Los diarios se dedican a ser voceros de los políticos, a cubrir la "grilla", expresan académicos
JUAN CARLOS G. PARTIDA
El tema del papel de las nuevas tecnologías de la información, su vinculación con el periodismo y de la permanencia de los medios impresos, que fue el motivo principal de la convocatoria al foro de debate en Casa ITESO Clavigero con que concluyó la serie de análisis que expertos, políticos y periodistas realizaron por la celebración del quinto aniversario de La Jornada Jalisco, fue tan efímero como un tweet o un estado virtual en Facebook, pues al final de la reunión y en menos de dos horas la propia realidad del país motivó que el tema a digerirse fuera el papel del propio periodismo como agente transformador de una sociedad abatida por necesidades insatisfechas en casi todos los ámbitos.
Los académicos María Elena Hernández, de la Universidad de Guadalajara; Juan Carlos Núñez, del ITESO; la consultora de la UNESCO, Irma Amézquita; el jefe de prensa del gobierno jalisciense, Rubén Alonso, y el director de La Jornada Jalisco, Juan Manuel Venegas, comenzaron su exposición con señalamientos acerca de los cambios radicales que se dan en el ejercicio periodístico a partir de la llegada de las nuevas tecnologías, las necesarias adecuaciones que produce la inmediatez y la posibilidad de que sea la propia ciudadanía quien reporte información y la haga pública, situación que antes estuvo casi reservada a los periodistas.
Todos coincidieron en que los medios impresos perdurarán, así el papel y la tinta sean cambiados por una plataforma en plasma o algo semejante, por lo práctico que resulta la portabilidad, pero también atendieron los riesgos que conlleva la información en Internet, una suerte de “empacho” en el que se carece de jerarquización y para lograr una información adecuada se tiene que realizar casi una investigación.
El foro dio un giro cuando Venegas señaló que en México, en su realidad actual, el acceso a las nuevas tecnologías sigue remitido a una minoría, creciente pero aún muy lejana a lo que se vive en países con mayor índice de desarrollo, pues entre los millones de pobres que forman la mayoría hay preocupaciones de subsistencia que empiezan con la preocupación de qué van a comer.
El giro entonces tomó el camino de la crisis del periodismo. Amézquita y Hernández hablaron de la necesidad de un periodismo con mayor vinculación social, que atienda problemas comunes a la ciudadanía porque consideraron que uno de los males principales –y que contribuyen a la disminución de lectores de diarios– es que los periódicos se dedican en mayor medida a ser voceros de los políticos, a cubrir la “grilla” y la noticia del día, lo que a la mayoría de la gente le tiene sin cuidado al no ser temas que perduren o tengan un interés manifiesto en su cotidianidad.
Alonso señaló que la brecha entre ricos y pobres también incluye la brecha digital, una suerte de analfabetismo contemporáneo que también sirve para perpetuar la distancia entre el grupo minoritario con acceso a la modernidad, y quienes aún luchan por su subsistencia. Núñez dijo que la cantidad de información que ahora tiene a su disposición un periodista, debería por fuerza obligar a tener un mejor producto final informativo, situación que rara vez sucede.
También Alonso, luego de que se señaló que el gobierno por lo general impide el acceso a la información pública, dijo que le gustaría que llegara el momento en que la gente no tuviera qué preocuparse tanto por lo que hacen los funcionarios.
Raúl Torres González, jefe de Información de La Jornada Jalisco, en su calidad de moderador, tuvo la última palabra: “Yo esperaría que como periodistas podamos contar el momento en que la gente se dé cuenta de que no tiene que preocuparse por el gobierno”.
Fuente: La Jornada de Jalisco
No hay comentarios:
Publicar un comentario