viernes, 21 de agosto de 2009

Modelo Educativo, lesiona derechos sociales y laborales

Tomado de APIAVirtual

El Estado mexicano con la imposición de sus reformas estructurales neoliberales (laboral, energética, fiscal, educativa y judicial) buscan perpetuar el sistema socioeconómico y el régimen político capitalista, en donde unos cuantos obtienen cuantiosas ganancias a costa de mayores sacrificios de más de 100 millones de mexicanos . Y todavía, Felipe Calderón le pide al pueblo mayores sacrificios.

¿Cómo afecta a los trabajadores de la educación las reformas neoliberales?

La ley del ISSSTE de 2007, liquidó el sistema de pensiones solidarias que nos regía y canceló el derecho a la jubilación, privatizó los demás seguros, prestaciones, vivienda, servicios médicos y recreación social que teníamos, y como consecuencia, ahora el trabajador paga seguros y servicios más caros, además de que fueron incrementados los años para retirarse del servicio.

La Alianza por la supuesta Calidad de la Educación (ACE) y las reformas a los artículos 3º y 31º constitucionales persiguen en el fondo la privatización de la educación, ya que el gobierno cada vez invierte menos presupuesto educativo y carga en los padres de familia la responsabilidad del mantenimiento y funcionamiento de las escuelas públicas. Y aunque los propósitos de la ACE aparentemente son sociales, su enfoque es totalmente gerencial. Ahora el discurso que se emplea está cargado de tecnicismos empresariales: Escuelas de Calidad, competencias, estándares, etc.

El congelamiento y la reducción de plazas, así como la contratación de más y nuevos docentes propicia la competencia y la flexibilidad laboral a través de presuntos exámenes de oposición, que agudizan la corrupción y la venta de plazas. En el caso de los compañeros trabajadores de apoyo, crece la contratación de empresas privadas para el mantenimiento de los planteles educativos, amenazando además con subrogar los servicios administrativos. Así, la inestabilidad laboral se instala como algo natural y el ejército de desempleados ejerce una fuerte presión para mantener a la baja los salarios.

En la aplicación de exámenes en todo el país, los reclamos por irregularidades se incrementaron un 200 por ciento con respecto al año pasado, no se cumplió con lo establecido por la convocatoria y los denunciantes temen por la represalias que se vendrán en su contra por atreverse a protestar. Desde aquí les decimos que no están solos.

La modificación de los planes y programas de estudio en todos los niveles mediante esquemas como la Reforma de la educación básica (RIEB), la Reforma de la educación secundaria (RES) y la Reforma de la educación media superior (RIEMS) basadas todas ellas en el enfoque por competencias, fomentan los valores individualistas que el sistema necesita para mantener el control ideológico de la población.

Pero, no conformes con todo ello, buscan imponernos una reforma laboral que termine con nuestros derechos a un empleo y un salario digno y estable, es decir, buscan pulverizar las conquistas laborales de más de un siglo de lucha.

Hoy el Estado Mexicano expresa con todo cinismo a través de los planes y programas de estudio, que prepara maestros como eslabones que le ayuden a poner en manos de los capitalistas nacionales y extranjeros las tierras, bosques, aguas y riquezas de los pueblos originarios y que aniquilan los recursos patrimonio de la humanidad.

Los argumentos que guían a los encumbrados en sus diálogos cupulares, dicen el resultado de las pruebas (que no evaluaciones) ENLACE, EXCALE y PISA. El gobierno sin el menor asomo de pena por mostrar su sumisión ante la Organización del Comercio y el Desarrollo Económico (OCDE), se pone al servicio de intereses ajenos al pueblo, según lo revelan los documentos que hoy circulan a nivel nacional en los llamados Talleres Generales de Actualización que organiza la SEP.

Los exámenes con los que nos mide la burguesía y su gobierno, desatienden las características físicas de las escuelas, las costumbres de los pueblos, el aspecto socioeconómico y emocional de los alumnos y profesores.

¿Y los maestros que estamos haciendo?, aceptar de manera dócil y sin cuestionar, los cambios que se generan en los planes y programas y el currículo.

El maestro debe ser la conciencia del pueblo y no su verdugo. Es un crimen social legitimar privatización de la educación que con toda impunidad cabalga en el país, debemos de hacer una revisión crítica de las teorías, enfoques, metodología y textos que traen las reformas educativas.

Sobre los planes, programas de estudio y libros de texto, hagamos propuestas que involucren a padres de familia, alumnos y todos aquellos interesados en que la educación este al servicio de la clase trabajadora y no del patrón.

Los propios textos que acompañan el curso básico de la SEP coinciden con nuestras críticas. Autores como Xavier Garagorri, César Coll y Sergio Tobón (2006), desnudan las verdaderas pretensiones del cambio de modelo educativo por competencias: “que se quiera supeditar la educación a los intereses productivos empresariales o que se quiera implantar de forma camuflada el taylorismo y el paradigma del modelo conductista, o que sirva de vehículo para impulsar perspectivas educativas demasiado centradas en los resultados, en los estándares de evaluación y en el credencialismo” (Garagorri).

Cesar Coll señala que “el riesgo principal del enfoque basado en competencias es el de presentarse y ser presentado como una solución a los males (…) Pero definitivamente tampoco son un remedio milagroso”.

Tobón, dice que “ha crecido la demanda de las empresas a las instituciones educativas para que formen profesionales idóneos, de tal manera que esto les permita competir con otras empresas nacionales e internacionales para mantenerse y crecer”.

Estamos entrando a las fauces del colonialismo cultural, la educación por competencias, no es otra cosa que los mandatos de la OCDE para impulsar una educación que conlleve a la formación de alumnos que puedan, servir a la industria y a la economía de las grandes empresa que pretenden tener mano de obra barata y con las competencias que ellos necesitan.

En tanto Elba Esther Gordillo tiene un nuevo negocio, su partido el PANAL, sigue jineteando nuestras cuotas y los bienes sindicales sin que los profesores de Jalisco demos muestras claras de querer cambiar tal situación.

Al contrario con la sumisión de los dirigentes lo único que se logra es mayor pérdida de nuestros derechos, mayor injerencia del gobierno en la vida sindical y de nuestra dignidad.

Por lo anterior exigimos al gobierno de Felipe Calderón:

1. Cancelación de la ACE.
2. Abrogación de la Ley del ISSSTE.
3. Aumento salarial de emergencia.
4. Solución a la falta de profesores, mobiliario y equipo, construcción y rehabilitación de edificios, papelería y material de aseo solicitados por directivos y padres de familia de preescolar, primaria y secundaria.
5. Respeto a los derechos escalafón, ascenso, plaza base, inamovilidad en el empleo y otros que están siendo violados por la Secretaria de Educación so pretexto del acuerdo cupular mal llamado Alianza por la Calidad de la Educación.

Agosto de 2009.

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