La gripe de Barack Obama
JUAN GASPARINI
GINEBRA, 22 de mayo (apro).- El jueves 2 de abril, al pronunciar su conferencia en la cumbre del G-20 en Londres, dos sonoros estornudos frenaron la intervención del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Echó la cabeza a un lado y se cubrió la boca con la mano derecha, luego volvió la vista al auditorio, pidió disculpas y confesó: "He estado luchando contra esto toda la semana". (1)
Lo sorprendente, por lo que se conoció ulteriormente, fue que el 18 y 19 de marzo precedentes, Barack Obama concurrió a California para participar en el célebre programa televisivo de Jay Leno, The tonight show, gesto inusual en un mandatario de tan alto nivel en ejercicio.
Estuvo prácticamente dos días en uno de los futuros focos estadounidenses de la enfermedad, y pudo atrapar allí el virus que lo tuvo a mal traer en su gira por el Viejo Continente, admitiendo, a las pocas horas de abandonar Londres y frente a los periodistas en Praga, durante la reunión con la Unión Europea, que se trataba de una gripe. (2)
Por cierto, la fecha de inicio de los síntomas del primer caso de influenza A/H1N1, confirmado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), fue el 28 de marzo de 2009 en Estados Unidos, no en México. California declararía la emergencia un mes después, al contabilizar 13 dolientes, trepando a 221 el 13 de mayo, el segundo de los 45 Estados afectados. (3)
Como en una novela del argentino Tomás Eloy Martínez, "nada es nunca como se espera, nada es tan siquiera lo que parece que es", hoy, al cabo de largas jornadas de mediática pandemia que propagó en vano una descomunal alarma internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS), sede matriz de la OPS, todavía no ha podido detectar con exactitud dónde se produjo el brote.
Su director adjunto, Keiji Fukuda, precisó el viernes 15 de mayo de 2009, en Ginebra, que a fin de cuentas aún no existen certezas sobre el lugar en que surgió el virus de la influenza A/H1N1, cuyo nacimiento fue espontáneo y natural.
Inicialmente se dijo que procedía de los criaderos de porcinos de Granjas Carroll en México, filial de la Smithfield Company, la más grande productora de esos animales en Estados Unidos, empresas acusadas de múltiples irregularidades. (4) Pero finalmente se estableció que los puercos eran ajenos al fenómeno, y su expansión se retrajo a la de una gripe de tendencia benigna, muy por debajo de las gripes estacionales, las cuales se cobran entre 250 mil y 500 mil víctimas por año en el mundo.
Siendo esclavos de la cronología de lo que está suficientemente probado, el 2 de abril de 2009, mientras Barack Obama estornudaba sospechosamente, se registraba en México el "paciente cero", Edgar Hernández, quien se repuso rápidamente tras consultar en un hospital.
Edgar es un menor vecino de La Gloria, en el valle de Perote, del estado de Veracruz, sitio de explotación de las fincas Carroll, zona que tuvo que ser fumigada en aquellas circunstancias, verificándose que sus habitantes "habían padecido algún episodio de neumonía y bronconeumonía", de acuerdo con un despacho de la agencia Notimex del 5 de abril.
Tres días más tarde entraba en un nosocomio María Adela Gutierrez, quien pereció el 13 de abril. Fue la primera muerte mexicana de la enfermedad, reconocida por la OMS el 24 de abril y asumida la víspera por México, que interrumpió súbitamente la enseñanza primaria y secundaria. Faltaba poco para que California decretara la emergencia, el 28 de abril.
Casi dos semanas antes, el 16 de abril de 2009, Barack Obama hizo escala en México, rumbo a la Cumbre de las Américas en Puerto España, Trinidad Tobago, que se desarrolló el 18 y 19 de abril. El 16 se entrevistó con su homólogo, Felipe Calderón, visitó el Museo Nacional de Antropología e Historia, y se fue el 17 por la mañana.
En el templo a la cultura indigena tuvo por guía al director Felipe Solís Olguín, quien feneció una semana después de un infarto, abatido por un cuadro severo de neumonía complicada con diabetes. La OMS advierte que suelen sucumbir de esta influenza personas aquejadas por males crónicos como la diabetes y los problemas cardiacos y circulatorios.
Actualmente se cuentan muchas más víctimas en Estados Unidos que en México. Al 15 de mayo, México enumeraba 2 mil 895 infectados y 66 defunciones. En Estados Unidos los contagios ascendían a 4 mil 714 y cuatro muertos.
Pareciera que la confusión no se disipa, pues fuentes dignas de crédito abren pistas inciertas. La firma Veratect, basada en Washington y dedicada a la biovigilancia, reivindicó en su portal de Internet haber descubierto el estallido del brote en los criaderos de cerdos mexicanos ya mencionados, es decir, con algunas horas de antelación a que lo reconocieran las autoridades de ese país.
Sin embargo, el cientifico australiano Adrian Gibbs denunció que la irrupción del virus sucedió por un error de manipulación humana en un cultivo de laboratorio. México no los tiene, dado que debió recurrir al centro del profesor canadiense Francis Plummer para hacer los análisis de lo que acontecía en su territorio.
La revista Science afirma que el "brote debió comenzar a mediados de febrero en La Gloria (estado de Veracruz)", pero el diario británico The Guardian, citado por el semanario francés Courrier International, asegura que esta gripe "arribó a México durante la primera mitad del mes de abril", obviamente de Estados Unidos. (5)
Fidel Castro, con todo el tiempo libre para estudiar los boletines de las agencias noticiosas a su alcance, avanza veladamente la teoría de que México ocultó la epidemia para que Barack Obama no anulara su viaje del 16 y 17 de abril, pero se contradice señalando al propio tiempo que recién en el último de esos dos días, el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta logró destapar la aparición de un virus desconocido.
El comandante jubilado tal vez no supo que para entonces el presidente de Estados Unidos quizás venía de superar una ligera gripe, supuestamente comparable a la disparada en California en derredor de su prestación televisiva, incidente desprovisto de consecuencias mayores, similar al de la mayoría de quienes vienen sufriendo la A/H1N1) y sobreviven. (6)
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