Educación superior: alarma nacional
ALEJANDRO GUTIéRREZ
El rector de la UNAM, José Narro Robles, ha sido una de las voces que más reiteradamente han advertido de los riesgos inminentes de que el país entre en una espiral de deterioro social que desemboque, eventualmente, en un estallido. La causa fundamental: cientos de miles, millones de jóvenes mexicanos carecen de oportunidades de educación superior por culpa del desdén con el que la han tratado sucesivos gobiernos. A su reclamo se unen, en este reporte especial, las voces de rectores de otras universidades públicas que apenas sobreviven en nuestro país y que, en conjunto, exhiben una situación de alarma nacional.
La noche del 23 de octubre, en el teatro Campoamor de Oviedo, España, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibió el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades cuando ya padecía el desdén gubernamental, igual que el resto de la educación pública superior, a la que se le sigue escamoteando el presupuesto.
A menos de un año de que la UNAM cumpla su centenario —como heredera de la Real y Pontificia Universidad de México, creada en 1551—, el rector José Narro Robles repasó con Proceso los significados de este reconocimiento que en México, España, Costa Rica y Brasil se acogió como "un premio al mundo universitario iberoamericano".
El viernes 6, en su oficina de Rectoría en la Ciudad Universitaria, Narro sostuvo que "la reacción de las universidades en estos países que mostraron una enorme simpatía y acercamiento con el otorgamiento de este premio a la UNAM… contrasta con algunas expresiones dentro del país".
Sólo seis días después de la entrevista, el 12 de noviembre, la UNAM emitió un comunicado en el que manifestó "preocupación" por las "lamentables" declaraciones de la legisladora panista Teresa Ortuño, que preside la Comisión de Educación del Senado de la República.
Durante una entrega de reconocimientos a institutos tecnológicos, Ortuño pidió a los directivos de instituciones de educación superior que "todos nos apretemos el cinturón y, por favor, no me vengan con esa demagogia de que nadie pueda apretárselo", porque "perdónenme, donde quiera hay grasita y se puede cortar grasita sin llegar al músculo ni al hueso".
"No se vale echarle la pelotita a Calderón", remató la senadora.
En el mismo foro, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, avaló a Ortuño al señalar que ella "prestigia la política" y le agradeció su "inteligencia, entusiasmo y pasión"...
En su comunicado, la UNAM señaló que con su postura Ortuño "sólo muestra su absoluto desconocimiento de la realidad educativa nacional", y manifestó su extrañeza por el aval implícito del secretario de Educación a la senadora.
Este es un extracto del reportaje que se publica en la edición 1724 de la revista Proceso que empezó a circular el domingo 15 de noviembre.
Fuente: Proceso
Difusión AMLOTV
No hay comentarios:
Publicar un comentario