México, Distrito Federal
Martes 07 de febrero de 2012
* Palabras de Andrés Manuel López Obrador, precandidato a la Presidencia de la República por la coalición Movimiento Progresista, en el acto de presentación de la propuesta programática “Un México para todos” del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano
Por varias razones es importante este encuentro público con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Ayuda a disipar dudas y malos entendidos, deja de manifiesto que más allá de diferencias se antepone el interés general y, sobre todo, se expresa con claridad el compromiso de sumar voluntades para lograr el renacimiento de México.
En lo programático, coincido con el Proyecto de Nación que propone el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas. Es, en esencia, similar al que elaboramos con la participación de especialistas e intelectuales independientes.
Sin dejar de tener como referencia todo lo que se establece en estos proyectos, resumiría en dos palabras mi propuesta: honestidad y justicia.
Honestidad para contar con autoridad moral y enfrentar al régimen de corrupción y privilegios.
Téngase en cuenta que con solo manejar el presupuesto con honradez, sin necesidad de aumentar impuestos o endeudar al país, se pueden liberar fondos para el desarrollo del país.
Con la aplicación de una política de austeridad republicana, con el combate a la corrupción y aboliendo los privilegios fiscales podremos reactivar la economía, crear empleos y garantizar el bienestar de la población.
El gobierno debe promover el desarrollo y convocar a la celebración de un pacto con el sector privado y social para enfrentar el grave problema del estancamiento económico y la falta de empleos.
El presidente de México que más admiro por su sincero y profundo amor al pueblo, con gran sabiduría, decía que sin producción no hay empleos, industrias, consumo, mercado, bienestar colectivo, ni economía poderosa ni nación soberana.
Por eso, el nuevo gobierno democrático impulsará la economía real y la creación de empleos; sacará al campo del abandono para lograr la soberanía alimentaria, convertirá al sector energético en palanca de desarrollo para ofrecer gasolinas, diesel, gas y electricidad a precios justos y competitivos; apoyará la pequeña empresa y auspiciará la competencia, y combatirá prácticas monopólicas para evitar precios exagerados de bienes y servicios.
Un objetivo superior será el de combatir la desigualdad y la pobreza. Lo primero debe ser la justicia, no solo por razones humanitarias sino para evitar la frustración y las terribles consecuencias que provoca.
El Estado debe crear condiciones y oportunidades para que en el mercado laboral la gente pueda obtener empleos con ingresos suficientes y cubrir sus necesidades básicas. Pero también, el Estado debe cumplir con la responsabilidad social de atender a millones de mexicanos que se debaten en la pobreza.
Debe aceptarse sin prejuicios ideológicos que quienes sobreviven en la atmósfera de la pobreza jamás encontrarán la salida sin la ayuda externa.
Reitero: apoyar a los desposeídos, no solo es un asunto de justicia, es la manera más eficaz, más barata y más humana de garantizar la tranquilidad y la seguridad pública.
Amigas y amigos:
Aunque siempre es importante tener bien definido el proyecto que nos permitirá sacar a México de la crisis. Lo más importante de este acto es la actitud solidaria del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
En estos momentos aciagos, es fundamental la acción unificada de las fuerzas progresistas. Así lo exigen las circunstancias. Nuestro país atraviesa por una de las peores crisis de su historia y su regeneración tendrá que venir de la participación consciente y organizada de los ciudadanos, y de los liderazgos de quienes cuentan con autoridad moral y política, como es el caso del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
Aquí aprovecho para hacer de nuevo un llamado a todos los dirigentes, ciudadanos, sociales y sindicales que defienden a trabajadores, derechos humanos y los recursos naturales, para unir voluntades y esfuerzos, y sacar a México de la decadencia.
Se debe tener claro, que dadas las circunstancias del país, por muy justas y nobles que sean otras causas, lo principal es luchar por un cambio de régimen. Sin ello, no hay posibilidad de buen gobierno, de empleo, bienestar, justicia, independencia, respeto a los derechos humanos, seguridad, tranquilidad ni paz social. Para decirlo en unas cuantas palabras, solo hay dos opciones: o más de lo mismo o un cambio verdadero.
Muchas gracias.
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