Pedro Echeverría V.
1. El partido MORENA acaba de
realizar su congreso de dos días. Estuvo tan estricto el acceso para los “no
amigos” –sobre todo vigilado por el “chofer Nico”- que yo me tuve que “colar”
para observar allí por lo menos hasta las 14 horas del lunes. Fue una reunión
para “gafeteros” y, a pesar de los discursos exigiendo que no hayan
“recomendados” entre las decenas de candidatos, casi siempre se identificó al
candidato principal, a quienes declinarían y otros que iban de relleno. Pero
esto es intrascendente porque de todas maneras nunca serán los asuntos
políticos problema de personas honestas o corruptas, de inteligentes o tontos;
sino de objetivos, de línea política o estratégica. El PRI, el PAN, allí va el
PRD, caminan adelante porque sus líneas políticas son coincidentes con el nivel
de conciencia y de pobreza de la mayoría de los mexicanos.
2. Si personajes como Beltrones,
Gamboa, Cevallos, Calderón, Pablo Gómez y varios más, llevan casi 40 años
ocupando cargos y haciéndose cada vez más millonarios, es porque se rigen por
la ley de los mejor adaptados al sistema político, cada quien en su respectivo
partido. Los 52 años de política que hemos vivido bajo el dominio de los
empresarios, el PRI, el PAN y el PRD, son idénticos a los años anteriores a
1960, cuando sólo dominaba la mancuerna PRI-empresarios. ¿Puede alguien
olvidarse de los 50 años de dominio político de los Fidel Velázquez, Hank
González, Cervera Pacheco, Muñoz Ledo o Martínez Domínguez? Obvio que no puede
pensarse que MORENA puede igualarse a toda esa historia; pero también
pensábamos en 1989 que el PRD llegara a ser idéntico al PRI y al PAN, pero ya
merito.
3. Hemos tenido 71 años de PRI y
12 años de PAN, así como gobiernos estatales del PRD y los resultados –con casi
invisibles diferencias- son exactamente los mismos: los niveles de pobreza en
vez de disminuir han aumentado, lo mismo que el desempleo, inseguridad,
migración, los servicios de salud y educación. Del PRI y del PAN –al ser
partidos de derecha y empresariales- no hemos esperado más que la continuidad
de la miseria y la opresión; pero del PRD (que se autocalifica socialdemócrata
y hasta de izquierda) que se esperaban algunos cambios en beneficio de los más
pobres, se ha demostrado que es igualito a sus “maestros antecesores”.
Michoacán, Zacatecas, Guerrero, Chiapas, la ciudad de México, no cambiaron ni
un ápice en favor de los trabajadores; les quitaron el gobierno porque ni la
conciencia política pudieron cambiar.
4. MORENA no hizo nada para
combatir la reforma laboral antiobrera con el pretexto de que estaba preparando
su congreso. Hoy los estudiantes están en las calles en Ayotzinapa Guerrero,
están exigiendo castigo a los asesinos de sus compañeros; en Tiripetío
Michoacán, peleando por la libertad total (sin cargos) de los 49 expresos
políticos, y en la ciudad de México los estudiantes del Yo soy 132 siguen
batallando contra Televisa y defendiéndose contra un posible desalojo de la
plantada “Revolución” de parte de la policía. Fuera de alguna declaración, ¿qué
hace morena para prestar apoyo y cobertura a esos movimientos estudiantiles? Lo
mismo podría preguntarse lo que hace MORENA en apoyo a las luchas de la CNTE,
los electricistas, los trabajadores de Mexicana, los mineros, los indígenas
zapatistas que reclaman ayuda y solidaridad.
5. Si MORENA no está junto e
“incrustado” entre los movimientos, éstos no tienen porque estar junto a
MORENA. ¿O acaso puede considerarse justo? Tampoco el PRI, el PAN o en PRD
participan con los movimientos, pero éstos tienen muchos millones de pesos para
comprar a los medios de información y para comprar conciencias y votos. No hay
duda que aquí está la diferencia entre un partido real y los que históricamente
ha vivido el país. El que MORENA sea un partido honesto no depende de los
consejos de honestidad, decencia o bondad, o que sea un partido místico o “del
amor”. Depende de que esté planteando los problemas del pueblo mexicano y lo
esté acompañando en sus luchas. A pesar de que es lo único que queda ahora con
posibilidades de movimiento de masas, esa confianza muy pronto puede perderse
si MORENA sigue caminando como partido tradicional y, sobre todo, deslindándose
de las corrientes no electoreras que crecen.
6. Se tiene la convicción de que
el poder y el gobierno en el sistema capitalista están en manos de los más
hábiles y deshonestos, de los que han podido adaptarse mejor en el sistema de
opresión, de los que han sabido aprovechar todas las coyunturas sociales para
obtener beneficios personales o de grupo. Parece que la honestidad no tiene
cabida en la política burguesa dominante; por lo menos no conozco a ningún
político de gobierno o aspirante a ello, que lo sea. La izquierda radical o
real (la que se identifica plenamente con los trabajadores) cuando ha llegado a
algún cargo público ha renunciado con dignidad o se ha pasado todo el tiempo
quejándose por el papel vergonzoso que realiza; pero el 99 por ciento de los
que batallan por obtener un cargo y lo logran, se la pasan muy contentos
llevándose a la bolsa el equivalente de 200 salarios mínimos oficiales.
7. Cuando en 1977 lanzó la
llamada reforma política el gobierno de López Portillo no fue un simple
“palomazo” sino que fue muy pensada y estructurada para entretener con ello a
la oposición. No pensó el gobierno sólo en regalar subsidios en dinero, así
como diputaciones, senadurías, gubernaturas, incluso la Presidencia de la
República a cambio de incrementar los votos, sino que también pensó -.en primer
lugar- en desarticular a la izquierda radicalizada comprometiéndola a respetar
el sistema económico, el sistema político y el sistema electoral poniendo como
indispensable el registro de partidos y un millón de gestiones burocráticas
legales que obligan a los partidos a no hacer trabajo social. ¿Mientras MORENA
se organiza, se registra, decide candidaturas, hace mil trámites, le quedará
tiempo para impulsar los movimientos de masas?
(23/XI/12)
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