martes, 3 de febrero de 2009

Si Carstens no puede dejar de comer la sangre del pueblo, que renuncie: Di Constanzo


México, Distrito Federal 
Martes 03 de febrero de 2009



* Intervención del secretario de la Hacienda Pública del Gobierno Legítimo de México, Mario Di Costanzo, durante el mitin del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular frente a las oficinas de la Secretaría de Hacienda 

Compañeras y compañeros: 

Hace muchos meses advertimos sobre las graves consecuencias que tendría para la economía de la mayoría de las familias, la absurda, nefasta y pervertida política neoliberal continuada por este gobierno espurio. 

En su momento señalamos los nocivos efectos que sobre las futuras pensiones de los trabajadores tienen los esquemas aplicados por las Afores y por la nueva Ley del ISSSTE. 

Denunciamos que la mal llamada reforma fiscal, basada en este engendro llamado IETU y en los incrementos a las gasolinas y al diesel, no resolverían los problemas de finanzas públicas, y mucho menos, terminarían con el trato preferencial que reciben las grandes empresas que no pagan impuestos en este país, que operan como grandes monopolios y que por si esto fuera poco; hace meses especularon con el tipo de cambio. 

En su lugar, propusimos que el gobierno del pelele, terminara con los paraísos fiscales de las grandes empresas y se ajustara el cinturón reduciendo su gasto superfluo, para destinarlo a la creación de infraestructura productiva, como refinerías, caminos pavimentados, escuelas y hospitales, 

Que se estableciera una política de salvamento al campo mediante el establecimiento de subsidios a fertilizantes y precios de garantía para los productores, así como el apoyo social de millones de familias, personas de la tercera edad, madres solteras y estudiantes. 

Pero lo más lamentable es que a ellos, a los espurios les ha dado miedo escucharnos, y han hecho exactamente lo contrario, para salvarse a ellos y a sus jefes. 

Y así, la única explicación que nos pueden dar ante esta crisis; es que ni Agustín Carstens quiere dejar de comer, ni Felipe Calderón quiere dejar de tomar. 

De tomar decisiones que solo buscan proteger a los grandes dueños del capital. 

En materia de energéticos resulta absurdo que mientras que en los Estados Unidos las gasolinas y el diesel han registrado durante el último año reducciones que en promedio son del 40 por ciento, en nuestro país el diesel haya aumentado en casi 30 por ciento y la gasolina magna en 12 por ciento. 

Estos incrementos, lo único que han hecho es dañar los bolsillos de los mexicanos, y, la competitividad de las empresas, sobre todo de las pequeñas y medianas, que además son las que pagan impuestos y generan empleos. 

Pero estos atentados en contra de la economía del pueblo, ya se han vuelto una característica de los gobiernos panistas, que ha sido solapada por los legisladores del PRI. 

Así, desde el año 2000, mientras que la inflación según el Banco de México ha sido de 44 por ciento, la gasolina magna se ha incrementado en 47 por ciento, la premium en 62 por ciento y el diesel en 74 por ciento. 

Esta es una de las razones por las que el ingreso de las familias en el país se ha deteriorado en aproximadamente 30 por ciento durante estos dos últimos años. 

Los anuncios de Calderón y Carstens respecto al congelamiento del precio de las gasolinas y del menor incremento al diesel, son demagógicos y de nada van a servir. 

Más aún y cuando a pesar de los señalamientos del espurio, el diesel volvió a aumentar el sábado pasado, y ya se vende en 7.58 pesos por litro. Este precio ya es muy similar al de los Estados Unidos y la única diferencia se explica, por la devaluación del tipo de cambio, donde el gobierno del pelele ha sido el único responsable. 

Compañeras y compañeros: 

No nos dejemos engañar, tanto en la Ley de Ingresos como en el Presupuesto de Egresos de la Federación, se contempló un subsidio a las gasolinas y al diesel por aproximadamente 200 mil millones de pesos. 

Lo anterior implícitamente fue aprobado por la mayoría de los legisladores, por ello, lo único que tiene que hacer la Secretaría de Hacienda, es aplicar ese subsidio precisamente para bajar el precio de las gasolinas y el diesel. 

En materia de impuestos, deben derogar el IETU por ser un impuesto que desalienta la contratación de trabajadores, y en su lugar, hacer que las grandes empresas paguen los impuestos que deben de pagar, y no los 74 pesos de Impuesto Sobre la Renta, que señaló el auditor Superior de la Federación. 

Es inconcebible que en la mayoría de los países del mundo, se estén disminuyendo los impuestos para salir de la crisis, y en México, la tasa del IETU se haya incrementado en 0.5 por ciento para este año. 

Si Agustín Carstens no puede bajar el precio de las gasolinas y del diesel, no puede reducir el gasto superfluo, y hacer que las grandes empresas contribuyan con lo que marca la ley. 

En suma, si no puede dejar de comer la sangre del pueblo. 

Es mejor que renuncie y deje de afectar a millones de familias en este país. 

Nos debe quedar claro, que al presidente espurio no le interesa salvar a la economía popular. 

Al sugerir un Fobaproa mundial, mostró que su compromiso es con los ricos y potentados. 

Pero que les quede claro, aquí vamos a estar, cuantas veces sea necesario para exigir que estos neoliberales corruptos sirvan al pueblo, y no a una camarilla de bandidos. 

Muchas gracias. 

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