Los sindicatos fallan al ponerse del lado del patrón y no del trabajador, dice
ANÍBAL VIVAR GALVÁN
La diferencia con los esclavos que trabajaban en las minas a principios del siglo XX y los mineros de la actualidad es que a muchos de ellos se les dan cascos de plástico, unos lentes protectores y lámparas de pilas, sin embargo las condiciones de seguridad dentro de las minas y el cumplimiento de la protección que les da la ley siguen sin ser prioritarios como en la antigüedad, aseguró el académico del departamento de Derecho Social de la Universidad de Guadalajara, Francisco Orozco Rubio, quien añadió que aún se siguen utilizando tecnologías de la época de la Colonia, lo que ocasiona que frecuentemente ocurran accidentes.
“La única diferencia es que en aquel tiempo bajaban con una antorcha prendida con aceites y hoy se las cambiaron por una lámpara de baterías, pero de ahí en más creo que las condiciones laborales son las mismas: utilizan las cuerdas, los malacates, pedazos de madera y las condiciones (de seguridad) son muy precarias”, dijo el académico quien recordó que México ha sido partícipe de tratados internacionales que buscan proteger el bienestar del trabajador pero que en realidad son letra muerta.
Ante esto, existe la posibilidad de que algunas organizaciones sindicales presentarán denuncias ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) quien a su vez presionaría al Congreso de la Unión para que se dé cabal cumplimiento a los acuerdos, aseguró el académico quien ve difícil que esto se dé puesto que los sindicatos muchas de las veces entran al rol de no aceptar algunas políticas por conveniencia de los patrones dejando al descubierto al trabajador.
“La conveniencia es proteger al trabajador, para eso son los sindicatos, están constituidos para proteger los derechos laborales de sus agremiados, no para andar participando en contiendas políticas para ver quién obtiene más huesos. El sindicalismo es la unión de trabajadores para lograr las mejoras en sus prestaciones laborales y en sus condiciones de trabajo y aquí está el claro ejemplo: si las condiciones laborales de los trabajadores de la industria minera son deplorables el sindicato debe pugnar por que los agremiados tengan no las condiciones mínimas, sino las mejores condiciones para laborar”, aseguró Orozco Rubio quien dijo que pensar en los aspectos mínimos genera que el trabajador no cuente con la seguridad adecuada, lo que desencadena, en muchas de las ocasiones, accidentes en los que fallecen los mineros.
Recordó además que el impacto que hay en una familia en donde fallece la persona que aporta el recurso económico para la manutención del hogar “es tremendo” puesto que muchas de las veces los hijos y las viudas quedan en el desamparo.
Añadió que las autoridades voltean a ver la situación laboral de los mineros cuando los medios de comunicación rescatan algún hecho, como el ocurrido semanas atrás en una mina del municipio de Sabinas, en el estado de Coahuila, sin embargo, dijo, se deben atender todos los casos de la misma manera.
El académico del departamento de Derecho Social recordó que mucho de esto se da por los malos patrones “que no quieren cumplir con la Ley del Trabajo” ni con las normas de seguridad e higiene y que no ven a los trabajadores “como seres humanos, los ven como cartuchos desechables”.
Regresión histórica
Los mineros que fallecieron en la explosión de la mina de carbón del municipio de Sabinas percibían su salario de acuerdo a la cantidad de cubetas del mineral que extraían del subsuelo lo cual no era muy redituable pues se necesitaba de un gran esfuerzo físico para obtener más ganancias, aseguró el académico de la licenciatura en Derecho del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Ernesto Rafael Miranda, quien es profesor titular de la materia Derecho Minero; agregó que estas condiciones son similares a las que se vivían en el año de 1906 cuando se estalló la huelga de los mineros de Cananea.
“Vuelvo la mente a las condiciones que imperaban en esta mina antes de la huelga, creo que estamos en un terrible regreso a esas inhumanas condiciones que existían”, dijo el académico quien refirió que para que se tenga más control sobre la seguridad en las minas se requiere reforzar el número de inspectores con los que se cuentan en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) del gobierno federal además de que se deben eliminar las cuestiones de corrupción que muchas veces permiten cosas que, de antemano, se saben irregulares.
Añadió que otras de las acciones que se requieren es la de concentrar todas las facultades de la inspección y vigilancia de las minas en un solo organismo, puesto que mientras que la Secretaría de Energía, encargada de dar las concesiones para explotar los yacimientos mineros, y la STPS tengan repartidas las funciones, seguirán existiendo irregularidades que generen más accidentes en esta industria.
Miranda dijo además que el hecho de que la minería en el país esté controlada por grandes consorcios internacionales no permite que la ganancia que se genera se quede en la nación y que mucho menos se vea algún tipo de crecimiento de gran escala en los pueblos o asentamientos cercanos a las minas.
“La minería produce mucho económicamente hablando, lamentablemente esa derrama no beneficia al trabajador”, aseguró el académico.
Fuente: La Jornada de Jalisco
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