Amatlán, Ver.- De cada 100 migrantes que salen del estado de Oaxaca, al menos 80 desaparecen en su trayecto hacia la zona centro, de acuerdo con datos proporcionados por Norma Romero Vázquez, principal activista en la zona centro, en la comunidad La Patrona, que ofrece ayuda a centroamericanos en su camino hacia el norte del país. Romero Vázquez es testigo fiel del andar y sufrimiento de los migrantes, explicó que durante estas fechas normalmente aumenta el flujo de los que buscan llegar a los Estados Unidos, debido a que por ser temporada vacacional disminuye considerablemente la vigilancia de las dependencias. Por ello, se dijo preocupada de que en este año la situación haya cambiado repentinamente, al disminuir sobremanera el tránsito de migrantes.
Así, se vio en la necesidad de conversar con el párroco Alejandro Solalinde (encargado de la Casa del Migrante en Ixtepec, Oaxaca), quien le confirmó que al día apoyan en ese lugar a alrededor de 100 centroamericanos, quienes reciben comida y techo en aquella casa. De los cerca de 100 que salen diariamente del estado de Oaxaca, sólo llegan a La Patrona alrededor de 20, es decir más de 80 personas se pierden en el trayecto de estado a estado.
Romero Vázquez se manifestó preocupada por esta situación, ya que más de la mitad de los indocumentados están “desapareciendo extrañamente” en el trayecto, lo que aumenta la preocupación, toda vez que no se descarta la posibilidad del secuestro. Reveló que para ellos, el paso por Veracruz se ha convertido en uno de los más peligrosos nacionalmente, ya que no sólo son víctimas de agresiones físicas o verbales, sino que en la entidad ocurren los actos más violentos, como los secuestros o el esclavismo.
Esto puede ser uno de los motivos por los cuales los migrantes prefirien cambiar de ruta para llegar a Estados Unidos, pues el estado de Oaxaca es uno de los lugares donde más se congregan éstos, puesto que se detienen a descansar y recibir alimento, por lo que guardan la esperanza de que al salir opten por modificar su trayecto.
Lo lamentable, a decir de Romero Vásquez, sería que estas extrañas desapariciones se deban a situaciones como secuestros o asesinatos de parte de corporaciones de seguridad, del crimen organizado o incluso de la propia sociedad que aún discriminan a este sector.
Incluso comentó que existen algunos municipios en la entidad, donde apedrean a los indocumentados que viajan sobre el tren, en otros se congregan ladrones para quitarles lo mucho o poco que tienen, incluso se estima que estos bandidos están coludidos con los maquinistas, pues en ciertas zonas estos disminuyen la velocidad para que puedan subir a cometer sus atracos; estas situaciones, refirió, pueden ser también motivo de que cambien de ruta.
Córdoba, ciudad peligrosa
Aun cuando a nivel nacional Veracruz se consideró como uno de los estados más peligrosos en cuanto a agresiones a migrantes, Córdoba es una de las ciudades más peligrosas para el sector. A decir de Norma Romero Vásquez, de acuerdo con los testimonios de los propios centroamericanos, Córdoba es una de las ciudades donde se cometen más violaciones a los derechos humanos, debido a que muchos delincuentes se hacen pasar por indocumentados para cometer fechorías, lo que al final deriva en un odio infundado hacia este sector.
Otra de las situaciones, señaló, es que en la estación del tren de esta ciudad se reúnen también maleantes para atacar a los migrantes que ahí descienden para pedir ayuda. De esta forma, lamentó que Córdoba sea uno de los sitios más peligrosos para los indocumentados, donde no se respeta a este sector y, peor aún, donde han sido emulados para cometer fechorías.
La boca del lobo
Para la organización Dignidad y Justicia en el Camino, de Guadalajara, la zona sur del país, que incluye a Veracruz, es considerada la boca del lobo, por el alto índice de actos delictivos cometidos contra los migrantes.
Fernando Valencia, vocero de la organización, comentó que desde hace cuatro años ha sido constituida legalmente esta sociedad que, al igual que en la comunidad La Patrona, se dedican a brindar techo y alimento a los indocumentados, amén de buscar la defensa de sus derechos pero, sobre todo, la dignificación a su persona.
Contrariamente a las experiencias en el estado de Veracruz, en Guadalajara, explicó, los datos cambian, puesto que aumenta el flujo de personas, pero de mexicanos más que de centroamericanos, porque en su paso por el sur y zona centro del país ya se han distribuido o lamentablemente ya han sido víctimas de algunas situaciones.
Además que Veracruz se considera el paso forzoso de Centroamérica hacia México, en la entidad se congregan más indocumentados de países como Guatemala y Honduras. Ya en el trayecto hacia el norte del país la situación va modificándose, puesto que se van uniendo más mexicanos al camino que buscan colocarse en maquilas o jornales en ciudades como Nogales, mientras que los centroamericanos ya se han dispersado en las diversas rutas.
En una comparación entre Jalisco y Veracruz, señaló que debido a esta situación el flujo de personas disminuye, ya que a la semana reciben entre 30 y 40 personas, cuando de este estado salen alrededor de 100 al día. Asimismo, lamentó la abismal diferencia de los problemas que vive este sector entre Veracruz y Jalisco, donde agresiones son más de tipo verbal que de cualquier otro.
Por ello, a esta zona se le califica como la boca del lobo para los migrantes, debido a toda la serie de problemas que viven en su camino por esta parte de México. Reconoció que no es que en Guadalajara no suceda nada, sólo que de acuerdo con las versiones de los indocumentados en Veracruz los atropellos van desde agresiones verbales hasta corretizas y secuestros, mientras que en aquel lugar no existen acciones documentadas de este tipo. Añadió que los propios centroamericanos han señalado a Chiapas, Veracruz y Oaxaca, como los estados más peligrosos para ellos.
En una reflexión ante el grave problema de la migración, añadió que en México lo que hace falta para resolverlo es voluntad política, pues adujo que estos casos no son recientes, sino que datan de hace más de seis años, sin embargo tuvo que ser necesaria la matanza masiva de centroamericanos para ver que “el problema existe”.
Acotó que mientras en México no se proporcionen las herramientas necesarias para dotar a los ciudadanos de mejores condiciones de vida, desde laborales hasta educativas, entonces continuará existiendo una larga lista de personas que emigran a otros países, donde estas condiciones sí existen.
Mientras esto no cambie, México seguirá siendo “un expulsor de personas”, afirmó uno de los 20 voluntarios de Dignidad y Justicia en el Camino.
Fuente: La Jornada de Veracruz
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