Viernes, 17 de Diciembre de 2010 00:00
Escrito por Guillermo Knochenhauer
La Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillerías anunció un alza en el precio de la tortilla de 50 por ciento en la zona metropolitana de la ciudad de México, elevación evidentemente exagerada. El gobierno amenazó con imponer multas enormes a los tortilleros si descubría que el aumento había sido concertado entre las miles de tortillerías que hay en la ciudad de México. En los hechos, el precio de la tortilla ha subido, hasta ahora, menos de cinco por ciento.
Una de las peculiaridades de la cadena maíz/tortilla es que en varios estados de la República, el maíz es más barato que en la ciudad de México y la tortilla se vende mucho más cara que en la capital del país.
Cada vez que se anuncia un aumento en el precio de la tortilla, el gobierno reacciona rápidamente y amenaza a los tortilleros con multas superiores al valor de sus negocios, pero sólo si la crisis se presenta en la Ciudad de México.
Lo que nunca ha tratado de corregir el gobierno es que la tortilla se venda en 12 pesos desde el año pasado, en estados como Morelos, donde el maíz cuesta lo mismo que en el Distrito Federal.
Según el seguimiento de precios que hace el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) que dirige Juan Carlos Anaya, el maíz a granel en el área metropolitana de ciudad de México cuesta 3 mil 300 pesos tonelada y la tortilla ha costado un promedio de 8.37 pesos durante 2010. En cambio, en Monterrey la materia prima cuesta 3 mil 170 pesos y el producto final ha promediado 11.22 pesos y en Yucatán, los precios son 2 mil 980 pesos y 10.83 pesos respectivamente. Estas son sólo muestras de una situación que hace del precio de la tortilla en la ciudad de México, el más bajo del país. Y no por efecto de subsidio alguno.
La única explicación del extraño caso, es que hay más tortillerías y están menos organizadas en la capital del país y que en las entidades sí se ponen de acuerdo los industriales para fijar sus precios. Son prácticas monopólicas que están prohibidas por la Constitución, pero ahí no interviene ni la Secretaría de Economía ni la Profeco.
Otra peculiaridad de nuestra básica cadena maíz tortilla es su plena globalización. Según la Sagarpa, la producción nacional de maíz blanco para consumo humano alcanzará los 22.5 millones de toneladas este año, cuatro millones más que el año pasado, con las que se cubren sobradamente el consumo nacional.
Según la lógica mercantil, estando en equilibrio la oferta y la demanda, los precios deben ser estables; sin embargo, en este caso, hay que considerar que son los precios de mercados internacionales, afectados en buena medida por la especulación, la referencia para establecer los nacionales.
El maíz representa el 60 por ciento del costo de la tortilla (combustibles y energía eléctrica dan cuenta de la mayor parte del resto). Hace un mes, por ejemplo, los molineros pagaban la tonelada del cereal, puesta en sus locales en ciudad de México, a 3 mil 350 pesos y ahora les está costando 3 mil 700 pesos. El GCMA estima que para mayo del año próximo, lo molineros estarán pagando 4 mil pesos por tonelada de maíz.
De esta llamada crisis de la tortilla, hay que subrayar que no se debe a desabasto de maíz en México y en segundo lugar, que el precio de la tortilla va a seguir aumentando por influencia de los mercados externos, donde la cotización del grano en su variedad amarilla (forraje) ha subido nada menos que 71 por ciento desde julio pasado.
Ese efecto es a lo que se refiere la FAO como amenaza de una nueva crisis alimentaria mundial, como la de 2008, que agregó 250 millones de personas al número de hambrientos en el planeta.
knochenhauer@prodigy.net.mx
Fuente: La Jornada de Morelos
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