LUCIANO TAPIA (Corresponsal)
Ciudad de México, 29 de octubre. La Procuraduría General de la República (PGR) informó que de acuerdo con la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh), emitida el 23 de noviembre de 2009, a través del agente del Ministerio Público de la Federación, adscrito a la Coordinación General de Investigación, concluyó la segunda etapa de excavación para la localización de los restos óseos de Rosendo Radilla Pacheco, en el terreno que ocupaba la 27 zona militar, en Atoyac.
El informe emitido por la PGR señala que la Coordinación General de Investigación desahoga las diligencias que quedaron pendientes de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp); a la vez realiza y estudia nuevas líneas de investigación, tanto de las correspondientes al caso Radilla, así como de los 532 asuntos derivados de la recomendación 26/2001 emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Los trabajos de campo realizados en seis áreas que quedaron pendientes de la primera excavación en 2008 propuestos por la señora Tita Radilla Martínez, concluyeron sin la localización de restos óseos.
Los puntos críticos que se excavaron fueron determinados por un perito en geofísica, mediante el escaneo con el sistema denominado georadar practicado en febrero de ese mismo año, quien en su dictamen especificó las zonas que presentaban anomalías terrestres, distinguiéndolas en color rojo, azul y verde, para las de alto, mediano y bajo grado de probabilidad, respectivamente.
La inspección ministerial, la fijación de puntos críticos a ser excavados y la preservación del lugar de los hechos para la segunda etapa de excavación, se practicó los días 4, 5 y 6 de octubre por el Ministerio Público de la Federación, peritos de la PGR y de la coadyuvancia, en los que se atendieron principalmente las zonas que fueron marcadas con mediana y baja probabilidad, que se encontraban pendientes después de la primera etapa.
“La superficie y profundidad inspeccionada se amplió de manera considerable, llegando a una profundidad de tres metros en algunas áreas, atendiendo siempre las peticiones de la familia, sustentadas en la asesoría de un perito de su confianza proveniente del Instituto Guatemalteco de Antropología Forense, quien siempre estuvo presente, tomándose en consideración sus observaciones y firmando de conformidad al término de las diligencias”, sostienen.
Las diligencias, señala el documento, fueron practicadas por personal pericial en materia de Ingeniería y Topografía, Fotografía Forense, Antropología, Audio y Video y Arqueología, con auxilio de una cuadrilla de trabajadores que excavaron con pico y pala, así como una retroexcavadora de cinco toneladas. También se aplicó un sistema de bombeo para drenar el agua de los niveles freáticos que presentó el terreno.
Fuente: La Jornada de Guerrero
Difusión: Soberanía Popular
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