Recuerdan en Guerrero a
asesinados sin vínculos criminales
ROGELIO AGUSTÍN ESTEBAN
(Milenio)
Guerrero • El
Taller de Desarrollo Comunitario y el movimiento #YoSoy32 instalaron una
ofrenda con la que se denuncia que en Guerrero, durante los últimos siete años
se han cometido al menos 3 mil 500 presuntos asesinatos extrajudiciales.
Dicha cifra no incluye a las
personas que han muerto en enfrentamientos entre grupos del crimen organizado,
se trata de ciudadanos que hasta el día de su muerte o desaparición estaban
completamente al margen de conductas fuera de la ley.
En la ofrenda se muestran las imágenes de escritores,
periodistas, guerrilleros, víctimas “colaterales” de la lucha contra el
narcotráfico y líderes de la comunidad lésbico-gay.
Una manta con el rostro de Omar Guerrero Solís, mejor conocido
como el “Comandante Ramiro”, pende de una de las gruesas ramas del árbol de los
flojos, en la plaza cívica de Chilpancingo.
A los pies de la imagen se observan flores de cempasúchitl y
veladoras, como una forma de honrar la imagen del dirigente del Ejército
Revolucionario del Pueblo Insurgente, asesinado a los 34 años de edad.
En otra imagen se mira el rostro de Roberto Arcos Catalán, un
joven acribillado a balazos en la colonia Guerrero 200 de Chilpancingo,
presuntamente por policías.
La ofrenda incluye a Quetzalcóatl Leija Herrera, asesinado el 4
de mayo de 2011, cuando era reconocido como el más importante promotor de la
diversidad sexual en el estado.
Destaca la imagen de Javier Torres Cruz, campesino ecologista de
la sierra de Petatlán, muerto en un atropellamiento en esa demarcación de la
Costa Grande. Fue de los pocos dirigentes que se atrevieron a declarar ante
Ministerio Público en contra del ex alcalde Rogaciano Alba Álvarez, relacionado
con la muerte de la abogada Digna Ochoa y Plácido, integrante del Centro de
Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
Dedican un espacio especial para Enrique Ramírez Fragoso,
electricista presuntamente asesinado de un balazo por un militar el 30 de
diciembre de 1960, hecho que desató la masacre que provocaría la caída del ex
gobernador Raúl Caballero Aburto, además de que permitiría la creación de la
Universidad Autónoma de Guerrero.
En pareja se muestran las imágenes de Carlos Díaz Frías y Luis
Armando Cabañas, dirigentes estudiantiles de la década de los años 70,
desaparecidos por la sospecha de participar en movimientos radicales, aunque
nunca se les comprobó el señalamiento.
También en pareja aparecen Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce
Rosas, dirigentes de la Organización para el Futuro de los Pueblos Mixtecos y
Tlapanecos, víctimas de un levantón en marzo de 2009 y encontrados muertos
cerca de Tecoanapa.
También se muestra juntos a Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel
Echeverría de Jesús, estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa asesinados el
12 de diciembre de 2011 en la Autopista del Sol, cuando cientos de alumnos de la
Normal Rural de Ayotzinapa fueron desalojados a balazos.
El retrato del escritor Carlos Montemayor está en una posición
especial, como prueba de que en Guerrero se recuerda bien al autor de “Guerra
en el paraíso”.
“Hemos colocado esta ofrenda combativa, para hacer patente que
en los útimos siete años se han cometido alrededor de 3 mil 500 asesinatos
extrajudiciales de ciudadanos guerrerenses, que al menos hasta ahora no se les
han probado actos delictivos, pues no se realizan investigaciones que los esclarezcan
y solo se les incrimina perversamente para dejar impunes los delitos cometidos
en su contra”.
Puntualizan que en la estadística no se toma en cuenta a las
víctimas de enfrentamientos entre grupos de delincuentes, o de grupos
delincuenciales con fuerzas policíacas y militares.
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