A la memoria de todos los trabajadores caídos bajo la ofensiva del gran capital.
MANIFIESTO A LA NACIÓN No. 12
A los trabajadores.
Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.
Este 1º de Mayo recordaremos una vez más a los Mártires de Chicago y a todos los trabajadores del mundo que han luchado por mejores condiciones de vida, y por su plena emancipación del capital.
Conmemoraremos creativamente el Día Internacional del Trabajo, a pesar del virus del miedo que los de arriba pretenden inocular -usando ahora un problema de salud pública: la gripa porcina-, mediante jornadas combativas, en el marco de la más profunda crisis del capitalismo mundial de los últimos tiempos. Crisis que afecta a quienes menos tienen, a los explotados, a los excluidos, a los pobres de la tierra, a los que con su trabajo crean toda la riqueza social de la que se apropian los señores del dinero, valiéndose de organismos y tratados internacionales, así como de sus aparatos ideológicos y represivos.
Esta crisis del capitalismo, como todas las que él mismo origina, se produce a pesar de todas las maniobras neoliberales desplegadas por sus ideólogos para remontarla. Maniobras que sólo significaron un mayor despojo y una mayor explotación para los trabajadores y pueblos del mundo, desde la década de los 70 del siglo pasado hasta nuestros días, poniendo de manifiesto, una vez más, la irracionalidad e inviabilidad del capitalismo.
Hoy nuevamente se pretende que seamos nosotros quienes paguemos el costo de esta crisis y no los explotadores que la provocan, deteriorando nuestras ya de por si difíciles condiciones de vida, mediante el desempleo y la imposibilidad de satisfacer necesidades básicas como el alimento, la vivienda, la salud, la educación. Incluso, el FMI y el Banco Mundial cínicamente reconocen que la pobreza afectará a más de 90 millones de personas, por lo que este año más de 1000 millones de seres humanos padecerán hambre crónica y millones de personas perderán su trabajo, con sus respectivas consecuencias, tratando de ocultar que la presente crisis, como todas las anteriores, es resultado de la explotación, especulación y destrucción permanentes a que son sometidas la sociedad y la naturaleza, bajo la rapaz acción del capital.
Con el recrudecimiento de la crisis mundial del capitalismo se manifiesta y actualiza la fuente principal que la genera: la contradicción capital-trabajo. Y es precisamente en el despliegue del antagonismo social que esta contradicción produce, que se fortalece, hoy más que nunca, la justa y legítima aspiración de los trabajadores del campo y la ciudad por transformar radicalmente sus condiciones de vida y de trabajo, a fin de dar lugar a una sociedad verdaderamente humanizada.
Las leyes que “flexibilizan” el trabajo en función de las necesidades de las grandes empresas, que desconocen de facto los Contratos Colectivos de Trabajo (CCT), que imponen topes salariales y reformas, como la del IMSS e ISSSTE para manipular sus jubilaciones y pensiones, y escamotear sus ahorros mediante las afores, son resultado de la ofensiva emprendida por los dueños del capital y los gobiernos en turno, a fin de eliminar los derechos conquistados históricamente por la clase trabajadora. Sin embargo, los poderosos no han podido imponer completamente su proyecto, pues el pueblo ha sabido resistir y pasar también a la ofensiva, a pesar de la represión, del encarcelamiento y asesinato de obreros y dirigentes, así como de la cooptación y corrupción de los representantes pseudodemocráticos, de viejo y nuevo cuño.
A 103 años del estallamiento de las huelgas de Cananea, Sonora, y Río Blanco, Veracruz, en 1906 y 1907 respectivamente, huelgas que antecedieron el inicio de la Revolución Mexicana de 1910-17, hoy se acrecientan los despidos masivos, disfrazados de “paros técnicos”, y se maniobra para declarar la inexistencia de las huelgas de los trabajadores, como la de los 1200 mineros –precisamente- de Cananea, huelga que se pretende desconocer, tras casi dos años de su inicio.
Compañeras y compañeros: Ya es tiempo de liberar nuestras conciencias y voluntades de las relaciones de dominación que sólo nos usan, manipulan y reprimen. Relaciones que nos niegan como seres humanos, haciéndonos vivir en función de intereses y fines ajenos: los del gran capital y sus serviles representantes en el gobierno.
La crisis que sacude al mundo del capital no es responsabilidad nuestra, los trabajadores no la provocamos, la provocaron los dueños del dinero. No estamos dispuestos a cargar con ella, ni a pagar los costos de su ilusoria solución. No queremos “humanizar” la dominación. ¡No queremos más dominación, más explotación, ni más desprecio!
Empecemos por sacudirnos a nuestros propios líderes autoritarios y corruptos participando de manera directa en la dirección y administración de nuestros asuntos comunes en todos los ámbitos de nuestra actividad cotidiana: económico, laboral, sindical, político, educativo, cultural, familiar, de salud, etc.
Las fuentes de trabajo (minas, fábricas, talleres, tierras, transportes, servicios, etc.), pueden y deben pasar a manos de los trabajadores, porque somos nosotros, con nuestra capacidad y experiencia, los que agotamos nuestras vidas para hacerlas producir. Es necesario organizarnos y tener claro cómo y para qué; poniendo en cuestión y discutiéndolo todo, rehaciendo todo, desde abajo y desde fuera de las instituciones que sostienen, y en que se funda, la dominación.
La lucha por la emancipación del pueblo trabajador tenemos que hacerla nosotros mismos. De manera aislada ninguna organización podrá garantizar la transformación social profunda. Se requiere unir esfuerzos, experiencias y voluntades con respeto, democracia y autonomía. Debemos emplear y combinar todas las formas de lucha, sin sectarismos ni pretensiones hegemónicas que dividen y dificultan el avance del movimiento.
Construyamos un nuevo poder: el poder popular. Que sea el pueblo quien proponga y tome las decisiones sobre el futuro del país. Seamos nosotros quienes construyamos desde ahora, una nueva economía, una nueva política, una nueva cultura, una nueva educación, una nueva moral y una nueva salud. Que el país que queremos nazca de nuevas relaciones en las que hombres y mujeres, todos, nos reconozcamos como iguales, como seres humanos capaces de transformar la sociedad y rescatar el trabajo creativo como fuente de vida, de desarrollo y bienestar para los individuos y la humanidad.
Desenmascaremos la manipulación ideológica de los medios de comunicación y mantengámonos mutuamente informados, y a la escucha de lo que sucede en el país, y de las luchas que se libran en él, mediante brigadas de propaganda, volantes, mantas, pintas, etc. Hagamos tomas y ocupaciones de espacios públicos, así como mítines, manifestaciones, asambleas y todo lo que nuestra creatividad nos dicte, a fin de esclarecer la crisis económica, y contrarrestar la manipulación que los de arriban hacen del problema sanitario, que pondrá de manifiesto, entre otras canalladas, la mercantilización de nuestro derecho a la salud.
Defendamos la huelga, como forma de lucha que afecta la economía-política de la clase en el poder, e instrumentemos todas las formas de lucha que nos permitan superar la apatía, el miedo, la desesperación y la dispersión que genera el capitalismo para someternos.
Redoblemos desde este 1º de mayo la lucha por la construcción de una patria nueva, combatiendo la injusticia, la impunidad y la corrupción de los de arriba. Y no dejemos de luchar, un solo momento, por la libertad de todos los presos políticos, por el cese a la persecución y el hostigamiento a luchadores sociales y revolucionarios, así como por la presentación de todos los desaparecidos políticos.
Organicemos de manera callada y discreta la autodefensa popular, asimilando la experiencia de los combates callejeros que se han producido a partir de la represión desplegada por las policías estatales y las fuerzas federales de ocupación en diversos lugares del país, bajo el mando ilegítimo de Felipe Calderón y de toda la clase gobernante. Fortalezcamos la lucha de la clase trabajadora pasando del estado pasivo en que nos mantiene la opresión y la manipulación, a un estado activo de movilización por una transformación social que haga valer la vida, la dignidad y la libertad del pueblo trabajador.
¡POR LA UNIDAD DEL PUEBLO, LA COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA!
Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos
MRLCB
Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo
TDR-EP
Organización Insurgente 1º de Mayo
OI-1M
Brigada de Ajusticiamiento 2 de Diciembre
BA-2D
Unidad Popular Revolucionaria Magonista
UPRM
República Mexicana, a 1º de Mayo de 2009.
domingo, 3 de mayo de 2009
Manifiesto de la Coordinación Revolucionaria
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