México, Distrito Federal, a 23 de octubre de 2012
*La contrarreforma representa un retroceso, un acto de prepotencia ideológica, que alentará la descomposición social, los resentimientos, la inseguridad y la violencia, asegura
*Afecta a trabajadores, a verdaderos empresarios, y no generará empleos ni bienestar ni contribuirá al crecimiento económico, señala ante legisladores del PRD, PT y MC
*Convoca a legisladores del Frente Progresista a actuar con dignidad y no faltar a sesiones. Nada de abstenerse, salir de viaje, supuestamente enfermarse o ir al baño al momento de la votación
Se recurrirá a la figura del amparo, en caso necesario, para frenar la contrarreforma laboral, informó Andrés Manuel López Obrador, a unas horas de que el proyecto de modificación a la Ley Federal del Trabajo se someta a consideración del pleno del Senado de la República.
En reunión con diputados y senadores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano aseguró que la llamada reforma laboral representa un retroceso, un acto de prepotencia ideológica, de un grupo minoritario, al cual calificó de irresponsable y promotor de la discordia e inestabilidad política y social en México.
Coincidente con representantes de los sectores productivos, aseguró que la mencionada legislación sólo alentará la descomposición social, los resentimientos, la inseguridad y la violencia. “Por eso he sostenido que dicha reforma es dañina no sólo para los trabajadores, sino también para los verdaderos empresarios del país”, abundó.
Desde la sede del Senado de la República afirmó que la citada reforma no contribuirá al crecimiento económico ni generará empleos ni bienestar y convocó a legisladores del Frente Progresista a actuar con dignidad y decoro, a estar a la altura de las circunstancias y “se opongan al retroceso que significa la llamada reforma laboral”, ordenada desde el extranjero.
Contrario a lo expresado por legisladores priistas y panistas, subrayó que la contrarreforma, en caso de aprobarse, vulnerará los derechos individuales de los trabajadores, con la llamada subcontratación, despidos sin reconocer derechos laborales y el pago por hora.
Acompañado por el dirigente telefonista, Francisco Hernández Juárez, declaró: “Considero que no debe avalarse la corrupción sindical alentada, lo subrayo, por los gobiernos del PRIAN. Ya basta de líderes o caciques que viven colmados de privilegios a costillas de los trabajadores, al amparo del poder, de las complicidades y de la corrupción gubernamental”.
Sin temor a equivocarse, dijo que los senadores del Movimiento Progresista “se manifestarán a favor de que haya transparencia, rendición de cuentas, libertad y democracia en los sindicatos”.
Sin embargo, hizo un llamado a legisladores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano. “Tengo que decir, ofrezco disculpas por anticipado, pero tengo que expresarlo, porque ya ha sucedido, que los legisladores no deben faltar a sesiones que son fundamentales, nada de abstenerse, salir de viaje, supuestamente enfermarse o ir al baño al momento de la votación”.
De la misma manera “debe permitirse y tolerarse que grupos de intereses creados sometan a las autoridades laborales, como sucedió en los casos de Luz y Fuerza del Centro, Mexicana de Aviación, Cananea y Pasta de Conchos, en los cuales predominó el influyentismo y la impunidad para favorecer y proteger a empresarios corruptos y de malos sentimientos”, enfatizó.
En otra parte de su discurso, el ex candidato presidencial expresó su rechazo a la propuesta de Enrique Peña, de entregar la renta petrolera a extranjeros y de aumentar, de 16 al 22 por ciento, la tasa del Impuesto al Valor Agregado, para compensar los ingresos petroleros.
En caso de consumarse un atraco más a la nación –expuso— la hacienda pública dejaría de recibir un billón de pesos anuales que “se obtienen solamente por derechos de hidrocarburo, que significan, a la vez, cerca del 30 por ciento del presupuesto público, dinero que no aportarían las empresas particulares, ni nacionales ni extranjeras, debido a que gozan de privilegios fiscales”.
Luego señaló que las reformas energética y fiscal son complementarias y forman parte de la misma operación de despojo y pillaje, de las llamadas reformas estructurales. “Esta es la razón por la que nos oponemos a estas mal llamadas reformas estructurales, que son en realidad viles atracos y graves retrocesos sociales. Más aún, no podemos aceptar estas regresiones porque queremos vivir en paz”, añadió.
En ese tenor, hizo un recuento, que llamó cronología de la ignominia, del proceso de privatización de empresas públicas, a partir de 1988. Destacó por ejemplo el acuerdo político entre Felipe Calderón y Enrique Peña, éste último gobernador del estado de México, para aumentar el IVA, del 15 al 16 por ciento, e incrementar el Impuesto Sobre la Renta, de 28 a 30 por ciento, así como aumentos mensuales a las gasolinas, el diesel, el gas y la luz.
“En junio de 2010, el PRI y el PAN aprobaron que Televisa y Telefónica, empresa española de telecomunicaciones dirigida por Francisco Gil Díaz, quien fuera secretario de Hacienda de Fox, se quedaran con un hilo de la fibra óptica de la industria eléctrica nacional”, agregó.
En su turno, Hernández Juárez, dijo que la reforma afectará los derechos de los trabajadores y se abaratará la mano de obra, además de facilitar los despidos, mientras que la senadora perredista Alejandra Barrales aseguró que el objetivo es convertir a México en el país con la mano de obra más barata.
Su correligionario Mario Delgado subrayó que la multicitada legislación solo es para darle gusto a las calificadoras, en tanto que el también perredista Armando Ríos señaló que el salario es el gran ausente en la reforma y que las pensiones son una bomba de tiempo.
Por su parte, el diputado federal y dirigente del Partido del Trabajo, Alberto Anaya, sostuvo que la contrarreforma vulnera la soberanía nacional porque se trata de una legislación que responde a un dictado del extranjero.
Por la tarde, López Obrador asistió al Congreso estatal de MORENA en Hidalgo.
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