Aseguran que los gobiernos no han respetado los decretos de protección de su zona sagrada
RAÚL TORRES
“¿De qué sirven entonces los acuerdos, los decretos, los planes de manejo y la palabra de Felipe Calderón, vestido de wixárika prometiendo la protección de nuestros lugares sagrados a la hora de firmar el pacto de Hauxamanaka hace apenas dos años?”.
Con esa pregunta, y muchas otras, los miembros del Consejo Regional Wixárika por la defensa de Wirikuta emiten una crítica severa a las instituciones del Estado mexicano por permitir que la empresa First Majestic siga adelante con el proyecto minero que amenaza con contaminar uno de los sitios sagrados más emblemáticos para los wixaritari y convocan a organizarse localmente para cambiar las cosas “desde abajo”.
Tras la última reunión del Consejo, realizada los días 8 y 9 de abril en la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán, se redactó un pronunciamiento en el que señala: “tenemos más de siete meses exigiendo al gobierno de nuestro país que cancele las 22 concesiones mineras a la empresa canadiense First Majestic Silver Corp. y su prestanombres mexicano Real Bonanza en la sierra de Catorce y no hemos escuchado ninguna respuesta de ninguna de las instituciones municipales, estatales o federales (…) La minería en este lugar sagrado no sólo destruye un pilar fundamental de la cultura wixárika, es un atentado que traería como consecuencia muchos desastres naturales y muerte”.
Pero los wixaritari saben de la miseria que impera en la región, saben que “el despojo y la discriminación hoy tienen a Wirikuta como una de las zonas con más marginación del país”, y saben que ante eso el proyecto de First Majestic obligará a muchos a irse de sus tierras o aceptar “con humillación la alternativa minera” que provocará a largo plazo contaminación con metales pesados.
Ante ello, el Consejo asegura tener otras propuestas para que las familias campesinas de ejidatarios que viven en Wirikuta puedan vivir en su tierra “con salud y bienestar”.
“Los gobiernos no dan muestra de ser buenos para el diálogo (…) el gobierno de México en todos sus niveles hace como que escucha la palabra de nuestros sabios cantadores mara’akame; han aceptado nuestras demandas que les hemos presentado para que respeten nuestra cultura y han firmado decretos y planes de manejo pero muy pronto esos acuerdos los viola el mismo gobierno (…) nuestra propuesta es cambiar desde abajo, desde la organización local tanta injusticia que hoy viven, reconstruyendo los tejidos sociales. Hemos hecho nuestra su situación y estamos trabajando para que entre todos nos demostremos que somos capaces de construir alternativas dignas”, afirma el pronunciamiento.
La Comisión, integrada por autoridades tradicionales, agrarias, consejos de ancianos y centros ceremoniales de la nación wixárika asegura que el frente Tamatsima Waha’a, que pretende hacer frente al proyecto minero en Wirikuta, está integrado por numerosas organizaciones civiles nacionales e internacionales que trabajan tejiendo alianzas con otros pueblos y movimientos afines a esta lucha.
“Agradecemos el apoyo de los pueblos indígenas de Estados Unidos y Canadá, organizados en la Iglesia Nativa Americana y por supuesto a nuestros hermanos del Congreso Nacional Indígena (…) Queremos reiterar la necesidad de mantener una interlocución y coordinación de confianza a través de la Asociación Jalisciense de Apoyo a los Grupos Indígenas (AJAGI), y evitar retrasos en la comunicación en nuestras comunidades que de por sí es complicada”, señalaron.
Los wixaritari concluyen este pronunciamiento con otra pregunta que tal vez tampoco merezca respuesta de las autoridades: “¿De qué otra manera quiere el gobierno que se le recuerde su obligación constitucional, histórica y moral de respetar nuestro patrimonio fundamental, el patrimonio de todos los mexicanos y de la humanidad?”
Fuente: La Jornada de Jalisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario