El Gobierno francés envió a Rumania este jueves a un primer grupo de 79 gitanos, de un total de 700 que serán sacados del país, según el Ejecutivo, por ocupar territorios de manera ilegal, acción que recibió un fuerte rechazo por parte de sectores sociales que defienden a los inmigrantes.
La deportación de los gitanos se llevó a cabo pese a que una Comisión de la Unión Europea (UE) expresó que los ciudadanos del bloque continental tienen derecho a transitar libres por toda la región.
"Ya están de vuelta, estarán en sus casas y luego volverán. Parece que no hay buenos salarios allá, la gente es pobre. No entiendo porque fueron expulsados", expresó la activista prodefensa de Gitanos, Edu Adrián.
El gobierno francés justificó la deportación del grupo y sostuvo que la medida se apega a lo que dispone la ley en casos de ocupación ilegal.
Explicó que los gitanos que se acogieron de manera voluntaria al llamado Programa de Ayudas al Retorno, que consiste en un billete de avión y 300 euros por adulto o 100 euros por niño.
Bajo esa premisa, París insiste en que se trata de deportaciones "voluntarias" de inmigrantes en situación irregular que aceptan retornar a sus países.
El ministro de Interior francés, Brice Hortefeux, manifestó que "cuando el Gobierno francés decide evacuar un lugar ocupado ilegalmente por personas que no tienen autorización para una acción de ese tipo, lo hace justificadamente con base a las leyes".
"En un Estado de ley, hay normas y reglas que seguir, simplemente estamos cumpliendo con lo que dispone la ley", agregó.
Hortefeux se encargó de las deportaciones bajo la orden directa que le dio el presidente Nicolás Sarkozy de evacuarlos y de destruir la mitad de las instalaciones en las que vivían los gitanos en un plazo de tres meses. El ministro está cumpliendo el mandato y en menos de un mes, ya ha desmantelado más de 50 campamentos.
Aunque el Gobierno defiende como legales las deportaciones, se conoce que Sarkozy ha tratado de implantar un política migratoria en la nación más rigurosa.
De hecho, en varias ocasiones, Sarkozy ha vinculado la situación de inseguridad del país con los inmigrantes.
"Sufrimos las consecuencias de 50 años de inmigración insuficientemente regulada (...), ¡Y estamos tan orgullosos de nuestro sistema de integración! Despertémonos para darnos cuenta de lo que está produciendo", sostuvo Sarkozy en un discurso en el que habló de la delincuencia en Francia.
También planteó el pasado 30 de julio que se les quite la nacionalidad a los franceses de origen extranjero que atenten contra la vida de cualquier funcionario público.
Fuente: TeleSur
Difusión: soberanía popular
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