México, Distrito Federal
Domingo 05 de junio de 2011
* Discurso de Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de México, en la asamblea informativa del Movimiento Regeneración Nacional en el Zócalo de la ciudad de México
Amigas y amigos:
Aquí en el Zócalo, hace cerca de cinco años, tomamos entre todos la decisión de seguir luchando hasta lograr la transformación del país. Si después del fraude nos hubiésemos retirado o, peor aún, si hubiésemos transado con la mafia del poder, hoy no existiría este movimiento que es la única esperanza para millones de mexicanos, sobre todo, para los más desamparados y pobres de México.
También supimos asimilar una de las lecciones que nos dejó la elección del 2006: la necesidad imprescindible de organizarnos para lograr un cambio verdadero. Nos robaron la Presidencia de la República porque la mafia del poder no quiere ningún cambio en beneficio del pueblo, pero se les facilitó porque se valieron de que nos faltaba organización.
Por eso llevamos más de cuatro años trabajando intensamente en la organización del pueblo. Los resultados están a la vista. Actualmente tenemos comités del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) en todos los municipios; y nos hemos propuesto contar con un comité en cada una de las 65 mil secciones electorales del país. Hasta ahora, llevamos 31 mil, el 48 por ciento, y para diciembre de este año, cubriremos todo el territorio nacional. Por cierto, ya tenemos comités de nuestro movimiento en ciudades de Estados Unidos, y aprovecho para pedirles que inviten a familiares o amigos migrantes, porque el domingo próximo, a las 11 horas, vamos a llevar a cabo una asamblea con nuestros paisanos en la plaza pública, frente a la Alcaldía de Los Ángeles, California.
Así mismo, hemos echado a andar un plan sencillo, pero eficaz y trascendente. Estamos llamando a ciudadanos que simpatizan con nuestro movimiento a que participen como protagonistas del cambio verdadero. Se trata de que cada mujer, cada hombre consciente, se apersone y convenza, entre familiares, amigos, compañeras y compañeros de trabajo, a cinco ciudadanos más. Informo a ustedes que ya se han inscrito un millón 300 mil ciudadanos como protagonistas del cambio verdadero, a finales de este año, serán 4 millones, y si cada uno cumple con su compromiso de convencer a cinco, tendremos el respaldo de 20 millones de ciudadanos. De esta forma, haciendo cada quien lo que nos corresponde y, de manera pacífica, sin violencia, con la participación organizada del pueblo, vamos a lograr que se inicie, en el 2012, una nueva etapa en la historia de México.
Aquí quiero señalar que hablamos de protagonistas, no de promotores, porque el objetivo de este movimiento va más allá de las elecciones. No se trata únicamente de llegar a los cargos públicos. No es la lucha del poder por el poder. El objetivo superior es la transformación del país.
Para que se entienda mejor y todos sepamos de qué se trata, pensemos que sólo han habido tres transformaciones en la historia de nuestro país: la Independencia, la Reforma y la Revolución, y nosotros queremos llevar a cabo la cuarta transformación de la vida pública de México.
Apostamos a la transformación del país porque no vemos otra salida. La crisis actual demanda cambios profundos. Nada bueno debe esperarse si continúa el actual régimen. Tenemos claro que el principal problema de México es el predominio de una mafia del poder y que a ello se debe la decadencia y la tragedia nacional.
Los grandes y graves problemas nacionales se han originado o agravado porque un grupo se ha venido apropiando de los bienes del pueblo y ha confiscado todos los poderes. La concentración desmedida de dinero y poder en unas cuantas manos ha cancelado el futuro de millones de mexicanos. Y este desequilibrio de pocos que tienen mucho y muchos que tienen poco, produjo la ruptura del pacto social y el actual estallido de inconformidad, odio y resentimiento que padecemos.
Por eso, no queda más que derrotar a la oligarquía por la vía pacífica y electoral, para establecer en México una auténtica democracia, un gobierno del pueblo y para el pueblo, que distribuya con justicia las riquezas de la nación y haga posible el bienestar, la tranquilidad y la felicidad del pueblo.
Se trata de construir un nuevo pacto social. Y a eso, precisamente, convocamos a todos los mexicanos. En este movimiento participan y hay cabida para indígenas, campesinos, obreros, trabajadores independientes, maestros, profesionistas, deportistas, artesanos, artistas, intelectuales, jóvenes, empresarios, comerciantes; mujeres y hombres de todas las corrientes del pensamiento, creyentes y no creyentes, mexicanos todos de buena voluntad, para lograr la hazaña de salvar a México.
Proponemos, también, que esta unidad, en la diversidad, se pueda dar teniendo como eje un proyecto alternativo de nación. Estamos abiertos a que se analice, se enriquezca el que ya hemos presentado, que es fruto del trabajo de un grupo de especialistas e intelectuales, elaborado luego de que se recogieron los sentimientos de la gente en una amplia consulta nacional.
En esencia, lo que se plantea es un cambio en la política económica. Proponemos, en particular, que se impulsen actividades productivas y se generen empleos; que se rescate al campo del abandono en que se encuentra y lograr la soberanía alimentaria, que se apoye a las pequeñas y medianas empresas que son las que más mano de obra generan; que se impulse la industria de la construcción para reactivar pronto la economía, construir la infraestructura y las obras que hacen falta y generar empleos; que se maneje de manera integral el sector energético y se utilice como palanca de desarrollo, que se deje de vender petróleo crudo para procesar en nuestro país la materia prima mediante la construcción de cinco grandes refinerías, que se deje de comprar la energía eléctrica a las empresas extranjeras y operen a toda su capacidad las plantas de energía eléctrica del sector público, y que todo esto se traduzca en ofrecer a consumidores y pequeños empresarios precios más bajos de gasolinas, diesel, gas y energía eléctrica; que México sea realmente un país libre y soberano; que se terminen con las prácticas monopólicas, que haya competencia y se eviten los precios exagerados en bienes y servicios; que se termine con los privilegios fiscales, que se cumpla con la Constitución y pague más el que tiene más; que se cobren impuestos a las operaciones de la Bolsa de Valores y a las empresas mineras; que se limpie al gobierno de corrupción; que se acabe con la impunidad y se combata con energía a la delincuencia de cuello blanco, que se instaure la austeridad republicana con la reducción a la mitad de los salarios de los altos funcionarios públicos, eliminando las pensiones de los ex presidentes, los gastos médicos, las cajas de ahorro, el uso de aviones, helicópteros y demás prebendas de la alta burocracia; que se democraticen los medios de comunicación; que haya libertad en los sindicatos y se garantice el voto secreto en la elección de dirigentes; que se elija democráticamente a los ministros de la Corte; que el presupuesto, en vez de ser un botín al servicio de una minoría, se destine a impulsar el desarrollo y el bienestar del pueblo; que se eleve el salario mínimo a cuando menos el doble; que se dé preferencia a los pobres, que se garantice a los jóvenes el derecho a la educación, que haya atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuentan con seguridad social y pensión para todos los adultos mayores y para los discapacitados del país; que se enfrente el problema de la inseguridad pública, creando un ambiente de progreso y bienestar, con oportunidades para todos y garantizando empleo a los jóvenes que han sido orillados a tomar el camino de las conductas antisociales; que se acabe con el contubernio entre autoridades y delincuencia organizada; que los encargados de seguridad pública y la procuración de justicia sean ciudadanos de inobjetable honestidad y se mejoren los sueldos y las prestaciones en todas las corporaciones policiacas, que gradualmente se retire el ejército de las calles; que se respeten los derechos humanos; que desaparezca la obsesión de querer enfrentar la violencia con la violencia, que se establezca el principio de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia; que se proteja la naturaleza y el medio ambiente, y que se impulse la creación de una nueva corriente de pensamiento, que fortalezca valores culturales, morales y espirituales.
De modo que sí sabemos lo que se tiene que hacer para lograr el renacimiento de México, pero lo primero es terminar con el predominio del pequeño grupo de potentados que actúan como amos y señores de México. Recordemos que la dictadura porfirista fue definida por Turner, en su libro México Bárbaro, como el régimen unipersonal más perfecto que existía en el mundo; posteriormente, Vargas Llosa, definió al PRI como la dictadura perfecta y ahora lo que nos oprime e impide salir adelante, es una dictadura encubierta que ha montado una república aparente, simulada, falsa, que tiene secuestradas las instituciones, que es dueña de los medios de comunicación más influyentes del país, con lo cual ha podido hipnotizar a muchos para llevar a cabo, con relativa facilidad, el saqueo más grande que se haya registrado en la historia del país.
También es necesario reiterar que este grupo mantiene bajo su dominio al PRI y del PAN, y utiliza a un partido o a otro de acuerdo a lo que le conviene. Por ejemplo, ahora que ya no les funciona el PAN ni Calderón, están sembrando la falacia de que los problemas del país se van resolver con el regreso del PRI y con el supuesto triunfo de Peña Nieto en el 2012.
En esta trampa están cayendo muchos. Los de la mafia del poder son voraces, pero no son tontos. Hay que reconocer que ya mucha gente se está tragando ese plato de mentiras. Por eso tenemos que orientar y hacer conciencia, repetir y repetir que el PRI y el PAN son lo mismo, porque esa es la verdad, los dejan que se peleen cuando se trata de elecciones municipales o estatales, pero cuando está de por medio el mantener el régimen de corrupción y privilegios, siempre los ponen de acuerdo.
Como parte de la operación de recambio que ya echaron a andar los que verdaderamente mandan y deciden en el país, a través de sus conductores de radio y televisión, han puesto de moda echarle la culpa de todo al PAN y a Calderón, al que ya han convertido en chivo expiatorio. Quieren que olvidemos que la actual crisis se gestó cuando el PRI estaba en su apogeo, fundamentalmente cuando Salinas entregó a sus allegados empresas públicas, bancos y reservas mineras de la nación. En ese sexenio se creó la actual oligarquía y, en estricto sentido, esa política de pillaje se mantuvo con Zedillo, Fox y Calderón.
Para comprobar que esta mafia domina las instituciones y ha legalizado el atraco mediante el control del poder legislativo, veamos como en los últimos años, los diputados del PRI y del PAN, que se hacen llamar representantes populares, han reformado la Constitución y las leyes para el lucro de unos cuantos y en detrimento de la mayoría del pueblo y de la nación.
En mayo de 1989, al inicio del gobierno de Carlos Salinas, el PRI y el PAN, aprobaron el Plan Nacional de Desarrollo (1989-1994) que permitió la venta de las empresas públicas al sector privado. Sólo en ese sexenio, se entregaron 250 grandes empresas paraestatales. Se remató Telmex, Mexicana de Aviación, Televisión Azteca, Siderúrgica Lázaro Cárdenas, Altos Hornos de México, Astilleros Unidos de Veracruz, ingenios azucareros, fábricas de tractores, automóviles y motores, de cemento, tubería, maquinaria, entre muchas otras.
El 27 de junio de 1990, el PRI y el PAN, reformaron el Artículo 28 Constitucional para entregar 18 bancos que eran propiedad de la nación. Un dato: casi todas las empresas y los bancos, quedaron en manos de gente cercana a Salinas, que ahora aparecen en la lista de los hombres más ricos del mundo y forman parte del grupo dominante en el país.
El 6 de enero de 1992, el PRI y el PAN, modificaron el Artículo 27 Constitucional para promover la venta de tierras ejidales. Al mismo tiempo, se dejó de fomentar al sector agropecuario y se abandonó el campo.
El 6 de mayo de 1992, el PRI y el PAN, cambiaron la Ley Minera para entregar concesiones para la explotación del oro, la plata y el cobre, a particulares hasta por 50 años; se eliminaron los límites de la superficie que podría ser concesionada, se derogó el impuesto a la extracción de minerales y se dio lugar a la privatización de unidades y plantas mineras del sector paraestatal, como fue el caso de Cananea. Además, en ese sexenio se entregaron 6 millones 600 mil hectáreas de reservas mineras nacionales, básicamente, a tres consorcios del país: Peñoles, Grupo México y Carso. Y esta misma política ha continuado hasta la fecha. En todo este periodo se han concesionado, según un nuevo dato, 52 millones de hectáreas, es decir, 27 por ciento del territorio de nuestro país. Ni durante el porfiriato se había llevado a cabo semejante enajenación de suelo patrio.
El 22 de diciembre de 1992, el PRI y el PAN, aprobaron la reforma a una ley secundaria que, violando la Constitución, ha permitido generar energía eléctrica a empresas privadas, fundamentalmente extranjeras, que hoy venden a la Comisión Federal de Electricidad casi el 50 por ciento de la energía eléctrica que se consume en el país, a precios elevadísimos, al mismo tiempo que se mantienen paradas o subutilizadas las plantas del sector público. Para ello, cada año, las empresas privadas extranjeras reciben 80 mil millones de pesos del presupuesto público. No podemos olvidar que por esta política de privatización, que es sinónimo de corrupción y de tráfico de influencias, se han cometido grandes injusticias, como el despido desalmado y doloroso de 44 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas.
El 5 de marzo de 1993, el PRI y el PAN, aprobaron la reforma al artículo tercero constitucional que limitó la gratuidad de la educación pública sólo a nivel de primaria y secundaria, y se dejó al mercado, como si fuese una mercancía, la educación media superior y universitaria. A partir de entonces, cada año se rechaza a 300 mil jóvenes que son excluidos, y para justificar este absurdo, se implantó la mentira de que los jóvenes no pueden ingresar porque no pasan el examen de admisión, cuando en realidad lo que sucede es que no hay cupo en las escuelas públicas por falta de presupuesto.
El 18 de marzo de 1995, la mayoría del PRI, en la Cámara de Diputados, aprobó el aumento del IVA del 10 al 15 por ciento.
El 12 mayo de 1995, el PRI y el PAN, reformaron la ley reglamentaria del servicio ferroviario para privatizar los Ferrocarriles Nacionales de México a empresas nacionales y extranjeras. Hubo tanto descaro en este atraco que, al terminar su sexenio, el presidente Zedillo se fue a trabajar como asesor del Consejo de Administración de una de las empresas que se quedó con la mayor parte de la infraestructura ferroviaria del país.
El 23 de mayo de 1996, el PRI y el PAN, aprobaron la Ley de los sistemas de ahorro para el retiro que permitió a operadoras financieras privadas nacionales y extranjeras, administrar sin transparencia, con altos costos de operación, con baja rentabilidad, las pensiones de millones de trabajadores que no dejan de vivir en la incertidumbre por el manejo nada seguro de esos fondos.
El 12 de diciembre de 1998, diputados del PRI y del PAN, aprobaron el Fobaproa, que convirtió las deudas privadas de unos cuantos empresarios y banqueros en deuda pública. En la actualidad, esta deuda asciende a 1 billón 300 mil millones de pesos. Y de 1995 a la fecha, se han destinado, sólo para pagar intereses, más de 600 mil millones de pesos del presupuesto nacional. Recursos públicos que debieron ser utilizados para impulsar actividades productivas, crear empleos y para el bienestar del pueblo.
El 8 de diciembre de 2005, durante el foxismo, el PRI y el PAN, modificaron la Ley del Impuesto Sobre la Renta para conceder el privilegio a las grandes corporaciones económicas y financieras, de diferir el pago de impuestos hasta por 100 por ciento de sus contribuciones.
El 22 de marzo de 2007, el PRI y el PAN, modificaron la ley del ISSSTE que entregó las pensiones de los trabajadores al servicio del Estado a los intereses de los banqueros. Los trabajadores pagarán más por sus pensiones y al final, recibirán menos.
El 24 de octubre de 2008, el PRI y el PAN, aprobaron la Ley de Petróleos Mexicanos para dar lugar al otorgamiento de contratos incentivados –así les llaman— a empresas privadas, nacionales y extranjeras, para la explotación de petróleo, mediante la asignación de áreas o bloques del territorio, en exclusiva, hasta por 25 años. Actualmente, ya se están suscribiendo contratos de este tipo para la explotación de yacimientos en Tabasco. Por cierto, la Suprema Corte, que está también al servicio de la mafia del poder, ha rechazado una controversia constitucional presentada por cinco presidentes municipales de ese estado, alegando que “carecen de interés jurídico”.
Mediante un acuerdo político entre Calderón y Peña Nieto, el 20 de octubre de 2009, los diputados del PRI y del PAN, aprobaron la Ley de ingresos en la que aumentaron el IVA de 15 a 16 por ciento; incrementaron el impuesto sobre la renta de 28 a 30 por ciento; y autorizaron los aumentos mensuales a las gasolinas, el diesel, el gas y la luz.
Por último, hago mención que recientemente logramos detener una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, impulsada por el PRI y por el PAN, en la cual, entre otras cosas, se pretende que a partir del raquítico salario mínimo, diez veces menor al de Estados Unidos, se pueda contratar a trabajadores por hora; es decir, quieren pagar 7 pesos por hora; y por 4 horas, 29 pesos, la mitad del salario mínimo, dinero que no le alcanzaría ni para el pasaje. Además, proponen que se pueda contratar a trabajadores sujetos a periodos de prueba hasta por seis meses y por temporada, dejando que el empleador los despida sin indemnización y sin derecho a ninguna prestación social.
Con sólo este recuento general de reformas aprobadas por los partidos de la mafia del poder, nadie debería dudar que el PRI y el PAN, desde hace tiempo, están fusionados y representan a los mismos intereses. Por eso, tampoco, es exagerado sostener que la maniobra o el señuelo del regreso del PRI a la presidencia, sería como el retorno de Antonio López de Santa Anna; acabarían con todo, entregarían los recursos naturales del país, venderían PEMEX, la industria eléctrica, privatizarían, por completo, la educación, la salud y la seguridad social, y terminaríamos como esclavos en nuestra propia tierra. Ni PRI ni PAN, no más engaños, no más injusticias, no más corrupción, no más saqueo, no más sufrimiento para nuestro pueblo. Vamos por un camino del todo nuevo, digamos no al camino trillado de siempre.
Pero todo ello no debe conducirnos a ver y a tratar a los priistas y a los panistas de abajo como enemigos, porque con ellos no es el pleito, ellos también han sido perjudicados y están igual de desinformados y esperanzados, como lo está la mayoría del pueblo. Nuestros adversarios son los arriba, los de la cúpula del poder. Lo que tenemos que hacer es convencer al mayor número de mexicanos, sean del partido que sean y a los que no pertenecen a ningún partido, para que juntos cambiemos este régimen desalmado, de privilegios y corrupción, por una nueva república, más justa, más humana y más igualitaria.
Amigas y amigos:
Desde aquí expresamos, como siempre, nuestra solidaridad a quienes se oponen a la construcción de la presa El Zapotillo, en Jalisco, porque ello significaría desaparecer los de Temacapulín, Acasico y Palmarejo; nuestra solidaridad a los habitantes del cerro de San Pedro, San Luis Potosí, afectados por la depredación de la minera canadiense San Xavier; nuestra solidaridad a los trabajadores electricistas, de Mexicana de Aviación, y a los mineros agraviados por la injusticia. Expresamos, también, nuestro apoyo sincero a los familiares de los trabajadores que perdieron la vida en las minas de de Pasta de Conchos y del Pozo Tres, en el estado de Coahuila. Mandamos un abrazo fraterno a los padres de los niños de la guardería ABC de Sonora. Manifestamos nuestra adhesión a quienes luchan por detener la guerra estúpida de Calderón que ha causado mucho dolor y sufrimiento, en particular, a los familiares de los más de 40 mil asesinados y desaparecidos. Y nuestra más enérgica protesta por todas las víctimas de este régimen inhumano, de codicia e impunidad.
Por muchas razones son importantes las elecciones del Estado de México. Primero, porque existe la posibilidad de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de mucha gente que vive en la marginación y la pobreza. Segundo, porque como en pocas, muy pocas ocasiones, contamos con un candidato excepcional: Alejandro Encinas Rodríguez. Un hombre con convicciones, honesto y con experiencia de gobierno que le cumplirá a la gente, que no será más de lo mismo. Y por último, tengamos presente que en el Estado de México mal gobierna Enrique Peña Nieto, el candidato de la mafia del poder para el 2012. Y como lo estamos viendo, están utilizando todo el dinero y los medios de comunicación para ganar a como dé lugar, sin escrúpulos morales de ninguna índole. Por eso, el 3 de julio, en el Estado de México, debe triunfar el decoro y la dignidad del pueblo.
Hago un llamado a todos los integrantes de nuestro movimiento y aquí aclaro que en MORENA participan, por su propia voluntad, militantes del PRD, del PT y de Convergencia, y muchos ciudadanos sin partido. A todos los convoco para apoyar la candidatura de Alejandro Encinas. En el Estado de México se está viviendo el primer episodio de la historia que tendrá su momento definitorio en julio del 2012.
Amigas y amigos:
Las cosas están bastante claras. Que nadie diga que no se sabe hacia dónde vamos, que nadie diga que no tiene tarea en esta lucha para transformar a México. Todos podemos ayudar a orientar, convencer y organizar al pueblo.
Sigamos luchando para entregar buenas cuentas a las nuevas generaciones. Que no nos reclamen en el futuro, que no digan que no hicimos nada cuando se estaba destruyendo al país y empobreciendo al pueblo, que por el contrario, y ese es nuestro sueño, que podamos contarles el día de mañana a nuestros hijos, a nuestros nietos, que había una mafia que se había apoderado de todo y que tenía sometido al pueblo, hasta que nos pusimos de acuerdo, nos unimos, echamos a andar un plan, cada quien hizo lo que le correspondía y salvamos a México. Eso va a ser un gran honor, un timbre de orgullo.
En lo que a mi corresponde, confieso que soy un hombre de fe y convicciones, con errores y defectos. En lo espiritual profeso el amor al prójimo pero, también, y con la misma devoción, respeto a quienes mantienen otras creencias y a los libres pensadores. Nunca me ha interesado el dinero pero sostengo que no todo el que tiene es malvado. Creo en la no violencia, en la libertad y en la tolerancia. Creo que el pueblo es dueño y constructor de su propio destino. Y estoy convencido que por el bien de todos, primero los pobres. No lucho por la ambición al poder sino por ideales y principios, y estoy consciente que la transformación de México no depende de un solo hombre, sino de la participación de mujeres y hombres que, como ustedes, han decidido tomar el destino del país en sus manos. Ustedes representan la conciencia honrada que se subleva ante la injusticia, ustedes luchan por una nueva vida y trabajan por una patria nueva.
¡Viva el Movimiento Regeneración Nacional!
¡Viva MORENA!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
Zócalo de la Ciudad de México, 5 de junio de 2011
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