AL PUEBLO DE MÉXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS NO
GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS,
POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
¡HERMANOS, HERMANAS, CAMARADAS!
La magnitud del terrorismo de
Estado en la actualidad se expresa en la detención-desaparición forzada por
motivos políticos o sociales, la ejecución extrajudicial y el desplazamiento
forzado entre otros crímenes de Estado contra el pueblo organizado y no
organizado.
El terrorismo de Estado como
violencia desenfrenada contra el pueblo de quienes detentan el poder es parte
de la estrategia de Guerra de Baja Intensidad (GBI), que ha cobrado cientos de
miles de víctimas, todas de origen popular donde no figura los personeros del
régimen, tampoco apellidos de “abolengo”, integrantes de la cúpula policiaco-militar
y mucho menos burgueses, oligarcas y cúpula eclesiástica. Esto evidencia el
origen y carácter de clase de la violencia que se ejerce contra los mexicanos.
En esta danza macabra de
violencia el mando único se revela como el encargado de organizar, ejecutar y
dirigir el terrorismo de Estado y las campañas de contrainsurgencia a lo largo
y ancho del país. Desde este organismo represivo se maquinan y ejecutan a
diario los crímenes de lesa humanidad.
La política del terrorismo de
Estado pretende minar la voluntad popular de combatir, para garantizar por
todas las vías el despojo y proteger los intereses monopólicos; reprimir al
pueblo organizado que lucha por sus justas demandas y al no organizado para que
no ose protestar y cuestionar al régimen neoliberal, al gobierno antipopular,
represivo y proimperialista. Política de gobierno que tiene por fin garantizar
la continuidad del régimen de explotación y opresión.
Los crímenes de lesa humanidad,
entre ellos los de la desaparición forzada, la ejecución extrajudicial y el
desplazamiento forzado siempre han sido práctica recurrente de las dictaduras
militares, los gobiernos fascistas y los gobiernos policiaco-militares con
rostro “civil”, como es el caso de México.
En el país por el origen y el
fin, el Estado es el único responsable de los crímenes de lesa humanidad, por
lo que diluir la autoría de estos en el mítico crimen organizado y en supuestos
particulares es una maniobra mediática con fines distractivos. Esa supuesta
delincuencia en realidad son los grupos paramilitares creados exprofeso con
participación directa de la marina, el ejército, la policía federal, las
policías estatales, que se disfrazan de delincuentes, actuando todos bajo el
mando único.
El año 2015 terminó sin poder
ocultarse los crímenes de lesa humanidad; el 2016 lo iniciamos con la
continuidad del terrorismo de Estado, comprobándose una vez más que el fenómeno
es de carácter nacional porque obedece a la misma política, independientemente
del partido política que gobierne.
Veracruz, con la reciente
detención-desaparición de 5 jóvenes en un retén policiaco en Tierra Blanca, las
fosas clandestinas de Maltrata y los cuerpos encontrados en la zona conurbada
de Xalapa confirman la magnitud del cometido de los crímenes de lesa humanidad,
la patente del Estado y la perversidad de utilizar dichos crímenes para dirimir
sus pugnas interburguesas. Las declaraciones del señor Duarte son falsas y
perversas, orientadas a procurar impunidad a los autores de los crímenes de
Estado.
Guerrero, confirma lo sistemático
de la estrategia contrainsurgente; ilustra el cinismo y la impunidad desde el
Estado; muestra el ensañamiento hacia una población que no deja de denunciar
los crímenes de lesa humanidad. Los “otros desaparecidos” han roto el muro del
silencio, el temor y la censura para confirmar fehacientemente que suman miles
en la entidad, si en Iguala son más de 900 detenciones desapariciones
denunciadas y documentadas a parte de los normalistas de Ayotzinapa, ¿A cuánto
asciende la criminal estadística con la suma de todos los municipios? prueba de
que la detención desaparición forzada y la ejecución extrajudicial es política,
consigna y estrategia contrainsurgente del Estado mexicano.
Morelos, las fosas clandestinas,
las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales, así como otras
expresiones del terrorismo de Estado, semasificaron y exacerbaron desde un
gobierno de “izquierda” que impuso el mando único, habla de la sumisión a los
intereses oligárquicos de aquellos que sin pudor político se dicen ser de la
izquierda moderna, al ser gobierno se rigen por la misma esencia fascista que
caracteriza al Estado mexicano.
Oaxaca, habla de la misma
política de gobierno y de los amasiatos políticos de conveniencia de clase, las
detenciones-desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales tienen
conexión directa con la política económica burguesa para la defensa de los
intereses oligárquicos, Gerardo Gutiérrez Candiani es beneficiario directo de
esta política, eso explica por qué es promotor del terrorismo de Estado, ahora
por su desempeño en esa lógica de violencia exige que sea premiado con la
gubernatura para materializar la acumulación originaria de capital a sus
intereses de grupo.
El fenómeno de la
detención-desaparición forzada va de la mano del despojo violento para
profundizar la acumulación originaria del capital, en donde cada ciclo los
diferentes grupos y clanes oligárquicos se fortalecen con la centralización del
capital y el pauperismo de las masas trabajadoras. El desplazamiento forzado
obedece a estas causas y explica la ofensiva policiaco-militar-paramilitar en
Guerrero, generalizar el terrorismo de Estado para garantizar la explotación de
la minería.
Este es un fenómeno nacional que
no han podido ocultar ni diluir el origen gubernamental, por tanto la respuesta
es y debe ser nacional de todo el pueblo y sus organizaciones. Si desde el
Estado se administra esta política de terrorismo con campañas mediáticas
minimizando el problema en unos cuantos municipios, en unas cuantas víctimas y
diluyéndolas en delitos del fuero común es para garantizar impunidad.
Es necesario destacar a los
connotados promotores del terrorismo de Estado personificados en una cofradía
de “sociedad civil” entre la que se erigen como ejecutores privados del estado
de derecho oligárquico, para garantizar desde esta botarga los intereses del
capital y sus oscuros negocios, es el caso de la señora Isabel Miranda de
Wallace y el señor Alejandro Martí, quienes han hecho “justicia” con sus
propias manos, en consecuencia las tienen manchadas de sangre al justificar los
crímenes de lesa humanidad y al ensañarse contra los luchadores sociales, como
es el caso de Nestora Salgado.
La denuncia política que desenmascare
a este régimen fascista es asunto de todos los mexicanos, no debe parar, ni
debe darse aisladamente, que la exigencia de la presentación con vida de todos
los detenidos-desaparecidos de ayer y hoy, que retiemble en su centro la tierra
el llamado al combate político; rompamos todos prejuicios, ataduras, temores y
censuras mediáticas para desembocar en la amplia movilización popular en donde
la acción política de masas arranque al Estado de las mazmorras clandestinas a
nuestros seres queridos.
Ante la indolencia gubernamental
y la persistencia del terrorismo de Estado frente a las justas demandas del
pueblo ¿Qué hacer? A los explotados y oprimidos sólo nos queda la unidad de
todo el pueblo contra el enemigo común, desarrollando todas las formas de lucha,
entre ellas la autodefensa armada de las masas y la justicia popular.
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS
QUEREMOS!
¡POR LA PRESENTACIÓN CON VIDA DE
TODOS LOS DETENIDOS-DESAPARECIDOS DE AYER Y HOY!
¡A ORGANIZAR LA LUCHA CONTRA EL
TERRORISMO DE ESTADO!
¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS
PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO
DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO
POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR
Año 52.
República mexicana, a 3 de
febrero de 2016.
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