¡Gane quien gane!
En noviembre de 2016 el CLETA
UNAM emitimos un documento donde expusimos nuestra posición sobre el proceso
electoral que se realizará en 2018 y en esencia va en cuatro líneas:
1.- Creemos en todas las formas
de lucha aplicando en cada momento las que creemos convenientes. Esto depende
del momento histórico.
2.- Aunque la lucha electoral la
ejercemos poco, lo hacemos cuando se dan ciertas condiciones históricas
(pusimos de ejemplo la lucha electoral de la COCEI en Juchitán en 1981 en que
CLETA UNAM participó acertadamente), pero dejamos claro que no creemos que
solamente con este método se pueda cambiar de raíz el capitalismo y logar la
instauración de una sociedad comunitaria, colectiva, comunista.
3.- Caracterizamos los momentos
actuales y consideramos que ante el proceso electoral de 2018 había que moverse
bajo las siguientes tácticas:
a) Apoyar la iniciativa del EZLN
y la CNI para impulsar una vocera del Consejo Indígena de Gobierno (todavía no
designaban a Marichuy) y el proceso organizativo que esto conlleva.
b) Apoyar, crítica pero
fraternalmente, las iniciativas honestas fundamentalmente las de Morena..
c) Aprovechar estas tácticas,
para a nivel de base, tratar de acercar a militantes de Morena y la “sexta” que
llegaban a afirmar que el EZLN era una construcción gubernamental (los de
Morena) y a compas cercanos al zapatismo, que dogmáticamente se manifestaban
contra toda acción de los morenistas.
4.- Independientemente de estas
tácticas nuestra estrategia no cambia y se resume en seguir construyendo al
CLETA (CLETA-UNAM), impulsando la estructura nacional e internacional de
nuestra organización cultural que hace política, con los objetivos de construir
“poder popular” e ir controlando territorio de manera autogestora.
A un año y medio de distancia
emitimos este segundo documento que pretende guiar nuestras acciones tácticas
para los próximos meses (después del 1° de julio) y lo hacemos público antes de
las elecciones, pues no somos de los oportunistas que “nos subimos a la
cargada” de los acontecimientos para no quedarse fuera de las limosnas y
puestos que se llegan a generar, ni somos los dogmáticos que aplicamos
etiquetas a los compañeros con quienes tenemos algunas discrepancias.
¡Gane quien gane!
Para el CLETA UNAM que Morena u
otras agrupaciones ganen en algunas instancias de poder dentro del aparato
burgués (ya sean federales, estatales o municipales), lo máximo que se logra es
generar coyunturas para que podamos conseguir nuestros objetivos con menos
riesgos y si laboramos acertadamente, quizá en menos tiempos. Sobre todo para
aquellos que nos manifestamos por la transformación radical de la sociedad, que
somos antiimperialistas, antisistémicos, antipatriarcales, luchamos por el
socialismo, y que reivindicamos todas las corrientes de pensamiento que nos
lleven al triunfo popular (incluyendo el marxismo).
Esto no está exento de riesgos,
ya que como sucedió cuando el “cuauhtemismo” ganó posiciones, a partir de 1988
trajo consigo la mediatización y desaparición de muchas organizaciones que se
planteaban hacer la revolución. En esto jugó un papel definitivo el nacimiento
del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con el requisito de la
afiliación individual y la destrucción de valiosos procesos de organización
popular, cultural y política. Algunas de estas agrupaciones que se disolvieron
siguieron manteniendo cierta estructura dentro del PRD, que finalmente derivó,
en la mayoría de los casos, en las llamadas “tribus” cuyo objetivo dentro de
ese frente (que no partido), fue el conseguir puestos para sus afiliados y con
ellos canonjías y prebendas… aunque hay excepciones pues conocemos en el PRD
compañeros consecuentes, pero son los menos.
Caracterizamos que el resultado
de las próximas elecciones, sea cual sea, no desaparece ni aminora la lucha de
clases, que a nivel mundial está en momentos de grandes contradicciones, en el
marco de una profunda crisis estructural del sistema capitalista.
Creemos que estamos en momentos
semejantes a los acontecimientos previos que se dieron en 1968 en que la
reconstrucción de la postguerra le dio al capitalismo una fuerza en que se
apoyaba para aumentar la represión y la explotación. Sin embargo, la “liebre le
saltó” en Francia con una de las huelgas más numerosas de la historia y la
insurrección de grupos sociales, sobre todo de los jóvenes, muchos de ellos
estudiantes. Como en cascada las acciones populares se sucedieron en todo el
mundo
¿Dónde va a saltar ahora la
liebre? ¿En Brasil con el golpe judicial que han dado los neoliberales para
usurpar el poder? ¿En Estados Unidos donde los supremacistas guiados por Trump
pretenden aplastar a todos los que no se plieguen a sus políticas? ¿En México
donde después de que realicen uno de sus ya conocidos fraudes electorales les
puede crecer la insurrección popular? ¿Dónde?
El triunfo de grupos que
consideran que la raíz de la problemática es la corrupción y que no la ven como
una consecuencia de la explotación capitalista, no garantiza ningún cambio
estructural, pero si ahondará contradicciones interburguesas dando espacios
para que avancen planteamientos más radicales. Y si siguen los mismos de hace
90 años en el poder, además de incrementarse la represión también crecerá la
respuesta popular. Por ello gane quien gane la lucha contra la opresión seguirá
en cualquiera de estos escenarios.
¿A qué le llamamos que se genere
coyuntura?
Que suceda algo semejante a lo
que pasó en la Ciudad de México en 1997 cuando ganó el “cuauhtemismo”, que más
allá de que el oportunismo copó la mayoría de los espacios de poder formal, se
presentó la oportunidad de que gente organizada y probada utilizara espacios,
respondiendo a proyectos colectivos y no a ambiciones personales; pero hay que
reconocer que también de 1997 a la fecha derivó en nuevos bribones que
utilizaron esos espacios para corromperse y enriquecerse. Esta descomposición
llegó hasta a organizaciones que con el pretexto de ser autogestionarias
cayeron en el changarrerismo para resolver sus necesidades individuales por
sobre de las del movimiento social.
Coyuntura es que por al menos al
principio, se frene la represión despiadada que vivimos en este momento, en
contra los luchadores sociales. Coyuntura es que temporalmente se puedan
liberar espacios en beneficio de quienes luchan por un cambio radical.
Coyuntura es que si se hace una buena labor se puedan ir radicalizando sectores
y personas que entenderán que no basta con tener un puesto de poder, para que
la clase dominante acceda a las justas demandas del pueblo. En fin, si ganan
esos sectores progresistas, nacionalistas, democráticos y hasta de “buena fe”,
habrá estas y otras coyunturas, y si no, habrá que prepararse para una lucha
más frontal, más radical, más decidida. Pero gane quien gane, la lucha de
clases seguirá, ya sea en una fase de mayores contradicciones o en otra, en que
baje la represión pero que habrá que enfrentar otros fenómenos como la
mediatización y la traición.
Sobre los tiempos inmediatos
En lo inmediato (segundo semestre
de 2018) no habrá más cambios substanciales más que los que logremos imponer
mediante la movilización y la acción popular.
No hay que olvidar que el cambio
del poder formal es hasta el mes de diciembre, lo que derivará en que si lo
pierden los PRIISTAS-PANISTAS (y los dirigentes deshonestos del PRD),
utilizarán el tiempo que les queda para “amarrar” sus reformas estructurales
tratando de que los que vienen no puedan hacer cambios profundos en su Reforma
Punitiva (que ellos llama educativa); en la entrega del territorio a las
mineras y todos los mega proyectos imperialistas (incluyendo la destrucción del
vaso del Lago de Texcoco y toda la zona, con su aeropuerto de la
muerte).Terminarán de sentar las bases para privatizar el agua de todo el país;
terminarán de rematar la riqueza petrolera; tomarán medidas para poder aplicar
el “semestre de Hidalgo” (pendejo el que deje algo); amarrarán acuerdos para
que no se pueda hacer justicia cuando se descubran todas sus fechorías, etc.,
etc.
Con estas perspectivas, este
semestre debe de ser de “dignidad, lucha y resistencia”, empujando para
defender a nuestros militantes, incluyendo aquellos que tienen una incidencia
social por su consecuencia y su tenacidad. Habrá que aprovechar cualquier
resquicio para avanzar, impidiendo que el enemigo tenga pretextos para
criminalizar a las organizaciones consecuentes y a sus integrantes.
También hay que aprovechar para
aumentar los niveles organizativos y de unidad, como el ejemplo que nos están
poniendo los integrantes del Consejo Nacional Indígena, la UPVA y la CNTE con
sus movilizaciones tendientes a elevar los niveles de conciencia del pueblo y
de organización.
Donde haya fraude electoral hay
que aprovechar las contradicciones para avanzar y organizar desenmascarando al
estado y a sus personeros antipatrióticos, detectando a aquellos que con una
posición más radical están dispuestos a comprometerse más, no solo por tener un
espacio en la estructura del poder, sino principalmente, a los que comprenden
que esas contradicciones son producto de un sistema capitalista en decadencia.
Sobre los tiempos de Mediano
Plazo
En caso de que mediante un fraude
se impongan los de siempre, no cambiaremos la táctica esbozada para el segundo
semestre de 2018, esta continuará de manera indefinida: “dignidad, lucha y
resistencia”
Si hay cambios substanciales en
la correlación de fuerzas políticas, entrando al poder los que pregonan como
bandera máxima la lucha contra la corrupción, políticamente debemos de “tejer
fino”, de lo contrario, corremos el riesgo de caer en posiciones de
“radicalismo verbal” que nos aíslen de los trabajadores y no nos permitan
cumplir objetivos estratégicos como contribuir a la toma de conciencia de clase
de los explotados.
Además, es necesario establecer una política de alianzas (tácticas y
estratégicas) que enfrente la posible mediatización de los integrantes de la
organización, pues la necesidades económicas personales y el bajo nivel de
conciencia, se traducen en lo que sucedió con un sector importante de
integrantes del PRD de 1989 a la fecha: los oportunistas metieron su aserrín en
las cabezas de luchadores sociales que terminaron mediatizados y luchando
contra los principios revolucionarios.
En este marco es vital la formación ideológica de los militantes del CLETA y en
general de quienes colaboren, simpaticen o aspiren a ser cuadros de nuestra
organización (incluyendo los que ya lo son).
En cualquiera de los dos casos,
gane quien gane, es fundamental que sigamos avanzando en la reconstrucción
nacional mediante las CCLETA´s (Células Culturales de Lucha Emancipación,
Transformación y Arte), que permitan la construcción de nuevas áreas
culturales, además de las que ya tenemos, a saber: arte, educación con equidad
de género, propaganda, agroecología y decrecimiento, salud popular (incluye
medicina tradicional), gestoría y promotoría cultural, cultura f{isica y
economía solidaria.
Igualmente, “gane quien gane”,
seguiremos laborando en reconstruir e incrementar nuestra presencia nacional e
internacional con la construcción de CCLETAS Internacionales y de proyectos en
los que participa nuestra organización, asistiendo a festivales, conferencias,
simposios, etc.
También es muy importante que
“gane quien gane” sigamos siendo una organización autogestionaria e
incrementemos las escuelas en las áreas que laboramos, que nos permita
“competir” con calidad en cualquier terreno. Esto no con la intención de ganar
premios, sino con el objetivo de motivar a nuestros hermanos de clase a sumarse
a la lucha.
“Gane quien gane” es fundamental
la formación ideológica de todos los cletos y compañeros que se acerquen a la
organización. No buscamos artistas que sienten vergüenza cuando les llaman
trabajadores del arte, tampoco agroecólogos de escritorio que no se ensucian
las manos sembrando y luchando. Tampoco luchadores de género que no pueden ser
consecuentes en sus acciones personales, y así en cada área. Para enfrentar los
tiempos que vienen debemos de estar preparados y que la consecuencia no se
limite a asistir a marchas, sino que necesitamos hombres y mujeres nuevos y
nuevas, con una formación integral y muy completa. Esta la debe tener lo mismo
un estudiante, un catedrático, que un campesino que haga la revolución
sembrando y luchando por defender nuestro maíz de la invasión de transgénicos.
A Largo Plazo
En CLETA UNAM afortunadamente
tenemos compañeros que han vivido toda la historia de la organización y
reconocemos y valoramos su experiencia. Igualmente lo hacemos con los que
aunque ya no militen en CLETA los reconocemos y se reivindican como “cletos
históricos”: Nosotros no discriminamos a los viejos, los valoramos como lo
hacen en nuestras culturas ancestrales.
Pero las determinaciones de la
organización siempre se han tomado en colectivo. Por ello en los últimos tres
años hemos realizado reuniones nacionales y la primera parte del XI Congreso
del CLETA, entre otras instancias de toma de decisiones.
Lo que sigue en el largo plazo se
particularizará en la segunda parte de nuestro XI Congreso Nacional que
realizaremos en 2018 y en el XII Encuentro Internacional del CLETA que
efectuaremos en 2019.
Por lo pronto hemos avanzado en
algunas resoluciones importantes como son:
1.- Revocamos el acuerdo de que
el CLETA es una organización política y nos definimos como una organización
cultural que hace política, como lo fuimos desde 1973 hasta el año 2007.
2.- La estructura organizativa y
de crecimiento nacional e internacional del CLETA se sustentará en las Células
Culturales de Lucha, Emancipación Transformación y Arte (CCLETA´s) del CLETA.
3.- Se avanzará nacionalmente en
la organización de las CCLETA´s ya existentes en varias partes de la república
mexicana y la promoción de otras células mediante el siguiente procedimiento:
donde haya una sola persona trabajando se le considerará un promotor, pero ya
dos, conformarán una célula (una CCLETA) y donde se tenga un espacio autónomo
será un Centro del CLETA.
4.- Junto con esta reconstrucción
del CLETA Nacional se está impulsando la recuperación de los derechos
históricos y la infraestructura del CLETA que ha sido abandonada o desvirtuada.
Esto se hará siguiendo nuestro método tradicional de mostrar, con trabajo, que
tenemos razón.
5.- Las CCLETAS´s y los centros
del CLETA no se circunscribirán a las tres áreas de, arte, educación y
propaganda que nos han definido hasta ahora, sino que será un proceso abierto
donde además de otras áreas en las que ya estamos trabajando como salud
popular, promotoría cultural, agroecología, lucha de género, diálogos
ecosistémicos, artes marciales, entre otros, los CCLETA´s se abrirán a nuevas
propuestas siempre y cuando caigan en la definición de células culturales de
lucha, emancipación, trabajo y arte.
6.- El articulador de este
proceso será el periódico El Machete.
Fraternalmente
CLETA
23 de junio de 2018