viernes, 28 de agosto de 2009

Juanito: El invento de todos...




Juanito: El invento de todos...
A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce

• Iztapalapa: delicado polvorín
• 2 de septiembre: La fiesssssssssta

El poder, mi estimado, es el afrodisíaco más potente. Finaliza la semanita con sugestivas señales de descomposición social, económica, de seguridad y política. La más divertida es el revuelo que ha causado Juanito a quien the usual spin doctors ridiculizaron cuando López Obrador le dio vida artificial en Iztapalapa.

Lo sugerente es el descomunal bullicio mediático alrededor de este personaje, quien parece estar al borde de un ataque de locura por el dinero y el poder ante los consejos de René Arce y sus nuevos aliados azules para desestabilizar, confundir, y claro está, remar lana, perdón, agua a ese molino político llamado Iztapalapa.

Lo que se olvida y/o se borra de la memoria colectiva jugando al Tío Lolo es la historia del “triunfo” de Rafael Acosta, quien fuera abanderado por el PT “ganando” la polémica elección ante la intromisión, 15 días antes de los comicios, de César Nava, Felipe Calderón y el gymboree presidencial, presionando al TEPJF, encabezado por María del Carmen Alanís, para darle la vuelta a la elección interna del PRD —en la cual esos chuchos dejaron también sus huellas– para sacar a Clara Brugada de la jugada e imponer (práctica de moda sexenal) a la esposa de Arce, la tal Silvia Oliva… quien gracias a la sucia maniobra de los azules y los chuchitos, compitió el 5 de julio por las siglas del PRD, cuando en la boleta aparecía la foto de Clara. La tenebra estuvo diseñada precisamente en los tiempos para evitar el cambio de boletas.

Ante el inédito atropello de los magistrados y el grupito de traviesos para darle en la madre a la elección de Iztapalapa, López Obrador inventó al Juanito, presentándolo en sociedad y exhortando a la población a votar por él y por su partido justificando que se estaba votando por Clara Brugada. O sea, votar por Juanito era votar por Clara.

La animadversión por Andrés Manuel desencadenó una atractiva campaña mediática humillando a Juanito y de paso golpeando al jefe de Gobierno, a quien Andrés Manuel colocó con rudeza innecesaria en la foto (de su tiradero) teniendo un gran éxito.

Gracias a la estupenda campañita (nadie sabe para quién trabaja), medio México conoció al disfuncional candidato del PT pavimentándole el triunfo y ayudando a López Obrador a demostrarle a los que bautiza como La Mafia… que sí se pudo.

Que la voluntad del pueblo de Iztapalapa fue votar por Clara Brugada.

El maravilloso problema es que Acosta ya se la creyó y en la vorágine de los malos consejos de la ambición por el pre$$$upuesto de esa Delegación amenazó con dejar al PT, afirmó ser más popular que Andrés Manuel, condicionó cumplir su palabra y está convencido, my friend, que votaron por él, por su carisma, su talento y su visión de estadista.

Las voces amarillas y el PT le sugieren prudencia a Juanito, que ni los ve ni los oye, incluyendo al mismísimo genio de Tabasco que lo inventó solicitándole no escuchar el canto de las sirenas. Ahora que the silly experiment got out of the lab es innegable que todos quedaron exhibidos.

El (des)gobierno federal, los magistrados del TEPJF, el gymboree (con minúsculas) en Los Pinos, esos chuchos amarillos, la lacra de Arce & his circus, el genio de Tabasco, el PT, los azules, los spin doctors, los medios electrónicos, y por supuesto Rafael Acosta, alias... Juanito.

Los engañados y agraviados son los habitantes de Iztapalapa, a quienes les vieron la cara por la jugada del TEPJF y después por la psicosis de Juanito. Votaron por Clara, creyeron en la jugada a tres bandas de López Obrador y la demarcación podría ser un fascinante polvorín social.

Ahí, my friend, está el quid más volátil de la ecuación…

Por la Mirilla

Y para no perder la costumbre de pasarse por salva sea la parte al H. Congreso, instalado formalmente el 1 de septiembre a las 1700 hrs., Felipe Calderón giró invitaciones para que a las 0900 hrs. del mismo día le aplaudieran, le rindieran pleitesía por su valentía, se hiciera una larga fila para el besamanos, brotara confeti azul y blanco, y saliera arropado en medio de su descomunal tiradero y su aptitud en estos tres años para (des)gobernar pero… todo se fue al nabo sin escalas. Y como la culpa no es del indio… y está rodeado de disfuncionales que no organizan una kermés, el numerito de su (des)informe en Palacio Nacional lo tuvo que aplazar para el 2 de septiembre, ante la ola de críticas de la oposición recordándole sus deberes como titular de Ejecutivo, aunque Felipe siga creyendo que es Presidente… pero del PAN.

¡Adiós!

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