Este 27 de abril, al cumplirse tres años del asesinato de los defensores de derechos humanos Alberta “Bety” Cariño y Jyri Jaakkola, Amnistía Internacional recuerda a las autoridades federales y del Estado de Oaxaca su responsabilidad de garantizar que los hechos no queden en la impunidad
Al día de hoy, sólo una de las 12 personas contra quienes se emitió orden de aprehensión está detenida.
Bety Cariño y Jyri Jaakkola, éste último de origen finlandés, fueron abatidos por un grupo armado con presuntos vínculos con autoridades locales y estatales el 27 de abril de 2010.
Familiares y compañeros de ambos defensores de derechos humanos y miembros de Amnistía Internacional han organizado marchas, vigilias y actos conmemorativos en Oaxaca y en Finlandia con el objetivo de exigir el fin de la impunidad.
Eve Jaakkola, la madre de Jiry declaró durante un viaje a México para exigir justicia para su hijo que "México representa amor y odio para mí. Es odio porque me quitó a mi hijo, es amor porque mi hijo amaba estar aquí".
La organización espera que las autoridades mexicanas cumplan su deber y se aseguren de que este caso será investigado eficazmente. Es esencial que las autoridades federales y estatales coordinen esfuerzos para arrestar a los demás sospechosos con el objetivo de que rindan cuentas ante la justicia.
Eve Jaakkola agregó que “Mi hijo aprendió un nuevo concepto cuando estuvo aquí en México, el hablaba de la “Vida Digna”, una vida con justicia y dignidad […] ahora él merece que en su caso llegue esta justicia, esta justicia por la que él luchó hasta el final”.
Si bien es responsabilidad del Estado de Oaxaca investigar los hechos y llevar a los responsables ante la justicia, es responsabilidad tanto de autoridades estatales como federales ejecutar las órdenes de aprehensión y garantizar protección efectiva para testigos y sobrevivientes.
Información adicional:
El 27 de abril del 2010 una caravana humanitaria que se dirigía a la comunidad Triqui de San Juan Copala, Oaxaca para documentar las condiciones en que vivían decenas de familias que se encontraban sitiadas por un grupo armado y llevarles alimentos, fue emboscada por hombres armados. En ese ataque perdieron la vida Jyri Jaakkola activista finlandés y Bety Cariño defensora de derechos humanos mexicana. Otras personas sobrevivieron el ataque con graves heridas, incluyendo varios periodistas.
Ambas familias han impulsado acciones tanto a nivel nacional como internacional para que continúen las investigaciones y se sancione a los responsables, tanto aquellos que se encuentran ligados al grupo armado responsable del ataque, como a los funcionarios de gobierno que permitieron que estos hechos ocurrieran.
Jyri Jaakkola, de 33 años, era originario de Finlandia y se trasladó a Oaxaca para conocer sobre los pueblos indígenas locales y enseñar sobre el uso responsable de los recursos naturales y los efectos del cambio climático.
Bety Cariño era la coordinadora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS) en Huajuapan de León, Oaxaca. Trabajaba en comunidades indígenas dando talleres sobre derechos de las mujeres y promoviendo la creación de radios comunitarias. Había denunciado el asesinato de las locutoras de origen Triqui Felícitas Martínez y Teresa Bautista ocurrido en San Juan Copala en 2008.
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