Pulso crítico
J. Enrique Olivera Arce
La necia realidad termina siempre por imponerse. La falacia de la eficiencia, eficacia y buen gobierno de la fidelidad, sustentada en un manejo mediático a modo tras el que se ocultara simulación, improvisación, opacidad, corrupción, e impunidad, exhibe hoy con toda su crudeza el estado que guarda el erario público en el ámbito estatal y municipal. El fantasma de la bancarrota de una “fiel” pero pésima administración, campea por todo lo alto a lo largo y ancho de Veracruz.
El gobierno estatal no cuenta con recursos para solventar sus obligaciones. No hay un solo peso para cubrir la parte que le corresponde aportar y a la que está obligado por los mecanismos del FONDEN para hacer frente a la contingencia climática. Constructores, proveedores y hasta los mismos servidores públicos, desesperados claman y presionan por un pago que no se hace efectivo. Los sindicatos de trabajadores al servicio de la administración pública veracruzana denuncian al gobierno estatal de no enterar las cuotas obrero-patronales de sus agremiados al Instituto de Pensiones. La obra pública parada y en gran medida abandonada a su suerte. El destino de los recursos provenientes de la bursatilización del impuesto a la tenencia vehicular, es incierto. La opacidad en la información sobre el estado que guardan las finanzas de la administración pública estatal es más que evidente.
En el ámbito municipal, y no lo propala una oposición dolida como argumento para restar méritos al régimen fidelista, lo afirman los mismos diputados locales priístas que llegaran al Congreso de la mano del “bien amado”. Más de cuarenta ayuntamientos veracruzanos en bancarrota y más de cien alcaldes que a lo largo del año no han rendido informes sobre el manejo de los recursos públicos bajo su responsabilidad, existiendo el temor entre la diputación local de que los ediles irresponsables se hayan despachado a su favor con la cuchara grande. Salvador Mikel Rivera, Procurador de Justicia de Veracruz, declara sin empacho que “se han recibido por lo menos unas 700 denuncias en contra de alcaldes que han registrado anomalías en la administración de los recursos públicos, y que solo se ha ejercido acción penal en contra de 50 ediles en lo que va de la actual administración”.
El diputado convergente Alfredo Tress, se pregunta que hicieron los alcaldes con mil millones de pesos del porcentaje que les correspondiera de la bursatilización de la tenencia. No se aplicaron en obra pública y a la fecha en el rubro de gasto corriente, no cuentan con fondos suficientes para el pago de servicios personales, señala. Por su parte, el director del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal (INVEDEM), Enrique Mendoza Filidor, quien se asume como ideólogo del priísmo estatal, admite que alcaldes enfrentan graves problemas para administrar las finanzas municipales, a tal grado que no tienen para pagar la nómina de empleados ni terminar obras inconclusas. La mayoría no sabe administrar, concluye.
La culpa es de “la cocinera”, afirman el gobernador, sus empleados más próximos, y hasta el presidente de la Mesa Directiva del Congreso local. El gobierno federal a cargo de Felipe Calderón, castiga a Veracruz, no entregándole o escatimándole las participaciones y aportaciones a que la entidad tiene derecho. Tal aseveración no está confirmada oficialmente con números y documentos que así lo demuestren. Todos se tiran la bolita, mientras que los afectados por las inundaciones afirman que el número de despensas y apoyos que reciben es menor a lo distribuido por el partido de la fidelidad en tiempos de campaña política. Las fotos cotidianas de funcionarios públicos con el agua a las rodillas, en las que mediáticamente se exaltan trabajo, entrega y cercanía con la gente, no substituyen previsión y buen gobierno.
Tlacotalpan, patrimonio de la humanidad, hoy sin pobladores es el set escogido para la ocasión, mientras que varios cientos de comunidades afectadas en parecida o aún peor situación, no conocen de la mano generosa y solidaria de quienes le gobiernan.
La desgracia es temporal, las inversiones siguen fluyendo a Veracruz, el crecimiento económico y el desarrollo en todos los órdenes va viento en popa, afirma el titular de Desarrollo Económico y Portuario. Industriales, productores agropecuarios, cámaras de comercio, y hasta músicos y trabajadores de la cultura, dicen lo contrario, Veracruz está de rodillas, el gobierno está quebrado, no paga, los despidos están a la orden del día, y las pérdidas resultantes de la incesante lluvia, desborde de los ríos e inundación de poblaciones enteras y miles de hectáreas, son cuantiosas y por ahora incalculables.
El gobierno de la fidelidad se derrumba a escasas semanas del cambio de estafeta en la administración pública estatal y municipal. Y sin embargo, en medio de la inconsciencia y perversidad calculada, se celebra el Bicentenario de la gesta independentista nacional y Centenario del inicio de la Revolución Mexicana, con el grito “Vamos bien, viene lo mejor”, como en los mejores días del peor gobierno que ha padecido Veracruz.
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Difusión: Soberanía Popular
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