Hacen pintas en las fachadas de la Policía Federal y la Oficina de Servicios y Apoyo de la SEP
Continúa Gonzalo Juárez ausente de las acciones de la Ceteg; es por seguridad, repite Morán
MARGENA DE LA O ( )
Chilpancingo, 1º de mayo. En este 1º de mayo que se conmemoró el Día del Trabajo, integrantes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) marcharon por la ciudad y arremetieron contra vehículos oficiales y dependencias gubernamentales, además de que se enfrentaron a un grupo de la seguridad personal del gobernador Ángel Aguirre Rivero en Casa Guerrero.
La movilización tuvo el mismo eco que las marchas pasadas: miles de personas participaron en las acciones que dieron un giro al prototipo de protestas al día de hoy. Los sectores sociales que respaldaron al MPG estuvieron encabezados por una parte de la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Crac) y la Policía Ciudadana y Popular de Temalacatzingo (Olinalá).
La descubierta del contingente salió a las 11:22 horas del campamento, y en ella destacaba el grupo de los comunitarios vestidos de verde olivo. Eran unos 120 policías, de los cuales 80 eran de la Casa de Justicia de El Paraíso, es decir de Ayutla, y de Tixtla.
Cuando salía la marcha rumbo al sur de la ciudad, por la lateral de la autopista del Sol, danzas de todo el estado recorrían las calles del centro. El gobierno estatal convocó a un fandango guerrerense en 1º de mayo.
Después de la lateral de la autopista del Sol, la avanzada del MPG –reconocida esta vez no sólo por los palos y tubos de acero en las manos, sino también por las playeras blancas con la leyenda: La educación no se mendiga, se exige... no como un privilegio de clases, sino como un derecho de todos– trazó el rumbo hacia Palacio de Gobierno, las avenidas Lázaro Cárdenas y Juan Álvarez, y el Zócalo.
Al tomar camino a la avenida Lázaro Cárdenas, la cabeza de la marcha, que ya había pasado Palacio de Gobierno, cruzó el puente de la avenida Ruffo Figueroa, pero la retaguardia todavía no terminaba de salir del campamento.
De paso por Palacio de Gobierno, aprovecharon para hacer pintas; el auditorio Sentimientos de la Nación corrió la misma suerte.
“¡Cuidado, cuidado, cuidado con Guerrero, estado, estado, estado guerrillero!”, “¡Que viva el Che Guevara, al escuchar su voz, y que chingue su madre nuestro gobernador!”, fueron las consignas que indicaron la llegada al Zócalo de la ciudad, sede del mitin, al rozar las 13 horas.
La primera acción al llegar a la explanada Primer Congreso Anáhuac fueron pintas en el palacio municipal, donde se vio que recientemente fueron cubiertas las de la movilización pasada. “Aguirre asesino”, “Represor”, “Traidor”, “Mario Moreno, la cuenta está pendiente”, eran algunas de las frases que quedaron en las paredes del ayuntamiento, mientras que en la puerta, estampada la imagen de Lucio Cabañas Barrientos.
Al tomar posición en el Zócalo, los maestros comenzaron a entonar el Himno Nacional, mientras izaban en el asta del centro de la explanada una bandera de México ligada a nudos a una roja con las siglas de la Ceteg.
Uno de los maestros comenzó a pintar en el suelo: “En Guerrero se gesta la segunda revolución. MPG”. Mientras que otro mostró un trozo de cartón en el que se leyó: “Muera Graco y su nueva visión de chingar al pueblo”. El gobernador de Morelos aseguró que detrás del movimiento hay narcoguerrilla.
El mitin fue el espacio en que se expresaron los sectores sociales que apoyaron la marcha: Fuersa (que agremia a 15 sindicatos, en ellos los dos de la UAG), Funpeg, Policía Ciudadana y Popular de Temalacatzingo, parte de la Crac, #YoSoy132, Movimiento Democrático de Trabajadores de la Educación de Guanajuato.
Una maestra fue la encargada de dar el pronunciamiento a nombre de la Ceteg y dijo que la lucha de los maestros continuará porque Guerrero merece educación pública, y no las reformas a los artículos 3 y 73 de la Constitución general. “Nos quieren detener con la retención de nuestros salarios, pero desde aquí les decimos: no nos van a parar”, amagó.
Por la mañana, el coordinador de la Ceteg en la zona Centro, Minervino Morán Hernández, informó que la SEG retuvo los salarios a parte de los maestros movilizados. Manuel Rodríguez, miembro de la Comisión Política, representando La Montaña Alta, dijo que contabilizaron 331 casos en su zona de salarios retenidos.
Ni en la conferencia, ni en la marcha y mitin, se observó la asistencia del secretario general de la Ceteg, Gonzalo Juárez Ocampo. Morán Hernández dijo a pregunta expresa que se trataba de una medida de seguridad por las órdenes de aprehensión; sin embargo los rumores en el campamento es que la base rompió con su dirigente porque se empeñaba en trasladar el movimiento al plano nacional, es decir a la ciudad de México.
La maestra oradora en el mitin denunció que el lunes pasado, cuando el gobernador Ángel Aguirre Rivero dio su informe en el Congreso del estado, pretendió enfrentarlos con el mismo pueblo porque, “aprovechándose de su necesidad, pobreza e ignorancia –es así como quiere vernos a todos, ignorantes–, llevó a la gente allí para blindarse. ¡Nos preguntamos por qué no nos dio la cara él; porque le faltan testículos!”.
Lo intenso del retorno
De regreso al campamento, se observaron los destrozos de los maestros en la primera parte de la marcha, que antes no se pudieron apreciar porque la estrategia esta vez de la avanzada del MPG fue que la prensa se adelantara 10 metros para evitar que se capturen esas acciones. En la Auditoría General del Estado, ubicada frente al monumento Las Banderas, sobre la avenida Lázaro Cárdenas, dejaron los cristales rotos a pedradas, al igual que los de una camioneta blanca marca Honda modelo CRV, estacionada fuera de la dependencia del Congreso estatal. Al vehículo que, al parecer era oficial, le escribieron con aerosol la frase “Aguirre, asesino”.
En la avenida Juventud fue lo más intenso de la jornada. Comenzaron destruyendo los cristales de tres camionetas oficiales estacionadas frente al INDEG, siguieron con las fachadas de las oficinas de la Policía Federal, la Oficina de Servicios y Apoyo a la Educación (delegación de la SEP) y dos vehículos más estacionados entre esos puntos.
El contingente trasero de la marcha dejó al final Casa Guerrero, al nivel de puerta 1. Un grupo de maestros y normalistas agitaron y golpearon la puerta con los tubos de acero que llevaban en las manos, y otro grupo saltó las bardas de la residencia oficial, de donde sacaron unos cuatro chalecos antibala y salieron por la misma puerta que sus compañeros trataron de abrir.
Agentes de seguridad del gobernador, identificados por la guayabera color claro que visten, y policías estatales preventivos, trataron de alcanzarlos, y fue cuando empezó la gresca: desde fuera, los maestros lanzaban piedras, que más tarde fueron regresadas por los vigilantes. Se oyó el silbido de los cohetes que los maestros prendieron en el Zócalo, acompañado de explosiones como de petardos, todos en dirección a Casa Guerrero.
Los marchistas comenzaron a correr en todas direcciones, porque algunas personas gritaban que los policías contestarían los cohetes y petardos con balas. Entre la trifulca así se percibió, pero lo que sucedió es que los policías tomaron sus toletes y los agitaban en las manos. La confusión propició a la vez que la marcha se disolviera.
Una vez despejado el lugar, se vio otro vehículo oficial destrozado (un Jetta plateado). Éste, además de los cristales rotos y pintarrajeado, estaba volteado con las llantas arriba.
La jornada del Día del Trabajo para el MPG terminó pasadas las 16 horas en el mismo lugar que comenzó.
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