Según las estimaciones preliminares el PRD tendría un total de 26 diputados plurinominales (19 chuchos y 7 no chuchos): 3 por la primera circunscripción, todos de los chuchos; en la segunda serán otros 3, también chuchos; de la tercera ingresarán 5 plurinominales; de la cuarta, 7, y de la quinta, 8. En la tercera y quinta predomina gente de Nueva Izquierda.
Sin embargo, la corriente de Jesús Ortega casi quedaría equilibrada en el gurpo parlamentario debido a la derrota generalizada que sufrieron en las elecciones sus candidatos uninonales (de mayoría relativa). De esta manera, el grupo parlamentario en San Lázaro podría estar dirigido por alguien que no pertenece a los chuchos si sus otrora aliados en la elección interna (los amalios por ejemplo) deciden ahora negociar con Encinas, quien es ya seguro diputado y posible cabeza de la izquierda parlamentaria. Tan solo en el DF, donde el PRD ganó 16 diputaciones se equilibrarían las fuerzas pues en su gran mayoría (12) son candidatos de Izquierda Unida. Dos diputaciones que antes ostentaban los chuchos fueron arrancadas por el PT en Iztapalapa y esto disminuye su correlación de fuerzas ante las otras corrientes internas.
Faltaría ver el descaro de los futuros diputados chuchistas, quienes podrían coptar a otros perredistas a cambio de prebendas (comisiones) concesionadas por el PRIAN, a fin de ganar la coordinación parlamentaria. Sin embargo, han quedado debilitados y esto puede permitir a Izquierda Unida recuperar espacios en el PRD perdidos. Ahora se entiende mejor porque el chuchito mayor tiene chorrillo de coraje... jajaja.
Podría lanzarse ya desde ahora una demanda entre los perredistas: que Jesús Ortega renuncie ante los malos resultados de las elecciones.
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