lunes, 8 de diciembre de 2008

Hueytlalpan, territorio de juegos perversos



JUAN PABLO PROAL

En la misma entidad donde hace casi cuatro años el gobernador priista de Puebla, Mario Marín, se vio implicado en un escándalo por su presunta protección a pederastas, se escenificó ahora un hecho semejante:
En una festividad del municipio de Hueytlalpan se organizó un concurso cuyos participantes -niños todos ellos- tuvieron que quitarse la ropa. El acto fue supuestamente presenciado y festejado con risas por el presidente municipal de ese lugar. Una diputada del PRD que también estuvo en la festividad denunció el caso ante el Congreso local, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y la procuraduría estatal.
HUEYTLALPAN, PUE.- Leonardo asegura que nunca pensó que violaba el Código Penal Federal y los derechos de los niños. Para él, terminar un concurso infantil con tres desnudos fue una idea tan natural como la risa que ello provocó al presidente municipal, los regidores y habitantes de este municipio.
La noche del 29 de noviembre pasado, día en que iniciaron aquí las festividades del café y del patrono San Andrés, tres niños se desnudaron a cambio de premios que iban de los 100 a los 150 pesos.
Como parte de su trabajo, en el intermedio del jaripeo de la fiesta patronal, Leonardo Julián Hidalgo, animador y propietario de Sonido Leo, convocó a un concurso de niños. Para ello, pidió una cooperación a las más de mil personas ahí presentes.
Se reunieron 650 pesos y casi 20 participantes. Los niños tomarían parte en un juego en el que sólo habría cinco ganadores, entre los que se repartiría el premio. Sin embargo, el público pidió otra cosa: que el concurso se extendiera, pese a que ya había esos cinco ganadores en una competencia consistente en dar vueltas sobre el mismo eje y vencer el mareo para no caer al piso.
El dueño de Sonido Leo pensó que para ampliar el concurso no había otra opción que ofrecer a los menores 50 pesos por cada prenda que se quitaran. "Lo hice para que hubiera ganadores", arguye.
Este es un adelanto del reportaje que publica la revista Proceso en su edición 1675

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