Aunque la comparación, a lo largo de muchos años, entre México y Colombia ha sido incómoda respecto de su situación de seguridad y el crecimiento del narcotráfico, así como la violencia que ésta genera, “queda claro que ahora la atención internacional ha dejado de estar puesta en Colombia y el reflector está encendido sobre México”.
Entrevistado en el espacio de Ricardo Rocha, el periodista Ricardo Ravelo calificó como sorprendentes y preocupantes las declaraciones del jefe de Operaciones de Inteligencia de la DEA, Anthony Placido, publicadas esta semana en la revista “Proceso“.
Por un lado, que México ya vive una situación de crisis por la violencia del narcotráfico similar a la que padeció Colombia y por otro lado que el funcionario de la DEA sostiene que esta crisis de violencia que enfrenta México se debe en realidad a que ningún capo del narcotráfico se siente verdaderamente en riesgo por las acciones de combate emprendidas por el gobierno del presidente Felipe Calderón.
Incluso sostiene que el narcotráfico en México a pesar de la guerra y la multiplicada presencia del Ejército mexicano, cuenta con un poder de corrupción gubernamental que le proporciona ventajas y este escenario ya preocupa mucho al Gobierno de Estados Unidos.
El periodista comentó que incluso los cárteles de la droga mexicanos han resultado más hábiles para abrir nuevos mercados de consumo, por lo que incluso el país se puede convertir en un exportador de violencia.
“El mismo funcionario de la DEA habla de que el cártel poderosos es el de Sinaloa, y no queda duda de que México está al nivel de Colombia y esto puede crecer”, señaló.
Al referirse al ataque del convoy de seguridad del gobernador de Chihuahua, el especialista en temas de seguridad, opinó que el crimen organizado ha mostrado una capacidad de fuego impresionante por dos factores; el narco dejó de estar batallando entre grupos antagónicos por el control, ahora la guerra es contra el gobierno, la estrategia ha logrado unificar los cárteles, de alguna manera.
“Ha habido nuevos reacomodos entre los grupos ayudados por la capacidad de corrupción institucional y aunque la estrategia tiene que funcionar, se está haciendo poco trabajo de auto limpieza, trabajar aceleradamente pero muchos gobernadores no han cumplido con sus compromisos y mientras tanto el Ejército debe estar al frente de esta batalla pero los resultados no se dan como la sociedad la reclama”, puntualizó.
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