miércoles, 6 de mayo de 2015

Comunicado del PDPR - EPR

AL PUEBLO DE MÉXICO

A LOS PUEBLOS DEL MUNDO

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES

A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS

A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS, POPULARES Y REVOLUCIONARIAS

A TODAS LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO DE ESTADO

¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!


Al igual que el panismo, el PRI prometió que este sexenio a México le iría bien, sin embargo, la misma realidad ha desnudado el carácter antipopular del gobierno priista, quedando las promesas de campaña en puro acto de demagogia electoral. Lejos de crear fuentes de trabajo se condena a cientos de miles de trabajadores a la desocupación, en México el desempleo es generalizado y profundizado como efecto de las reformas burguesas de carácter neoliberal impuestas por la actual junta administrativa.

Mismas políticas que han aumentado sin parangón la pobreza y la miseria como reflejo de la pauperización de la sociedad, en la clase obrera como en la campesina la precariedad de la vida material e intelectual es una de las características de esta pauperización producto del grado de explotación a la que se somete a las masas trabajadoras en donde la junta administrativa genera esas condiciones de explotación y opresión, al mismo tiempo que protege con el Estado de derecho oligárquico los intereses del capital monopolista transnacional y sus personeros locales, es decir, la oligarquía mexicana.

El desarrollo que ha adquirido el capitalismo y las formas de explotación en este siglo comprueban una vez más que el proletariado es una de las clases fundamentales del capitalismo independientemente de que la explotación asalariada se transfigure en una o mil formas, la relación entre el capital y el trabajo es la misma, cambia la forma de explotar pero no la esencia, en consecuencia el proletariado como clase sigue siendo el sujeto histórico.

El proletariado como clase tiene frente a el no sólo la dominación y opresión directa del Estado burgués, además está sobre él la ideología y pensamiento reaccionario que se presenta con ropaje revolucionario, pero en los hechos intenta alejarlo de su tarea histórica, pretendiendo sujetar su acción a teorías “novedosas” que lo desmovilizan, le quitan el filo revolucionario de su acción, impide que adquiera la conciencia de sí y para sí y ahogan su acción en las formas burguesas de hacer política para condenarlo a que siga siendo dócil esclavo del capital.

Las actuales condiciones de la lucha de clases en el país demanda que su organización y lucha estén fuera de los marcos de la corporativización del capital y del Estado, del reformismo y el oportunismo que lo ahogan en las grietas del enemigo. La organización independiente es el punto de partida para desplegar su acción política transformadora sobre el régimen y el capital. La lucha de la clase obrera debe ir de la mano con las luchas campesinas y de los diferentes sectores populares, todas acrisoladas en una sola contra el gobierno antipopular.

Son muchos los vientos que soplan de inconformidad contra el régimen y el gobierno antipopular, uno de ellos se expresa en el los diferentes llamados contra el actual proceso electoral, poniendo en el centro de la discusión el ¿votar o no votar?

Ante el actual régimen y la situación concreta que vivimos los mexicanos es necesario reflexionar sobre la esencia del votar o no votar en el marco de una democracia burguesa, que no es otra cosa que la dictadura de la burguesía.

La experiencia histórica nos enseña que votar legitima al régimen actual, el cual es responsable de las condiciones materiales de existencia de miseria y pobreza en las que vive el pueblo; votar en actuales condiciones es legitimar que exista más desempleo y aceptar que existan salarios precarios.

El pueblo explotado cada seis años comprueba que votar legitima y respalda la anulación de derechos constitucionales y humanos inalienables como el derecho al trabajo, a la educación y a la vida. Sabe que votar es legitimar el terrorismo de Estado contra el pueblo, aceptar y aplaudir los asesinatos, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales, la tortura, la represión, el hostigamiento y el hambre sobre el pueblo como política terrorista.

Hay quienes estigmatizan y descalifican a quienes promueven tanto la anulación del voto como el abstencionismo político, los satanizan y enjuician por promover esas formas de condena popular al régimen oprobioso, sin embargo, no se comprende que no votar es defender y hacer valer la voluntad popular, porque una parte del pueblo ha decidido condenar al régimen por medio de esta forma de lucha, sobre todo a través del abstencionismo político consciente.

Impulsar el abstencionismo político consciente es la tarea política que sobre pase la actual coyuntura electoral y forjar una conciencia política revolucionaria, ¿por qué? Porque votar en las actuales condiciones es fortalecer y legitimar a la democracia burguesa y condenar al pueblo a mayores condiciones de pobreza y miseria.

Cada día que pasa sin recibir justicia las víctimas de los múltiples crímenes de Estado cometidos en 26-27 de septiembre del 2014 en Iguala, Gro., se comprueba que estos crímenes de lesa humanidad son el reflejo crudo de lo que es el Estado policiaco militar y el terrorismo de Estado.

Desde el gobierno represivo y antipopular se sigue con la criminalización del descontento popular y la solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa, es la prueba que el Estado no tiene voluntad ni disposición por presentar a los detenidos-desaparecidos, porque él es el responsable, es una prueba de su participación en los crímenes de lesa humanidad, que hoy desde las instituciones gubernamentales se pretende negar su condición de crimen de Estado.

El Estado quiere diluir su responsabilidad en las detenciones desapariciones impulsando una ley donde se castigue a individuos, pero desligados del Estado. Se exime al verdadero responsable y se ejerce como un instrumento más para descargar la responsabilidad en figuras míticas y magnificadas como la delincuencia organizada, más que un instrumento de justicia constituye una medida más de contrainsurgencia, porque ahora dicen que las desapariciones las cometen particulares.

A nuestros compañeros Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya los detuvo-desapreció el aparato represivo del Estado mexicano, fueron torturados y siguen en condición de desaparición forzada durante estos ocho años. Su detención desaparición forzada, así como la de cientos de miles más que existen en el país demuestra fehacientemente que la detención-desaparición forzada por motivos políticos y sociales es política del Estado mexicano.

¡Hermanos, hermanas, camaradas! Nuestro partido lleva 51 años de lucha armada revolucionaria en México, prueba indiscutible de la necesidad de la revolución y de la vía fundamental de ella. Son más de 50 años de experiencia en la lucha por la emancipación total de nuestro pueblo, éste sabe los frutos concretos que ha proporcionado la lucha armada revolucionaria.

Las tareas son muchas y tal vez los años que tendrán que pasar para ver liberado a nuestro pueblo de la explotación y opresión sean también muchos, por consecuencia, muchas son las batallas que habrán de librarse. Un saludo revolucionario a todos los que militan, combaten y colaboran en nuestras filas; un reconocimiento al militante que desarrolla su acción constructora en las masas, en las trincheras de nuestro ejército y las estructuras del PDPR. La consigna es ¡A SEGUIR DESARROLLANDO LAS TAREAS ESTRATÉGICAS Y TÁCTICAS DE LA PRESENTE ETAPA!

¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!

¡A SEGUIR EXIGIENDO LA PRESENTACIÓN CON VIDA DE TODOS LOS DETENIDOS-DESAPARECIDOS DE AYER Y HOY!

¡A ORGANIZAR LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO!

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!

¡VENCER O MORIR!

¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!

¡RESUELTOS A VENCER!

¡CON LA GUERRA POPULAR!

¡EL EPR TRIUNFARÁ!

COMITÉ CENTRAL
DEL
PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA GENERAL
DEL
EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR

Año 51.


República mexicana, a 5 de mayo de 2015.

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