NORMA TRUJILLO BÁEZ Y SAYDA CHIÑAS CÓRDOVA - LUNES, JUNIO 27, 2011
Coatzacoalcos, Ver.- Los migrantes han comenzado a unirse para enfrentar a las bandas de secuestradores y polleros que operan en la frontera sur; los puntos más peligrosos para los centroamericanos son los límites entre Tabasco y Veracruz y el tramo entre Coatzacoalcos, Sayula de Alemán y Tierra Blanca.
Este sábado fueron detenidas dos personas que intentaron secuestrar a un grupo de migrantes en la estación ferroviaria de Medias Aguas, pero fueron detenidos a golpes por las personas que estaban cerca de ahí.
De acuerdo con la versión preliminar de los centroamericanos, dos personas intentaron secuestrar a un menor de nueve años de edad, quien viajaba junto con sus padres.
Este intento de secuestro se registró mientras esperaban el tren en la estación de Medias Aguas pero, por la falta de agua y comida, los padres dejaron al menor para pedir ayuda a las casas cercanas.
El pequeño se quedó solo, cerca de las vías del ferrocarril, y los secuestradores aprovecharon para intentar llevárselo; el padre se dio cuenta y se enfrentó a golpes a uno de los secuestradores, mientras que los demás indocumentados se sumaron para detener a dos personas, mientras que los otros huyeron.
Los migrantes lograron amarrar a estos dos tipos y los entregaron a la policía municipal. Los sujetos se identificaron como Roberto Naugal Ordaz, de 25 años de edad, con domicilio en el callejón del Niño Perdido en la colonia Hidalgo de Minatitlán; mientras que el compañero de correrías dijo ser Lesbin Josué Mejía, de 36 años de edad, originario de Honduras.
Estas dos personas fueron puestas a disposición del Ministerio Público, sin embargo no se interpuso una denuncia formal, ya que la familia prefirió seguir el camino hacia Estados Unidos.
De acuerdo con los datos señalados por los centroamericanos, estas dos personas intentaron también secuestrar a otras personas en otros puntos del estado de Veracruz.
Para los migrantes, la entidad veracruzana representa una de las zonas más peligrosas en su camino hacia el norte, pues desde Tabasco son seguidos por grupos de polleros que incluso se infiltran con ellos en los vagones del tren.
Estas personas también llegan hacia los centros de apoyo de la Iglesia católica, en Coatzacoalcos, desde donde siguen a sus víctimas, quienes, en su mayoría, son secuestradas entre Medias Aguas y Tierra Blanca.
En Coatzacoalcos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha registrado relatos de varios secuestros registrados entre la estación La Venta, en Tabasco y Coatzacoalcos en Veracruz, donde son bajados de los vagones, en complicidad con el personal de la empresa Ferrocarriles del Sur (Ferrosur).
La zona más peligrosa para ellos en Coatzacoalcos es la serie de puntos aledaños a los complejos petroquímicos y las colonias Constituyentes y Nueva Obrera, aledañas a los patios de Ferrosur, donde usualmente se “embarcan” los migrantes.
Un grupo de migrantes centroamericanos, entre ellos niños, que viajaban hacia Estados Unidos a través del ferrocarril fueron secuestrados por un grupo de hombres armados en el poblado de Medias Aguas, Veracruz, el pasado viernes, denunció la casa del migrante Hermanos en el Camino, de Ixtepec, Oaxaca, que es coordinada por el padre Alejandro Solalinde Guerra.
En un comunicado emitido esta madrugada, se explica que “el viernes 23 de junio, a las 9 de la mañana, salió el tren de Ixtepec, Oaxaca, a Medias Aguas, Veracruz. Lo abordaron aproximadamente 250 personas. Había una lluvia intensa, el tren maniobró para enganchar vagones, algunos de los migrantes que se quedaron despidieron con gritos desde el albergue a los que se fueron”.
Cuatro horas más tarde, reportó la organización, antes de llegar a Medias Aguas, el tren fue detenido por el maquinista e interceptado por tres camionetas de lujo, tipo Suburban con al menos 10 personas fuertemente armados quienes les gritaron “bájense hijos de su puta madre, bájense rápido y súbanse a las camionetas. Unos se corrieron entre los matorrales para salvar sus vidas y los otros que no pudieron escapar, fueron capturados por estas personas y después se los llevaron en las camionetas”.
Los migrantes que lograron evadir al grupo armado y que regresaron al refugio Hermanos en el Camino narraron que varios fueron capturados, entre ellos, algunos menores de edad. Allí, señala el comunicado, viajaban hondureños, salvadoreños y guatemaltecos que se trasladaban hacia el norte del país para ingresar a los Estados Unidos, sin embargo ya no se supo de ellos y se desconoce el número de extranjeros presuntamente secuestrados.
Solalinde advirtió que se trata de un hecho sumamente grave, porque este tipo de secuestros se reanudan en la región, luego de varios meses de que la delincuencia organizada había dejado de operar en la vía del ferrocarril, por lo que hizo una llamado a las autoridades federales y estatales para que atiendan el asunto de inmediato.
El pasado viernes un grupo delincuencial secuestró a un grupo de migrantes antes de llegar a la estación de Medias Aguas, en el municipio de Sayula de Alemán Guerra, alertó Alejandro Solalinde, representante del grupo de movilidad humana de la Iglesia católica, quien refirió que este hecho es un reto al gobierno federal y a las instituciones de seguridad.
En entrevista ofrecida a los medios de comunicación, refirió que después de seis meses de tranquilidad en la frontera sur, en la comunidad veracruzana de Medias Aguas secuestraron entre 80 a 100 migrantes que habían salido en el tren desde la estación de Ixtepec, la mañana del pasado viernes.
De acuerdo con la información del padre Solalinde, en el refugio de Ixtepec lograron obtener los datos de estos 250 migrantes, por lo que están en condiciones de identificar a parte de este grupo secuestrado.
“Muchos de los testigos corrieron, es preocupante esta situación, se teme por las vidas de las personas secuestradas y otras que todavía siguen por ahí; en las ciudades de Veracruz hay gente que los denuncia o los lleva con los delincuentes”, afirmó Solalinde Guerra.
Para el sacerdote este nuevo secuestro es un reto directo a las autoridades mexicanas y a quienes trabajan para salvaguardar los derechos humanos, pues falta un mes para que Rodrigo Escobar, enviado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, visite la región sur de Veracruz.
“Es un reto para el gobierno, falta un mes para que venga el comisionado, es un guantazo a todos porque eso quiere decir que no les importa que se esté evaluando la zona”.
Fuente: La Jornada de Veracruz
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