miércoles, 15 de junio de 2011

Al no saber cómo funciona una economía, se cometen muchos errores


ARTURO HUERTA GONZÁLEZ

El 8 de junio, durante la inauguración del Séptimo Congreso Mundial de Cámaras, Felipe Calderón se pronunció a favor del regreso a las reglas fundamentales de la economía, como el cuidado de la estabilidad macroeconómica, el orden en las finanzas públicas, la apertura comercial y el respeto a la propiedad privada, y además señaló que los gobiernos deben seguir el ejemplo de muchas empresas para no gastar más de lo que se tiene. Al respecto cabe decir que la economía mexicana desde las políticas del Pacto de Estabilidad que iniciaron a fines de 1987 ha estado en la lógica de la “estabilidad macroeconómica”, donde se ha privilegiado la reducción de la inflación, la disciplina fiscal, así como la apertura comercial y financiera, y ello no se ha traducido en condiciones de crecimiento sostenido ni mejor empleo y bienestar para los mexicanos. Tales políticas han achicado el tamaño y participación del Estado en la economía y han incrementado la participación de la cúpula empresarial, acentuando ello la extranjerización de la economía, como la mala distribución de la riqueza y del ingreso en el país, y ha aumentado el número de pobres, como la violencia y las crisis recurrentes en que hemos estado. La estabilidad financiera aludida por Calderón, no se ha traducido en crecimiento sostenido, sino en fragilidad y vulnerabilidad económica, que ha favorecido al sector financiero, y ha actuado en detrimento del sector industrial y agrícola, como del empleo.

El jefe del Ejecutivo debe saber que un gobierno soberano que tiene el control de la moneda no tiene restricción financiera, como la tienen las empresas, las cuales no pueden gastar más de lo que tienen. Un gobierno puede comprar con su moneda todo lo que se venda en su país en su moneda. Los límites del gasto público son la capacidad productiva existente, así como las presiones inflacionarias, y sobre el sector externo. Así que la dirección del gasto público debe dirigirse a favor de la producción nacional para evitar presiones inflacionarias y sobre el sector externo.

Felipe Calderón alertó que “los países con grandes déficit enfrentan severos problemas para reactivar su crecimiento y generar empleo”. El problema de los países europeos es que al trabajar con moneda única perdieron el manejo soberano de la moneda, y no pueden devaluar para reducir su déficit de comercio exterior para poder pagar lo que deben. Un gobierno que controla su moneda no tiene problemas de endeudarse en su moneda. El problema surge cuando se endeudan en una moneda que no emiten.

Calderón volvió a insistir en que “México se encuentra en plena recuperación económica después de la crisis económica de 2009”. Los datos de los últimos meses reflejan que de nuevo se desacelera, como consecuencia de la menor dinámica económica de los Estados Unidos. México no tiene motor interno de crecimiento. Depende de las variables externas, y éstas de nuevo pasan a operar desfavorablemente. Por último destacó la “paradoja de que durante décadas las naciones en vías de desarrollo adolecían de crecimiento económico y atravesaban por recurrentes crisis, y ahora muestran un mejor desempeño”. El problema es que ello no aplica a nuestra economía. México no es China, ni Brasil, ni India, ni los países del sudeste asiático, donde ello está operando.

Fuente: La Jornada de Oriente

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