domingo, 3 de enero de 2010

La peor década, el peor trienio




La peor década, el peor trienio
Antonio Gershenson

Se empiezan a hacer estimaciones de la década que habría terminado. Si la anterior fue la década de los noventa y habría terminado en 1999, con ese criterio estaría terminando la primera década del siglo XXI, ahora que acabó 2009. Aún si se da por válido el supuesto optimista en el sentido de que el cuarto trimestre del año ya bajaría el producto interno bruto (PIB) sólo 2 por ciento frente al mismo trimestre del año anterior, pese a que el trimestre inmediato anterior tuvo 6.2 por ciento abajo del análogo del año anterior, el resultado es pésimo.

Para el año, el PIB habría caído 7 por ciento. Para la década, el crecimiento del mismo habría sido 1.8 por ciento anual. El peor en muchas décadas. Para el trienio, el efecto total sería de crecimiento cero. Los modestos aumentos del PIB de los dos primeros años, habrían sido anulados por la reducción del tercero.

Varios organismos han mencionado que el país latinoamericano más afectado por la crisis es México. Hay varias razones para que así suceda. El dinero anunciado para estímulos fiscales equivale aproximadamente al 1.1 por ciento del PIB. El de Chile fue el doble de ese porcentaje. Las inversiones de Brasil no sólo fueron más que las anunciadas aquí, sino que incluyeron áreas productivas y tuvieron medidas de protección del empleo.

Los problemas de fondo que explican la vulnerabilidad de nuestra economía incluyen los siguientes:

1. La dependencia de las exportaciones de un solo país, 80 por ciento van (o iban) a Estados Unidos. Con ello, es evidente que cuando en este país se dieron los síntomas de la crisis financiera, y luego económica, redujeron mucho, por ejemplo, la importación de coches y componentes, y México fue más afectado.

2. La política económica y financiera y sus consecuencias. Grandes cantidades de dinero están amarradas al rescate de los banqueros, el Fobaproa. El aceptar que las mayores empresas no paguen impuestos, o los paguen mínimos, también afecta los fondos públicos. El aumento desmedido del gasto corriente del sector público, con un gran aumento del número y del pago de funcionarios. Todo esto limita las posibilidades de inversión pública para contrarrestar la crisis.

3. El peso de los ingresos por la exportación de petróleo crudo en las entradas del sector público. Esto se traduce en que la baja en el precio del crudo y la baja en su producción afecten más a la economía pública.

4. Un elemento aparentemente circunstancial fue la epidemia de una nueva especie de influenza. Pero no sólo fue la influenza, no sólo fue la reducción del gasto público en salud, sino la forma como se manejó. Por ejemplo, en Estados Unidos hubo cifras comparables a las nuestras en cuanto a afectados por la misma. Pero el manejo fue muy diferente. Las medidas afectaron sólo a sitios en los cuales se comprobó la presencia de la influenza, y no fueron, como aquí, de carácter general. No se hizo la gran escandalera. Esto permitió que, por ejemplo, parte del turismo que dejó de llegar al noroeste mexicano, se fuera a centros vacacionales de California, cuyos ingresos crecieron. Otros elementos, aparentemente circunstanciales pero que contaron en la pérdida de credibilidad de los altos funcionarios, fueron el incendio de una guardería en Sonora, con un saldo de decenas de niños muertos y la secuela de estos hechos.

5. La reducción progresiva de la inversión en ciencia y tecnología, y en consecuencia el freno de los nuevos medios para la producción y en general para impulsar más eficientemente la economía.

Todo esto, a su vez, contribuyó a que México dejara de ser el segundo exportador a Estados Unidos, lugar que fue ocupado por China, quedando nuestro país en tercer lugar.

China ocupó ese lugar, primero, por su política económica de impulso a la economía, y porque fue de los que más a fondo se fueron contra la crisis. Inversiones en gran escala, subsidio al consumo interno y otras medidas. El aumento del PIB de China en 2009 frente al del año anterior, es ahora estimado oficialmente en un 9.6 por ciento. En esta recuperación contó mucho el sector de servicios, por ser el menos afectado por las exportaciones, las cuales a su vez fueron las más dañadas por la crisis en ese país.

Habíamos señalado que uno de los elementos de las grandes inversiones en ese país fueron varias nuevas líneas de ferrocarril de alta velocidad. Pues hace unos días, el 26 de diciembre, se inició la operación de una de estas líneas. Va entre Wuhan (en el centro del país) y Guangzhow (en el sur).

La mayor velocidad durante las pruebas fue de 394 kilómetros por hora. La distancia entre esas dos ciudades es de mil 68 kilómetros, y el tiempo del recorrido, tres horas. Esto implica una velocidad promedio de unos 350 kilómetros por hora, que rebasa la de las otras líneas de traslado de pasajeros en gran escala, en otros países. Y esto es una muestra de la importancia de la ciencia y la tecnología.

Entonces, no es casual que México haya sido más afectado. De por sí nos dañaba la dependencia. La actual política económica y financiera creó las principales condiciones para que nos fuera como nos está yendo. Más, para 2010, los aumentos a los impuestos y precios oficiales, mientras otros países están rebajando estos precios y montos como medio contra la crisis.

gershen@servidor.unam.mx


Fuente: La jornada
Difusión AMLOTV

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