03 de marzo de 2011, 14:27México, 3 mar (PL) De inconstitucional y un paso a la privatización califican académicos mexicanos el reciente anuncio de Petróleos Mexicanos (Pemex), de abrir la empresa al capital privado con la asignación de contratos incentivados.
En el debate, que refleja hoy el diario La Jornada, aparecen posiciones como las del senador Francisco Labastida, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien afirmó que "esos convenios son constitucionales y buenos para las finanzas de la petrolera, sin que ello implique una pérdida del control".
Al respecto, el legislador por el oficialista Partido Acción Nacional (PAN), Juan Bueno Torio, dijo que la nueva ley de la empresa permite estos contratos para actuar con mayor celeridad en el desarrollo de sus actividades, por lo que no existe ningún indicio de privatización.
Sin embargo, el abogado constitucionalista Raúl Carrancá aseguró que no existen diferencias entre los conceptos exploración y explotación, "por lo que si se permite la participación de empresas privadas será una violación gravísima a la carta magna".
Su homólogo Jorge Carpizo recordó que los hidrocarburos son propiedad de la nación y sólo Pemex debe explotarlos, idea que comparte el jurista Elisur Arteaga, quien indicó que en caso de exploración sí es posible ese tipo de contrato, siempre y cuando le entreguen la llave del pozo a la paraestatal.
El también catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) subrayó que la participación del capital privado en Pemex resulta contrario al marco legal y a cualquier intención de utilizar el petróleo para impulsar el desarrollo de la economía nacional.
Las suspicacias en torno a la legitimidad de los contratos con el sector privado también rondan el Comité de Energéticos de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), en el que su vicepresidente, Gilberto Ortiz, consideró la iniciativa "un paso a la extranjerización del sector energético".
Ortiz también reparó en el hecho de que esto puede significar el desmantelamiento de Pemex, sin contar los problemas colaterales posteriores como una mayor dependencia del exterior.
"Ahora el argumento es aumentar la producción, después será la refinación y la petroquímica", sentenció.
Sobre este particular recordó que en 1991 se liberó la petroquímica secundaria y posteriormente la estructura de la paraestatal se deterioró al punto que en la actualidad el país produce menos del 25 por ciento del volumen de esos años.
Fuente: Prensa Latina
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