lunes, 20 de julio de 2009

Londres: la muerte del doctor Kelly







Londres: la muerte del doctor Kelly
LEONARDO BOIX

LONDRES, 17 de julio (apro).- Un grupo de 13 médicos británicos instó el pasado lunes 13 al gobierno laborista del primer ministro Gordon Brown, a reabrir el polémico caso de la muerte en 2003 del científico inglés David Kelly --un experto en armas de destrucción masiva y exinspector de arsenales en Irak-- pues, dijo, su supuesto suicidio fue "un asesinato encubierto".

El grupo realizó un reporte de 50 páginas que sostiene que la conclusión inicial acerca de que Kelly se quitó la vida "no es viable". El cuerpo del científico de 59 años fue hallado hace seis años cerca de su vivienda de Oxfordshire, en el norte de Londres, después de haber sido expuesto como la fuente principal de un artículo de la estación de radio y televisión BBC que revelaba mentiras en las justificaciones por la participación de Gran Bretaña en la guerra de Irak.

Kelly trabajaba como experto de armas biológicas y químicas para el Ministerio de Defensa en Londres, y se había desempeñado como inspector de armas de las Naciones Unidas en Irak.

El 22 de mayo de 2003, Kelly se reunió en el Charing Cross Hotel de Londres para una entrevista con el periodista de la BBC, Andrew Gilligan, acerca del dossier británico sobre supuestas armas de destrucción masiva en poder de Irak, argumento que utilizó el gobierno del por entonces primer ministro Tony Blair para justificar la invasión británica a ese país.

En el programa radial, Gilligan no nombró directamente a Kelly. Mencionó a una fuente anónima para fundamentar que el gobierno había exagerado el hecho de que Irak contaba con armas de destrucción masiva listas para ser utilizadas.



El informe Hutton



La entrevista en la BBC causó un escándalo político en el país.

El científico de armas apareció muerto cuatro días después de haber comparecido el 15 de julio de 2003 ante un comité parlamentario que lo acusó de haber hablado con la prensa sobre temas de seguridad nacional.

En lugar de llevarse a cabo una investigación a cargo de un juez de instrucción, Blair instó al lord Brian Hutton a realizar una pesquisa, que concluyó el 28 de enero de 2004 con la afirmación de que Kelly se suicidó.

El informe de Hutton señaló que el científico murió luego de perder gran cantidad de sangre después de haberse cortado las venas de la muñeca con un cuchillo de jardín.

Sin embargo, ahora un equipo de 13 especialistas médicos ha instado a las autoridades a reabrir la causa, ya que considera que los cortes que supuestamente se hizo Kelly "muy improbablemente" lo desangraron.

Los especialistas sostienen que, según la autopsia del cuerpo, el corte que supuestamente se hizo Kelly en la arteria ulnar no pudo haber producido la muerte por desangrado, especialmente cuando se hizo en la intemperie (donde la constricción de los vasos desacelera la pérdida de sangre).

Los científicos sostienen que también es contradictorio que no se hayan encontrado grandes cantidades de sangre en el lugar donde murió el científico. Además, indicaron que la cantidad de pastillas que se tomó Kelly no sería suficiente para provocarle la muerte. Tampoco se halló ninguna botella de agua o líquido que debió haber sido esencial para ingerir las pastillas.

El doctor Andrew Rouse, un experto en epidemiología del British Medical Journal y miembro del grupo de científicos demandantes, sostuvo que el acto del suicidio por corte de arterias es "extremadamente raro" en una persona de 59 años sin un historial de problemas psiquiátricos. En Gran Bretaña y desde entonces ninguna persona de esa edad murió bajo esas circunstancias.

Dave Bartlett y Vanessa Hunt, los dos paramédicos que fueron los primeros en llegar al sitio donde se encontraba Kelly, indicaron al grupo de médicos que no hallaron suficiente sangre en el lugar como para justificar una muerte por desangramiento.

Bartlett y Hunt dijeron haber visto una pequeña cantidad de sangre en plantas cerca del cuerpo de Kelly y una mínima mancha en sus pantalones.

Ambos paramédicos sostuvieron que en caso de un suicido por corte de arteria, tendrían que haberse registrado grandes cantidades de sangre en el lugar.

Además, el 15 de octubre de 2007 y gracias a un pedido bajo la Ley de Libertad de Información, se descubrió que el cuchillo que utilizó Kelly para supuestamente suicidarse "no tenía huellas dactilares".

La conclusión previa por la muerte del doctor Kelly "fue una farsa", afirmó David Halpin, médico especializado en ortopedia y cirugía.

Según el experto, Hutton tenía como objetivo aclarar las circunstancias que rodearon la muerte de Kelly, pero no la causa misma del deceso, y por eso la pesquisa la debió realizar un juez de instrucción.

"El proceso correspondiente ha sido subvertido. El grupo del que formó parte no permitirá que esto pase por alto. Hay evidencia de encubrimiento", subrayó el médico durante la presentación de la requisitoria, en una conferencia de prensa el pasado 13 de julio en Londres.

Halpin calificó a Kelly como un hombre "con coraje y habilidades" que se merecía "una investigación adecuada".

"Él era un experto muy prominente en armas químicas y biológicas. Esto es relevante debido a su conocimiento de la biología de muerte. Pasó diez años en Porton Down (un laboratorio del gobierno) y sabía todo acerca de matar cosas", declaró el especialista.

"Así que decir que utilizó un cuchillo de jardín y unas pastillas proxamol de su esposa para tratar de matarse es extraordinario. Creo que es altamente probable que haya sido asesinado", agregó.

Por su parte, el parlamentario liberal democrático Norman Baker, que en 2007 publicó un libro sobre la muerte de Kelly, apoyó la campaña del equipo de médicos. "Hay aspectos de la causa de 2003 que deben esclarecerse. Tiene que lanzarse una investigación adecuada sobre la guerra de Irak, tiene que haber una pesquisa adecuada sobre la muerte del doctor Kelly, y debe reconocerse su trabajo grandioso. Todo lo que pedimos es un proceso legal apropiado que hasta ahora no hemos tenido", concluyó el legislador en una ponencia en la Cámara de los Comunes, el mismo día del anuncio.

El reporte del equipo médico fue enviado de inmediato al funcionario inglés John Chilcot, quien está a cargo de una nueva investigación por la guerra de Irak, pedida por el primer ministro Gordon Brown.

Dicha pesquisa fue condenada por los partidos opositores y activistas anti-bélicos por considerarla una investigación judicial "secreta" por la guerra y posguerra en Irak.

El jefe de los conservadores, David Cameron, acusó el pasado 16 de junio a Brown en el Parlamento de un "arreglo del establishment", en tanto que los liberales democráticos amenazaron con boicotear la pesquisa.

Brown confirmó el 15 de julio en el Parlamento que la investigación comenzará a finales de este mes y llevará al menos un año en completarse. Cubrirá el periodo de julio de 2001 a julio de 2009, y estará presidida por el funcionario del gobierno John Chilcot: de 70 años, exsubsecretario de gobierno para Irlanda del Norte y quien participó de la Causa Butler, la cual concluyó el 14 de julio de 2004 con la afirmación de que "era poco confiable" la información de Inteligencia sobre armas de destrucción masiva utilizada por el gobierno británico para justificar la invasión a Irak en 2003.

La pesquisa no buscará "hallar responsables", explicó el primer ministro, pero sí intentará identificar "lecciones a aprenderse".

El gobierno británico había sido instado a lanzar una investigación pública por la guerra y la posguerra de Irak, pero Brown indicó que la privacidad de la causa hará que la evidencia dada por políticos, militares y oficiales "sea lo más amplia y cándida posible".

Sin embargo, Cameron acusó al mandatario por no cumplir con promesas hechas la semana pasada, cuando dijo que iniciaría "una nueva era de renovación democrática" en medio del escándalo por los gastos parlamentarios.

"La investigación debe ser vista y debe ser enteramente independiente y no un arreglo del establishment", destacó el jefe de los tories.

Mientras, el exlíder de los lib-dems, Menzies Campbell, rechazó la versión de que la pesquisa costará demasiado dinero, al insistir que dichos fondos "valdrán la pena si evitan que se cometan los mismos errores en el futuro".

Las razones para justificar que Gran Bretaña se sumara a la invasión en Irak, incluido la ahora desacreditada afirmación de que Saddam poseía armas de destrucción masiva listas para ser utilizadas en 45 minutos, han sido blanco de mucha controversia.

Dos pesquisas, la Hutton y la Butler, habían analizado algunos aspectos de la guerra de Irak. La investigación Butler analizó las fallas de Inteligencia, mientras que la causa Hutton examinó las circunstancias que llevaron a la muerte de Kelly.

Lo cierto es que si el pedido de los 13 médicos es aceptado ahora por Brown, el Reino Unido podría verse envuelto en un supuesto caso de encubrimiento oficial de asesinato no visto en décadas en el país, un hecho que dejaría además expuestos oscuros entretelones de un establishment que hizo todo lo posible por esconder las razones para derrocar a Saddam Hussein e invadir un país soberano.

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