Por: Daniel Vanhove
Es posible que la última agresión de la entidad sionista contra el barco turco Mavi Marmara sea el estigma que marque el fin del proyecto colonial de los extremistas israelíes. Y todo demócrata que se precie no puede dejar de apremiar a los responsables políticos del mundo para que se haga justicia a las víctimas de esta vil agresión. Premisas de una justicia que se haga extensiva a todos los que desde hace más de 62 años han sufrido injustamente a causa del proyecto colonial sionista. Para entender la situación, volvamos a la cronología de los hechos que se desarrollaron ante las costas de Gaza y analicemos someramente la manera en que los presentaron las autoridades israelíes:
1. durante los días anteriores a la salida de la flotilla humanitaria para Gaza, las autoridades israelíes prepararon el terreno mediático, afirmando que se prohibiría a cualquier embarcación arribar a las costas de Gaza;
2. ya entrada la noche del 31 de mayo, el Mavi Marmara seguido por un submarino, lanchas motoras y helicópteros de combate, fue asaltado por un comando israelí helicoportado, en aguas internacionales, lo que constituye en sí una violación de las leyes marítimas y convierte de facto a los asaltantes israelíes en piratas ;
3. incluso antes del abordaje, los militares israelíes hicieron uso de sus armas de fuego desde sus embarcaciones de guerra, matando e hiriendo a varios militantes, lo cual, según las Convenciones internacionales, está absolutamente prohibido y en un escenario de guerra constituye un crimen contra la Humanidad;
4. los pacifistas, de diversas nacionalidades, oriundos de unos cuarenta países, aunque presos de pánico por la extremada violencia del asalto, lejos de resignarse, intentaron defenderse con lo que tenían a mano, lo cual desencadenó un enfrentamiento cuerpo a cuerpo ;
5. varios activistas humanitarios fueron asesinados a quemarropa, algunos de los cuales fueron arrojados por la borda ;
6. ejerciendo una brutalidad descomunal en contra de civiles, los militares toman el control del Mavi Marmara y lo desvían hacia el puerto israelí de Ashdod, lo cual constituye un rapto y un secuestro de civiles ajenos al conflicto (arabo-israelí);
7. los responsables israelíes manipulan y cercenan las informaciones sobre el desarrollo de esta operación, tanto en Israel como en les capitales extranjeras, haciendo que aún persista la más absoluta imprecisión a propósito del número de víctimas, lo que pone en evidencia el desprecio por parte de Israel hacia toda vida humana no judía ;
8. las fotos y los videos tomados por el ejército fueron difundidos repetida e ininterrumpidamente en las cadenas internacionales como prueba de la violencia de los militantes pacifistas, con el objetivo de denunciar su belicosidad hacia las fuerzas israelíes y sembrar incertidumbre a propósito de la buena fe y el compromiso humanitario de los pacifistas ;
9. los agresores israelíes armados hasta los dientes tratan de hacerse pasar por los agredidos y adecúan las informaciones a su conveniencia llegando al colmo del ridículo de exhibir las armas de los activistas humanitarios : navajas de afeitar, cuchillos de cocina, barras de hierro (provenientes del material de a bordo), hondas y bolsas de canicas ;
10. las versiones de los oficiales israelíes no concuerdan en absoluto con las versiones de los militantes pacifistas, por lo tanto, es evidente que además de cometer crímenes, los representantes de Israel, todos, sin excepción, mienten descaradamente, además de emplear videos que datan de 2003 y 2006 para convertir la verdad en propaganda travistiéndola ;
11. no satisfechos con haber inspeccionado el convoy humanitario, haber brutalizado a los civiles y haber mentido sobre los hechos, los soldados despojan de todas sus pertenencias a las víctimas, incluso sus tarjetas de crédito ;
12. el broche de oro : las cálidas felicitaciones del primer ministro Netanyahu al regreso de esta inaceptable y criminal expedición marítima ;
13. el gobierno israelí sigue prohibiendo el arribo a las costas de Gaza a cualquier embarcación extranjera y ya ha desviado el Rachel Corrie y su cargamento hacia el puerto de Ashdod ;
14. no satisfechas con haber interceptado los convoyes humanitarios, las autoridades israelíes se apoderan del contenido de los barcos y no dan muestra de querer devolver las embarcaciones a sus dueños ;
15. ante las repetidas vacilaciones por parte de la administración estadounidense en condenar esta intervención, queda por establecerse si las autoridades de EE. UU. y la OTAN estaban o no informadas de la operación israelí e incluso, si no han promovido el abordaje del Mavi Marmara a fin de castigar a Turquía por sus iniciativas en la cuestión nuclear de Irán.Conclusiones : ante semejante ostentación y la probada reiteración de mentiras, robos, y hoy en día, de crímenes contra civiles extranjeros, perpetrados por un ejército que de ahora en adelante está en guerra contra todo lo que se mueva, la comunidad internacional no puede permanecer sin reaccionar. Este enésimo crimen no puede quedar impune y constituye probablemente la gota que hará desbordar el vaso. Israel, amparándose en su impunidad, no se abstuvo y se extralimitó. Actualmente, sería conveniente hacerle entender que todos sus intentos por apropiarse de Palestina de la manera que todos sabemos es un fracaso. Y que se debe cancelar el proyecto sionista.
Todo el charloteo inútil, el incalculable derroche de energía, las colosales sumas malgastadas y las toneladas de archivos en torno a un proceso de paz - inexistente en los hechos - a fin de ''entregar'' a los palestinos las migajas de lo que era suyo, para que establezcan su Estado hecho despojos, es un espejismo del que hay que olvidarse y en adelante abocarse de lleno a reunir energía que sirva para devolverle al pueblo palestino sus fronteras iniciales. Y hay que hacer caso omiso de ese plan de dos Estados que existirían uno al lado del otro, dado que con correr de los años uno de ellos no ha sido capaz de respetar ni siquiera la primera línea del texto de la primera resolución onusiana y no ha dejado de guerrear para apropiarse indebidamente de las tierras que no le correspondían. Por lo tanto, Palestina debe recuperar las fronteras iniciales previas a la partición del territorio y debe ser devuelta a sus derechohabientes y en primer lugar, a sus refugiados. Los judíos que quisieran permanecer dentro de las fronteras históricas de Palestina serán ciudadanos del Estado palestino de pleno derecho. Los que no deseen quedarse allí, regresarán a sus países originarios, recuperando la nacionalidad de éstos.
Desde el comienzo, considerando los hechos que marcaron la trayectoria de este funesto proyecto colonial, el número de víctimas y daños colaterales subsecuentes han sido catastróficos. Aún está por verse si aquéllos y aquéllas que han trabajado y participado en este proyecto macabro - y al que algunos siguen consagrándose ¡ con tremendo ensañamiento ! - se equivocaron y dejaron escapar la oportunidad de transformar su experimento. El proyecto del Estado de Israel no puede realizarse y echar raíces de manera duradera en Palestina, como lo habían tramado los gobernantes europeos, encantados de deshacerse, después de la Segunda guerra mundial, de su culpabilidad a propósito de la cuestión judía a costa de los palestinos.
Desde su implantación por la fuerza en tierras palestinas y luego, de conquista en conquista, este Estado agonizante no ha hecho más que jactarse ante la faz del mundo de la poca importancia que le atribuye a cualquier vida humana no judía. Así como del poco caso que le hace al Derecho internacional y humanitario.
Por tanto, tal proyecto no puede establecerse ni perdurar en las tierras robadas al país de acogida, y no puede sino que ir a parar a las páginas más tenebrosas de la Historia. De manera torpe y reiterada, una clase política enceguecida por su racismo y su estupidez - ambos van a la par - desaprovechó las oportunidades que se le ofrecieron para que este proyecto se convirtiese en un Estado viable. Ningún Estado se ha beneficiado de tanta mansedumbre como Israel. Lo cual es injusto. Esto tiene que tener un fin.
Para hacer memoria, los remito a lo que escribía en mi último libro La Democracia Mentira, publicado en 2008, (pág. 107) :
''A propósito del pedido explícito de reconocimiento del Estado de Israel (Â…)
Aquí convendría volver a citar la declaración de Yasser Arafat del 13 de septiembre de 1988 en el Parlamento europeo de Estrasburgo y también, el párrafo 7 de la Declaración de Independencia del Estado Palestino : ''A pesar de la injusticia histórica impuesta al pueblo árabe palestino que ha provocado su dispersión y lo ha privado de su derecho a la libre determinación una vez adoptada la Resolución 181 (29 11 1947) de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1947, donde se recomendó la partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío ; no cabe duda de que esta recomendación todavía garantiza hoy las condiciones de legitimidad internacional que fundamentan también el derecho del pueblo árabe palestino a la soberanía y a la independencia.''
Lo cual podría se interpretado de la siguiente manera : por consiguiente, el Estado de Israel sólo puede existir y ser reconocido oficialmente bajo la estricta condición de que el Estado de Palestina exista a su lado y sea reconocido (Â…) Esta reciprocidad está inscrita en los textos (Â…)''.
Puesto que dicha reciprocidad no se traduce en la realidad y que el Estado palestino no existe en las condiciones previstas por las diferentes Resoluciones de las Naciones Unidas, el Estado de Israel, el cual sólo puede existir si se cumple esta estricta reciprocidad, no goza de ninguna legitimidad. Ya es hora de dar vuelta la página. Y de que en algunos meses, esta cuestión que envenena las relaciones internacionales desde hace décadas no sea más que un mal recuerdo.
Entre tanto, si la Unión Europea y los EE. UU. están tan preocupados en hacer respetar el Derecho cuando se trata de Israel, que lo hagan con cualquier otro país y que actúen por fin con seriedad en vez de endosar la iniciativa a los ciudadanos. Que se pongan a la altura de la situación y, tal como lo hicieron con Berlín en la época de la Guerra Fría, que multipliquen los convoyes y los puentes entre el mundo libre y esta Gaza sitiada y estrangulada por esa banda de extremistas que hace las veces de jefatura del proyecto sionista.
Y si no se hace nada para acabar con este bloqueo inhumano, que las democracias occidentales se comporten como es debido, porque puede que la calle se ponga a vociferar más de lo previsto.
El proyecto sionista fracasó. Ya es tiempo de tomar conciencia de ello, de expresarlo, de divulgar la información por doquier y de alegrarse.
Traducido por Marina Almeida
Fuente: TeleSur
Difusión: Soberanía Popular
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