Saltillo, 01 de Julio.- El número de migrantes principalmente centroamericanos que son plagiados en nuestro país por las bandas de la delincuencia organizada, podría ascender hasta 20 mil por año, sin que en la mayoría de los casos se conozca el paradero final de la víctima.
Lo anterior es el resultado de un monitoreo realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y las distintas casas oficiales de protección a migrantes del país, el cual fue revelado por el Obispo de la Diócesis de Saltillo, Raúl Vera López.
En entrevista con Notimex, el prelado católico, quien además es responsable de la casa para migrantes “Belén Posada”, explicó que ante la ausencia de estadísticas o datos oficiales se llevó a cabo un estudio formal coordinado por la Quinta Visitaduría de la CNDH.
“Todas las casas de protección a migrantes contribuimos con la CNDH para esta labor con casos documentados, se monitorearon en total dos periodos de seis meses y en cada uno de ellos se estimaron 10 mil desaparecidos, es decir, en un año nos ubicamos en 20 mil”, apuntó.
Vera López subrayó que del testimonio de aquellos que logran escapar o pagan para que los dejen ir, se establece de manera indudable que las desapariciones son responsabilidad de bandas del crimen organizado que han diversificado su tarea a las extorsiones, tráfico de personas o de órganos.
“Recibimos a migrantes que logran escapar y tenemos los testimonios directos de lo que sucede, son verdaderas historias de terror, de personas que son mutiladas vivas o de una mujer por ejemplo, que fue obligada a dar a luz pero no se le retiró la placenta y murió, y el recién nacido fue traficado”, apuntó.
El Obispo de Saltillo reveló que el crimen organizado estaría obteniendo ganancias de hasta 50 millones de dólares en un año producto de las extorsiones que se realizan a los miles de migrantes que son privados de su libertad.
La “especialización” de los delincuentes es tal que han llegado a crear casas "fantasma" de protección a migrantes, como una administrada por una mujer bajo el seudónimo de "La Madre” en Coahuila, donde en realidad son enganchados y luego raptados por los criminales.
El prelado indicó que es tal el nivel de impunidad que las intimidaciones llegan casi a la puerta de las casas de migrantes, como ocurrió en Saltillo con Belén Posada, cuyos voluntarios de nacionalidad alemana optaron por salir del país hace unos días, ante intimidaciones directas de los delincuentes.
“Lo que no puede encubrirse en todos estos casos es la complicidad de autoridades que hacen posible estos hechos, de agentes de migración y de policías que resultaría imposible que no se dieran cuenta del rapto masivo de personas”, sentenció.
El Obispo coahuilense calificó como una “tragedia humanitaria” la mortalidad que en México padecen los migrantes, a quienes no dudó en calificar como personas de bien, trabajadoras, la mayoría con habilidades en algún oficio, y que lo que buscan es solamente una oportunidad para mejorar la condición en la que viven.
“Ya hemos pedido que se pare esta masacre que se está generando el país, es inmoral, repugnante y vergonzoso, no es posible que demos esta exhibición de descomposición social”, subrayó.
Vera sostuvo que a través de foros e instancias internacionales, entre ellas la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se ha reiterado una petición urgente al gobierno mexicano para que se atienda esta situación y se planteen soluciones inmediatas.
"Se trata de un cáncer que necesita ser atacado porque ahora ya no sólo se trata de extranjeros, sino también de mexicanos a los que secuestran y ni siquiera son migrantes, son pasajeros de autobuses que vienen a la zona norte del país", concluyó.
Fuente: Radio Trece
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