." A continuación un adelanto del reportaje que publica el semanario Proceso en su edición 1672.
El gobierno mexicano, respaldado ahora por la embajada de Estados Unidos en México, ha reforzado su hipótesis original en el sentido de que el Learjet 45 en el que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, se desplomó a causa de un accidente, ocasionado por la presunta impericia de los pilotos, quienes no pudieron controlar la aeronave al entrar a una zona de turbulencia.
Sin embargo, esta versión oficial sigue despertando desconfianza en los sectores aeronáutico y empresarial, en la sociedad civil y aun dentro del Partido Acción Nacional, pues se presume que el percance pudo deberse a un atentado del narcotráfico. De hecho, personajes como José Antonio Ortega Sánchez, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, e Ismael Plascencia Núñez, dirigente de la Confederación de Cámaras Industriales, piden que las pesquisas se encaminen también por la línea del sabotaje.
El problema es que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) alimenta aún más las sospechas con sus datos contradictorios. Por ejemplo, esta dependencia afirmó inicialmente que la "posición" del Learjet con respecto al avión de alto tonelaje que lo precedía era la adecuada, pero ahora sostiene que no lo era. Al jet de la Secretaría de Gobernación, afirma, sí le afectó la turbulencia de la otra aeronave, un Boeing 767-300.
Por lo demás, sigue sin aclararse por qué la turbulencia no le afectó al helicóptero que también volaba cerca y cuya identidad continúa en el misterio. Cuando, el pasado viernes 14, se le hizo esta pregunta al titular de la SCT, Luis Téllez, respondió que se investigarán las razones.
Al aparatoso despliegue mediático que sostiene la versión del accidente se sumó el presidente Felipe Calderón, quien el pasado lunes 10 afirmó:
"Los elementos con los que se cuenta hasta este momento no permiten afirmar la existencia de otra hipótesis diferente a la de un accidente. Si se corrobora esta versión, así se dará a conocer con toda transparencia a los ciudadanos mexicanos. Y si fuera otra, también, no tendríamos ninguna razón en ocultarla".
domingo, 16 de noviembre de 2008
Avionazo: Más dudas que certezas
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