El desastre nacional ocasionado por las políticas excluyentes y privatizadoras del PRI y del PAN los tiene al borde de un negro abismo; la evidente división entre los grupos gobernantes, básicamente entre el PRIAN, cuya dinámica fue consecuencia de las graves contradicciones sociales y política por la cual atraviesa el país.
La disputa por el segundo lugar entre Ricardo Anaya candidato del PAN y su aliado metiche del PRD pretendió jugársela en su retórica contra Enrique Peña Nieto pero el desgaste solo le favoreció para posicionarse sólidamente en el segundo lugar, mandado a un lejano tercer lugar a José Antonio Meade del PRI, pero muy alejado del puntero y líder de las preferencias como lo es Andrés Manuel López obrador (AMLO) abanderado por su movimiento electoral; Morena.
El vacío que deja el PRIAN y que la constante emigración de personeros del PRI y del PAN a Morena nos indica que ese vacío se está cubriendo con la entrada de esta clase política ya desplazada o emigrada del PRIAN.
La ausencia de organizaciones de clase y democráticas, tanto sociales como políticas, permitió que AMLO se convirtiera el depositario del hartazgo social, cuya persistencia fue acompañada de un eficaz manejo del sistema de partidos donde encontró la beta para financiar exitosamente se perpetua campaña electoral, que sin duda entre acarreos, juegos mediáticos y demás se fueron millonadas de pesos del erario público.
Así millones de mexicanos se sienten representados por un sujeto político pragmático, autoritario, ecléctico, pero que además es el traje a la medida que estaba esperando la burguesía mexicana a efecto de conciliar las graves contradicciones de clase; estamos pues ante el típico bonapartista cuya utilidad es más que necesaria antes que la tempestad desborde ríos y vientos.
La política funcional de AMLO en el fraude del 2006 y del 2018 es una concepción de colaboración de clase que le permite no “asustar” a los del dinero y el adecuado cuidado de no mandar ningún mensaje que inquiete a los vecinos del norte es lo que le ha permitido estar entre los punteros de ayer y hoy.
La “purgas” políticas dentro de Morena contra todo que se defina como izquierda fue constante; el caso de Sinaloa (pero no el único) fue elocuente, cuando a una vieja generación de la vieja guardia de izquierda y nueva fueron expulsados desde un representante municipal hasta al presidente estatal de Morena; la desmovilización de las bases y simpatizantes de AMLO ante los conflictos graves como el privatización del petróleo, la reforma energética, la educativa, el caso de Ayotzinapa, etc. Es también una política previamente elaborada a efecto que las bases no se conviertan en multicitado “tigre”.
El desastre y la escalofriante situación que permea en el país es un costo que tendrá que pagar el PRIAN; estos enemigos francos del pueblo cuyo hartazgo fue capitalizado por un enemigo disfrazado de amigo del pueblo solo anuncia que después del primero de julio se viene la tempestad en este país.
La crisis política en el país y el desmoronamiento del sistema de partidos es algo que se deja venir; el espectáculo tipo Reality Show en que se convirtieron los “debates” presidenciables sin duda y a pesar del hartazgo ocasionara un fuerte abstencionismo que también será una forma de protesta prepolítica cuya validez los benefactores de las millonarias campañas electorales pretenden chantajear con el garlito que no votar es hacerle juego al sistema como si no fueran parte del mismo.
Los socialistas no debemos votar ni por enemigos francos ni enemigos disfrazados de amigos del pueblo; seremos millones y ya veremos después del primero de julio.
César del Pardo Escalante
Hermosillo, Sonora
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