Rosalía Vergara
MÉXICO, D. F., 3 de diciembre (apro).- El presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Ortega, definió este miércoles el rumbo que seguirá ese instituto político, de cara a las elecciones intermedias en 2009.
Iremos, dijo, con un plan de "izquierda moderna" que "necesita reconocer los antiguos derechos" y causas que defendía el perredismo. Necesitamos, insistió, "no confundir derrota con congruencia".
Cobijado por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y los gobernadores de Zacatecas, Amalia García; Guerrero, Zeferino Torreblanca, y Baja California Sur, Narciso Agúndez, así como por Armando Paredes, del Consejo Coordinador Empresarial, y el diputado panista Gerardo Pliego, Ortega sostuvo que el PRD debe rehacer su plan de acción para esta "nueva etapa".
Durante la presentación del proyecto, en el Teatro de la Ciudad, el nuevo dirigente dijo que el PRD debe reconocer públicamente su rechazo a cualquier forma de discriminación, el impulso a la plena igualdad entre hombres y mujeres, el derecho de estas últimas a decidir sobre su propio cuerpo, la lucha contra el tráfico y trata de personas, y los derechos de las niñas, niños, jóvenes y adultos mayores, entre otras cosas.
Acompañado por senadores y diputados federales y locales de Nueva Izquierda, así como del Movimiento por la Democracia, entre ellos Carlos Navarrete, Juan Guerra, Ruth Zavaleta y René Arce, además de Alberto Begné, del Partido Social Democracia (PSD), Ortega señaló que es el momento de que la izquierda defina sus fines con la pasión y sus medios con la razón, y "no confunda derrota con congruencia".
En este plan, consideró que se debe incluir a movimientos civiles, ecologistas y empresarios e incluso "a los enojados de la coyuntura", en alusión al movimiento de resistencia civil que nació en 2006 tras el llamado "fraude electoral", encabezado por Andrés Manuel López Obrador, excandidato presidencial.
En ese sentido, aseguró que el país necesita un partido pacífico que acceda al poder ganando elecciones, no quebrando a las instituciones.
En su concepción de izquierda moderna, en el PRD subsiste la idea de acceder al poder ganando elecciones, lo cual, añadió, "no debe entenderse como claudicación", sino como la vía que involucra más a los ciudadanos "que quieren el cambio" y que es lo que logra la mayor movilización popular.
Expresó que "la lucha electoral es la más amplia, el cambio por el que luchamos no vendrá del desastre y del colapso económico y social de la nación".
Y añadió:
"Esto se logrará si frente al evidente fracaso de la derecha, el PRD logra convencer a los mexicanos con propuestas para mejorar la economía nacional, reestablecer el proceso de transición y avanzar hacia un régimen político democrático".
Para ello, insistió, el Partido de la Revolución Democrática debe representar a una izquierda pacífica y rechazar las ideas de que la violencia es la vía para terminar con la desigualdad y la pobreza, lo cual no significa el rechazo a la manifestación popular, a la protesta ante las injusticias y los abusos, como se interpreta "de manera vulgar".
Al referirse a la crisis interna, que provocó una disminución en las preferencias electorales para el PRD -de 34% en 2006, pasó a últimas fechas a 17%, según las encuestas--, el dirigente perredista consideró necesario armar un plan de acción para restablecer el proceso de transición democrática interrumpido en 2006.
El PRD, dijo, debe alejarse de recetas y de las verdades únicas.
Bajo esa premisa, puso como ejemplo el rechazo a la privatización de recursos energéticos, que debe seguirse "no por dogma ni por fidelidad a una ortodoxia, sino porque el petróleo, el gas, la electricidad, el agua, son patrimonio que pertenece a todas y todos los mexicanos y deben de utilizarse como una gran palanca para el desarrollo nacional".
Y justificó que por ello los legisladores de Nueva Izquierda aprobaron la reforma energética, a la que "sin duda faltan muchas cosas, pero fue buena y el PRD puso los principales ingredientes".
Es así, indicó, como se debe trabajar para restituir la soberanía alimentaria del país, la seguridad nacional, el crecimiento de la economía y la creación de nuevos empleos.
Así mismo, consideró importante reducir la alta burocracia en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y alentar el Plan Federal de Educación Pública. Estos temas, señaló, no deben ser usados con fines electorales.
Y resaltó:
"Nos interesa ganar votos, pero más nos interesa la seguridad nacional y la seguridad de las personas".
Además, Ortega se manifestó en contra de la propuesta sobre seguridad nacional que pretende crear una policía única. En eso, agregó, los legisladores perredistas "aportarán lo que tengan que aportar".
E insistió en continuar con las reformas en materia política y electoral "para restablecer las garantías para el respeto al voto mexicano".
Al finalizar su largo discurso, Jesús Ortega pidió trabajar para que el Instituto Federal Electoral (IFE) recupere la autoridad, autonomía y las facultades necesarias, a fin de impedir que los poderes económicos u otros se conviertan en los grandes electores, como sucedió en 2006.
Ortega convocó para mañana a una reunión del Consejo Político Nacional a las 11:00 horas, en la sede nacional del partido.
jueves, 4 de diciembre de 2008
Arropado por Ebrard, Ortega presenta "nuevo" proyecto del PRD
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